Jorge Alberto Hidalgo Toledo
En 1944, en el texto la Dialéctica de la Ilustración de Adorno y
Horkheimer, clasifican a los medios de comunicación como Industrias culturales; pues a su juicio eran los medios los que
lograban sintetizar el cambio radical que se estaba produciendo en la forma de
producción y en la configuración de la cultura a través de dos nuevos
fenómenos: por un lado, la expansión del mercado cultural y, por otro, la
cultura de masas.
Adorno y Horkheimer
argumentaban que el modo de producción cultural era similar a la vía que tenían
otras industrias que manufacturaban bienes de consumo; ello convertía la cultura en una operación estandarizada, repetitiva y
rutinaria.
Tras los estudios
culturales británicos y norteamericanos en la
década de los setenta el concepto de Industrias culturales cobró una nueva
acepción más vinculada a la reacción de las audiencias en la cultura de masas buscando los
aspectos liberadores de los receptores y el consumo cultural.
Hoy
nos queda claro que los medios influyen poderosa y sutilmente en la
configuración de valores, visiones, procesos de socialización, identidad, ámbitos históricos, religiosos, territoriales, étnicos, de género y
homogeneización de pautas culturales.
Ahora bien, si es a
través de la comunicación que se crean significados compartidos hay que dar
cuenta del poder de las industrias culturales y el modo como junto con la
globalización han impactado en las mezclas
culturales, ideológicas y sociales, derivando en hibridaciones que van más allá
de lo mediático. Eso es justo lo que permite el libro Industrias culturales en México: Reflexiones para actualizar el debate de la Dra. Delia Crovi
Druetta.
El libro conjunta 15
ponencias de destacados investigadores de la comunicación, presentadas durante
el 2010 y el 2011, en el seminario permanente “Industrias culturales en México”
desarrollado como parte de las actividades del Proyecto PAPIME PE-300910
financiado por la Dirección General de Asuntos del Personal Académico de la
Universidad Nacional Autónoma de México.
La
multiplicidad de miradas que exploran a lo largo del texto y actualizan el
debate iniciado por la Escuela de Frankfurt, nos permiten dar cuenta de cómo
hoy las industrias culturales tienen una doble
naturaleza, ya que por un lado son un sector de la actividad económica
perfectamente identificable y con características propias capaces de agregar
valor económico y social a todas las naciones y por otro, son actividades que
se desarrollan en base a creaciones originales y artísticas que combinan la
producción y comercialización de contenidos que son intangibles y
culturales en su naturaleza.
Así
tenemos que las industrias culturales: 1) agregan valor económico y social; 2) son una forma de conocimiento; 3)
fomentan la innovación, producción y comercialización; 4) promocionan y mantienen la diversidad cultural; 5) aseguran el acceso
democrático a la cultura; 6) contribuyen con empleos y al Producto Interno
Bruto; y 7) son portadoras de identidad, valores y sentido.
Los
textos que nos presenta la obra coordinada por la Dra. Crovi nos permiten profundizar
en el ciclo de vida sustentado en el consumo de bienes culturales tales como la televisión,
la telefonía móvil, los videojuegos, el cine, los medios digitales, los
periódicos, la música y la publicidad.
Los autores a lo largo
de sus valiosos trabajos de investigación, identifican desde el proceso
creativo hasta los modos de producción, fabricación, difusión, comunicación, transformación,
exposición, distribución, adquisición y reproducción de estas importantes
industrias culturales.
Un gran aporte de este texto es que se permite
identificar un nuevo entramado que se da entre las industrias creativas, las mediáticas, las del entretenimiento y el sector cultural. Entrecruce,
al parecer, olvidado por muchos analistas en la materia.
El
abordaje teórico analítico presentado por el capítulo elaborado por la Dra.
Florance Toussaint ahonda, por una parte, en la evolución de las industrias de
la cultura desde 1980 hasta el año 2010. Mientras que el texto de Gaetan
Tremblay y Peierre Moeglin sobre las industrias culturales y políticas en torno
a la creación y a su régimen de propiedad intelectual, dialoga en perfecta
concordancia con el análisis hecho por la misma Delia Crovi sobre las
estrategias y políticas gubernamentales en torno las industrias culturales en
México.
La
Dra. María de la Luz Casas, explora en su capítulo, el futuro nacional a partir
de la alta concentración que existe en nuestro sistema de medios. Así nos
desdobla el registro histórico desde la modernización acelerada (1950), hasta
los años del desencanto y la esperanza (2011) pasando por los actores que
participaron en la transición democrática y la intervención de los medios en el
espacio público.
El
Dr. Raúl Trejo Delarbre, en ese mismo tenor nos presenta el paisaje de la
televisión mexicana y la centralización y concentración mediática que termina
afectando la vida pública, la democracia y el pluralismo de un país. En su
texto encontrarán referencia a los abusos y fallos en el sistema de regulación,
las responsabilidades de los estados, los monopolios y desigualdades.
