Identidad y transcorporeidad
Jorge A. Hidalgo Toledo
¿Cómo se configura la identidad en la época contemporánea? ¿En qué medida influyen los medios y las políticas en la conformación de la identidad? Esta
y otras preguntas derivan de modo obligado tras la lectura del capítulo 7: "Aparición de la política de la vida" en el texto de Anthony Giddens (2000).
A
lo largo del capítulo Giddenes hace referencia a los grandes
cambios y movimientos que tienen lugar en la modernidad reciente. Así retoma a Theodore Roszak afirmando: "vivimos en un tiempo
en que la misma experiencia privada de tener una identidad personal que
descubrir, un destino personal que cumplir, se ha convertido en una fuerza política subversiva de grandes proporciones" (Giddens, 2000:
264).
Entre
vieja y nueva modernidad se plantea la superación de la exaltación del individuo versus
la centralizad ética del yo. Es en esa confrontación antropológica donde convergen las
presiones del mercado, la acumulación del capital, las
tendencias políticas y los cambios sociales.
En
su análisis Giddens nos plantea dos programas políticos que están generando
implicaciones obligadas en la identidad de las personas: la política emancipatoria y la política de vida. De igual forma ubica tres formas de abordar la política moderna: el radicalismo, el liberalismo y el
conservadurismo.
La Política emancipatoria: Hace alusión, en primera instancia, a la liberación de los imperativos dogmáticos de la tradición y la religión. Los pensadores liberales y los radicales buscan liberar a los
individuos de las condiciones de la vida social, de las prácticas y prejuicios anteriores. A su juicio, la libertad se
alcanza tras la emancipación progresiva del
individuo y el Estado liberal más que por una revolución. El pensamiento conservador, por ende, sólo es una reacción frente a la emancipación. La política emancipadora busca
liberarse del pasado para transformar el futuro y el superar el dominio ilegítimo de ciertos grupos o individuos. Ubica, en este contexto, la
visión emancipadora de Marx centrada en la clase; y la de otros autores no
marxistas que dan importancia a las divisiones étnicas y de género, las divisiones
entre gobernantes y grupos subordinados, entre naciones ricas y pobres, así como entre generaciones actuales y futuras. En la visión emancipadora la idea jerárquica del poder es necesariamente imposición, explotación, desigualdad y opresión. De ahí la relevancia de los
conceptos de justicia, igualdad y participación. Se entiende pues por emancipación: "la organización de la vida colectiva
de tal manera que el individuo es capaz de actuar de manera libre independiente
en las circunstancias de su vida social" (2000: 270). Existe una relación recíproca entre libertad y responsabilidad; así como un reconocimiento de la existencia de obligaciones
colectivas. Habermas en su teoría de la comunicación sitúa al lenguaje como la vía del consenso y por ende, de la construcción y divulgación de acciones autónomas de los individuos libres e iguales.
La Política de la vida: esta supone una emancipación de las trabas de la tradición y de las condiciones del dominio jerárquico (2000: 271); sin embargo es una política de opción, de estilo de vida
versus una de opciones de vida. Busca la realización del yo en un entorno ordenado, reflexivo, que enlaza al yo y
al cuerpo en un ámbito universal y global. Es una política de decisiones de vida. El "Individuo ha de incorporar
a sus compromisos locales información procedente de una
multiplicidad de experiencias mediadas, de tal manera que consiga conectar
proyectos futuros con experiencias pasadas de forma razonablemente
coherente" (2000: 272). Ubica en este contexto al movimiento feminista en
su versión moderna por la prioridad que tiene la
identidad del yo y la pregunta de ¿quién deseo ser?
Política emancipatoria
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Política de la vida
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Liberación de la vida social de las trabas de la tradición y la costumbre
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Decisiones políticas que derivan de la libertad de elección y generan poder (entendido como capacidad
transformadora)
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Reducción o eliminación de la explotación, la desigualdad o la opresión. Se interesa por la distribución discriminadora de poder/recursos
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Creación de formas de vida moralmente justificables que
promoverán la realización del yo en circunstancias de interdependencia global.
