Notas sobre la investigación y la realidad social. Una reflexión epistemológica - Hipermediatizaciones: Hiperconexiones y remediaciones entre signos y palabras

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Textos especializados en Comunicación Digital, Ciencias Sociales, Literatura, Poesía, Humanidades Digitales y Culturas Juveniles. Sitio personal del Dr. Jorge Alberto Hidalgo Toledo, Expresidente de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación, AMIC y Ex presidente del Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación.

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domingo, 27 de abril de 2014

Notas sobre la investigación y la realidad social. Una reflexión epistemológica

César Cantón y José Ruiz San Román (2005) dan cuenta de la necesidad interna de las ciencias sociales y la comunicación por contar con mayor rigor científico y por tanto, de un método. Un método que permita probar conclusiones a través de una serie de pasos y procedimientos. Para ello hacen un recuento histórico de las principales posiciones filosóficas, epistemológicas que han surgido de la necesidad de investigar para conocer la realidad. Presentando dos posiciones fundamentales: la de los escépticos y los realistas, la primera de ella afirmando que el hombre es capaz de conocer la realidad; y la segunda, que asevera que la “verdad no existe, o que si existe, el hombre es incapaz de conocerla” (Cantón, Ruiz San Román, 2005: 3); esta última posición reforzada por el postulado gorgiano que niega la existencia, la capacidad de conocimiento y la incapacidad del hombre para comunicar lo conocido.
            Las Ciencias Sociales y particularmente la comunicación, deberían partir de una visión realista en la que el investigador tenga la capacidad para acceder a la realidad en un modo no subjetivo; en el que pueda distanciarse del objeto de estudio y pensarlo como si de algo nuevo se tratara, tal como lo precisó C. W. Mills en su imaginación sociológica. Pensar desde la ciencia implica generar enunciados del los hechos y fenómenos y contrastarlos con la verdad para dar cuenta de cuánta adecuación hay del objeto con el entendimiento.
            A la oposición escepticismo/realismo habría que incluir la que concierne a la que se da entre inmanencia[1] y trascendencia[2].
            La modernidad, posmodernidad e hipermodernidad presentan nuevos desafíos a la exploración científica de las ciencias sociales y la comunicación; por un lado la desconfianza radical derivada del proyecto moderno de la razón en la que se cuestiona la noción de esencia y el cómo la realidad misma “oculta su ser más íntimo” (Cantón, Ruiz San Román, 2005: 7) permitiendo conocer, bajo una visión totalmente nominalista, tan sólo los nombres que se le dan a los conceptos que se limitan a ser meras construcción de las cosas.
            Del escepticismo radical derivado del pensamiento de Guillermo de Occam se desprenden dos líneas de pensamiento, la del racionalismo y el empirismo. La primera posición parte de la idea de que no se puede tener certeza cognoscitiva alguna emanada de los sentidos puesto que estos generan ideas confusas, relativas y contingentes. A esta posición, Descartes incorporó una visión innatista o apriorista que señala que lo que lo “accesible al conocimiento son las nociones sobre las cosas que ya poseemos en nuestra mente”. La contraparte empirista termina construyendo la realidad a través del conocimiento sensible y asociativo.
            Ante el “sospechosismo” por acceder a la esencia de las cosas se da un giro radical para dejar de conocer lo que son las cosas por el definir qué podemos hacer con ellas.
            No obstante, la combinación de ambas posiciones ha permitido el empleo de hipótesis de trabajo[3] y los datos sensibles que servirán para aproximarse a la realidad.
            Kant será quien dará un giro copernicano al sintetizar la posición racionalista con la empirista incorporando la noción de categorías o estructuras de conocimiento y los datos sensibles dando como resultado los juicios sintéticos a priori de la ciencia. El objeto de conocimiento resultante es el fenómeno[4].
            Edmund Husserl en el siglo XX trató de recuperar la conexión entre el pensamiento y lo pensado tratando de respetar el ser del fenómeno y la noción de intencionalidad en sus dos variantes: la natural o ingenua[5] y la reducción fenomenológica[6].
            El mismo Husserl quiso oponerse al historicismo y su carácter relativo y al empirismo.
            Del historicismo kuhniano existen dos presupuestos rescatables: la diferencia entre ciencia normal[7] y ciencia extraordinaria[8] y la de los paradigmas[9].
            Del empirismo denostado por Husserl hay que señalar el surgimiento de la vertiente lógica o neopositivista del Círculo de Viena que rechazaba todo conocimiento metafísico y derivando en el cientifismo.
            Dentro de la posición del empirismo lógico encontramos los aportes de Karl Popper y su no buscar la confirmación de la teoría sino los datos que la contradicen y su demostrar la falsación.
            A todo esto, investigar en comunicación y particularmente, los Usos, consumos y apropiaciones de las tecnologías de información y comunicación (TIC’s) es un dar cuenta de la realidad desde la perspectiva científica, empleando una serie de métodos y técnicas que nos permitan ir adquiriendo conocimientos que puedan ser validados en modo objetivo y tangible; un buscar llegar a la esencia del fenómeno comunicativo, la identificación de los elementos sensibles que nos permitan conocer las motivaciones de los usuarios de las TIC’s, la búsqueda de construcción de un paradigma en relación a las identidades hipermediales que derivan de la interacción tecnológica y la confirmación de todos aquellos datos que contradigan nuestra posición. Investigar en comunicación no sólo es método, también es actitud continua y convencimiento, profundo y científico.
             
Referencias:
Cantón, C. y Ruiz San Román, J. A. (2005). “Investigación y realidad social. Una reflexión epistemológica” en Berganza Conde, Ma. R. y Ruiz San Román, J. A., Investigar en comunicación. Madrid, España: Mc Graw Hill



[1] Refiérase esta como idealismo ya que afirma que jamás se llega a las cosas mismas sino que lo que conocemos son meras representaciones de la realidad.
[2] Esta posición también es referida como realista pues señala que el conocimiento es trascendente pues logra ir más allá de las representaciones aproximándose a la realidad.
[3] Inspirada en la duda metódica cartesiana y las ideas principales que el ser humano puede encontrar en sí mismo y fuera de sí.
[4] No es lo mismo que la cosa en sí (o noúmeno que en sí mismo es incognoscible), sino una configuración resultante de la articulación entre sensibilidad y entendimiento.
[5] La actitud ingenua acepta los objetos sin cuestionarlos.
[6] Esta suspende el juicio acerca de la existencia de lo que nos rodea.
[7] La práctica habitual entre los científicos que se centran en resolver los problemas que surgen dentro de una teoría científica determinada en la que se mueven pero sin poner en cuestión la teoría en su globalidad.
[8] Hace referencia al cambio de una paradigma a otro, a la sustitución de una teoría científica global por otra distinta.
[9] Estos deben cumplir dos condiciones: carecer suficientemente de precedentes y ser lo bastante incompletos para dejar muchos problemas para ser resueltos. Un nuevo paradigma supone una explicación mejor. Los paradigmas son inconmensurables y deben ser traducibles.

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