Para
cerrar las vacilaciones del modelo televisivo mexicano, la Dra. Crovi, nos
ubica en el contexto de la transición hacia la televisión digital terrestre. Anticipándose
a las discusiones que hoy vivimos vinculadas con la Reforma Constitucional en materia
de telecomunicaciones, ella pone en la mesa de discusión los aspectos derivados
de los operadores dominantes, la necesidad de renovación de las bases
jurídicas, el poder instituido desde la mediatización de la política y la falta
de pluralidad en la oferta de contenidos.
Con
el capítulo del Dr. Gabriel Pérez Salazar se adentra la reflexión en las
industrias culturales en la era digital. Nos habla de las nuevas plataformas
como medios de distribución y consumo y las estrategias contrahegemónicas de
apropiación que se dan entre los nuevos usuarios.
Dos
textos particulares, el de María Elena Meneses y el de Jerónimo Repoll
profundizan en la industria periodística y los diarios gratuitos en México. Así
se explora el periodismo convergente, los sectores estratégicos, las
transformaciones laborales, la conformación de grupos multimedios, la crisis de
contenidos, la escasez de diversidad, el nuevo ecosistema mediático, la
competencia y proximidad, así como los nuevos espacios de recepción.
De
igual forma Antulio Sánchez y Jorge Fernando Negrete Pacheco, habrán de
explorar, cada uno en sus capítulos, el impacto de las nuevas tecnologías en la
industria musical. El tratamiento de los monopolios, los derechos de autor, las
ventas, los ingresos, las políticas culturales, la piratería y el copyright, se
convertirán en referentes obligados para quienes investigan esta industria.
Las
nuevas industrias culturales como lo son la telefonía móvil y los videojuegos son
analizados por Jorge Bravo y José Ángel Garfias respectivamente. Ambas industrias
las circunscriben en el corazón de las multiconvergencias. Sus textos
resultarán de gran interés para quienes debaten si son o no industrias
culturales. Sus trabajos incorporan a la era digital, la discusión de la
economía política de las industrias culturales. Tecnología, creatividad,
información, relaciones sociales, modos de producción y apropiación se
entretejen en la era de la información en estos dos nuevos sectores.
La
industria cinematográfica es revisada por Marta Fuertes quien nos presenta una
evolución de las políticas culturales y de mercado que nos permiten entender la
construcción de la estructura cinematográfica nacional actual.
Finalmente,
Dan de Jesús Delgado, incorpora a la discusión de las industrias culturales a
la industria publicitaria. En su capítulo se analiza la conformación y
renovación del sector, la dimensión creativa y creadora de significados comunes
que no puede dejarse de lado siendo la industria que soporta al resto de las
otras industrias.
Por tanto, el trabajo
de compilación hecho por la Dra. Delia Crovi, da cuenta que la relación entre
cultura y economía no sólo es conceptual, sino también histórica, práctica y
significativa.
Este profundo trabajo
de revisión sociohistórica ayudará a investigadores y a académicos a visualizar
cómo las industrias culturales se digitalizaron, consolidaron, desregularon y
globalizaron. Cómo las fuerzas del mercado “liberaron” al sector de las
telecomunicaciones y forzaron a los gobiernos a achicar el gasto,
hipercomercializar y eliminar subsidios, favoreciendo la privatización de las
comunicaciones y las industrias culturales.
De
igual forma permitirá a los estudiosos en el tema a comprender que: 1) se
digitalizaron la mayor parte de los servicios de telecomunicaciones; 2) se
vivió una acelerada carrera hacia la convergencia y migración tecnológica; 3) se expandieron los
mercados, evolucionaron los precios, las inversiones y las dinámicas económicas
del sector multimediático y de las industrias creativas, culturales y de entretenimiento; 4) se favoreció la economía de escala;
5) se abrieron nuevos circuitos de distribución; 6) se generaron y homologaron
estándares y protocolos de producción, calidad e interconexión; 7) se dieron reformas legales que generaron superposición e inestabilidad
entre los organismos de control mediático; y 8) se aceleraron los procesos de
privatización y concentración de los medios de comunicación.
Sin
duda este libro ofrece a muy diversos públicos una gran panorámica de los
factores que han contribuido a que las actuales industrias culturales se reordenen en una nueva
geopolítica de la información y el entretenimiento.
Gracias al trabajo de
estos 15 autores podremos identificar los elementos que favorecieron la
conformación de gigantescos grupos y conglomerados de medios, así como la suma
de circunstancias que se adicionaron al desarrollo del sector mediático y
cultural en nuestro país.
Este
texto es una invitación para romper con la escasa y casi nula discusión pública
y ciudadana que se hace del tema en la materia. Espero que sirva de pretexto
para que más académicos discutan y sigan reactualizando el debate de los medios y las industrias culturales como el más importante vehículo de
construcción de sentido que tiene la sociedad contemporánea.