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Obedece a imperativos propuestos por la ética de la justicia, la
igualdad y la participación
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Desarrolla propuestas morales
relativas a la pregunta ¿Cómo hemos de vivir? en un orden postradicional y sobre el
trasfondo de cuestiones existenciales.
|
A
modo comparativo Giddens nos ofrece la siguiente tabla (2000: 272):
En
la correlación política de la vida, cuerpo
y yo ubica una serie de problemas que entrelazan lo filosófico, lo moral y los derechos humanos. Ahí nos habla de la identidad de género, el aborto, la clonación, la reproducción asistida, la
inseminación artificial, la fertilización in vitro, los métodos anticonceptivos,
la congelación de embriones y la creación de vida fuera del cuerpo humano.
Giddens
da cuenta del paso del cuerpo como sede del yo, al cuerpo como lugar de
"interacción, apropiación y reapropiación, que enlaza procesos
reflejante organizados y conocimiento experto sistemáticamente ordenado". El cuerpo es el centro del debate; es
por un lado entidad inerte, propiedad sujeta a la mercantilización y por otro es el inicio de la búsqueda de identidad.
Ligado
al debate corporal está el de la reproducción, al sustraerse la noción de continuidad social de la continuidad biológica de la especie. Al eliminar la categoría de la reproducción como destino ubica
Giddens el fin de la naturaleza y la implicación del hombre con la misma. Al separar la sexualidad del acto
reproductivo reordena la sexualidad como un estilo de vida, como una decisión individual variable.
La
ecología planetaria depende así misma de nuevas pautas de estilos de vida, de un reduccionismo
a simples decisiones.
Una
ecología profunda optaría, por su parte en la posibilidad de la paz "de una
coexistencia humana armoniosa, en el plano mundial y una realización del yo psicológicamente gratificante
en el personal" (2000: 281).
La
política de la vida, como señala Giddens, pone nuevamente el énfasis en las cuestiones morales y existenciales reprimidas por
las instituciones esenciales de la modernidad. Los problemas en los que hace énfasis no pueden debatirse fuera del terreno de la información. Al reclamar una remoralización de la vida social exige un compromiso humano también con el conocimiento. La política de la vida elude a la trascendencia, la existencia y la
unificación de toda la comunidad humana.
Hoy
la mundialización exige nuevas formas de colaboración, de remoralizar la vida. Aún en ese contexto, sigue siendo el Estado el lugar
administrativo donde los derechos y deberes se plasman en leyes; por ende hay
que trabajar en los procesos de toma de decisión dentro de la esfera gubernamental del Estado y por otro,
solucionar los debates que resulten del choque de intereses.
Finalmente
Giddens nos ore una interesante tabla que concentra las cuestiones
existenciales y las políticas de vida:
Ámbito
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Terreno moral
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Sistemas internamente referenciales
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Cuestiones morales fundamentales
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Existencial
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Supervivencia y ser
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Naturaleza
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¿Qué responsabilidades tienen los seres humanos con la naturaleza?
¿Cuáles son los principios de la ética medioambiental?
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Finitud
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Trascendencia
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Reproducción
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¿Cuáles son los derechos del nonato?
¿Qué derechos tiene el feto?
¿Qué principios éticos han de regir la ingeniería genética?
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Vida individual y comunitaria
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Cooperación
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Sistemas globales
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¿Qué límites se han de imponer a la innovación científico / tecnológica?
¿Qué límites se han de imponer al uso de la violencia en los asuntos
humanos?
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Identidad del yo
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Personalidad
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Yo y cuerpo
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¿Qué derechos tiene el individuo sobre su cuerpo?
¿Qué diferencias de género se han de preservar, en caso de hacerlo?
¿Qué derechos tienen los animales?
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Fuente:
(Giddens, 2002: 287)
Referencias:
Giddens,
A. (2000). Modernidad e identidad del yo:
El yo y la sociedad en la época contemporánea. Barcelona, España: Ediciones Península