La posmodernidad en la sociedad de consumo - Hipermediatizaciones: Hiperconexiones y remediaciones entre signos y palabras

Breaking

Textos especializados en Comunicación Digital, Ciencias Sociales, Literatura, Poesía, Humanidades Digitales y Culturas Juveniles. Sitio personal del Dr. Jorge Alberto Hidalgo Toledo, Expresidente de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación, AMIC y Ex presidente del Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación.

test banner

Post Top Ad

Bienvenido a mi interior

Post Top Ad

Responsive Ads Here

viernes, 2 de mayo de 2014

La posmodernidad en la sociedad de consumo

Jorge Alberto Hidalgo Toledo 

Las reflexiones sobre la posmodernidad bajo la óptica de Jameson se limitan a dos conceptos base el te pastiche y el de esquizofrenia, lo que lo llevan a ubicar más la posmodernidad como un periodo que como características estilísticas definidas.
La posmodernidad pareciera entrar en vigor bajo las democracias participativas, autonomía democrática, la tercera revolución industrial, neoliberalismo-globalización, fin del estado-nación y el neo imperialismo.
Lo moderno, parece ser sólo un punto de partida, el mero entrono tácito de cualquier nueva creación; mientras que la posmodernidad se caracterizaría, por esta aceptación desprejuiciada de lo plural, por una tendencia a desjerarquizar las diferentes tendencias o personalidades.
Hay una perdida la confianza en la unidad teológica sustancial de la modernidad, quedan como flecos sueltos, los ingredientes que la componían, codeándose, en un plano de igualdad, con corrientes historicistas y academicistas que siempre estuvieron al margen de las vanguardias. La gran historia se disuelve en muchas historias microscópicas. El objetivo no es ya tanto la verdad como la verosimilitud, la adecuación a las reglas del juego. La historia hoy se afirma como relato y por este camino se acerca al único mundo que no discrimina la ficción frente a la realidad: el arte.

Posmoderno no significa antimoderno sino sencillamente lo que viene después de lo moderno. Pero la etimología es equívoca, ya que la modernidad no ha terminado todavía. La tendencia actual a legitimar todas las tendencias y aspiraciones parece culminar el viejo deseo de libertad proclamado por los pioneros de las vanguardias históricas.

La mayor parte de los posmodernismos son reacciones específicas contra las formas establecidas del modernismo superior.

Los estilos subversivos y polémicos previos a los sesenta, constituyeron lo establecido, el enemigo; muerto, asfixiantes, canónicos, monumentos que había que destruir.

Se difuminan algunos límites o separaciones clave entre cultura superior y la cultura popular o de masas. Hay mucho interés por la preservación de un ámbito de alta cultura contra el medio circundante de gusto prosaico, lo ostentosamente vulgar y el kitsch, de las series de televisión y las cultura del Reader’s Digest. Les han fascinado los paisajes de publicidad y moteles, los desnudos de Las Vegas, los programas de variedades y las películas hollywoodenses de la serie B, de la llamada paraliteratura.

La escritura migra a las teorías y discursos teóricos: concepto periodizador cuya función es la de correlacionar la emergencia de un nuevo tipo de vida social y un nuevo orden económico, lo que a menudo se llama modernización, sociedad postindustrial o de consumo, la sociedad de los medios de comunicación o el espectáculo, o el capitalismo multinacional.

El pastiche como la parodia recurren a la imitación y a la mímica de otros estilos y en particular de los amaneramientos y retorcimientos estilísticos de otros estilos. La fragmentación y privatización en multitud de estilos y amaneramientos privados. Cada grupo ha llegado a hablar un curioso lenguaje privado, cada profesión ha desarrollado su propio código de ideología o modelo de hablar particular y cada individuo ha llegado a ser una especie de isla lingüística, separada de todas las demás.

El pastiche, es la imitación de un estilo peculiar o único, es parodia neutra que ha perdido su sentido del humor. Hay que contemplar la muerte del sujeto, el fin del individualismo como tal.

Existieron dos eras: la clásica del capitalismo competitivo, en el apogeo de la familia nuclear y la emergencia de la burguesía como la base social hegemónica, existía el individualismo, así como sujetos individuales.


En el capitalismo de las grandes empresas, del llamado hombre organizativo de las burocracias el individuo burgués ya no existe. El mensaje principal es el fracaso del arte y de la estética, el fracaso de lo nuevo, el encarcelamiento en el pasado.

Post Top Ad

Responsive Ads Here