La creatividad como un complejo sistema de transformación social - Hipermediatizaciones: Hiperconexiones y remediaciones entre signos y palabras

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Textos especializados en Comunicación Digital, Ciencias Sociales, Literatura, Poesía, Humanidades Digitales y Culturas Juveniles. Sitio personal del Dr. Jorge Alberto Hidalgo Toledo, Expresidente de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación, AMIC y Ex presidente del Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación.

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sábado, 26 de abril de 2014

La creatividad como un complejo sistema de transformación social


Jorge Alberto Hidalgo Toledo

La creatividad más allá de la idea
La creatividad es más que una idea alocada o una intuición inspirada. Más allá de ser una simple idea novedosa o una vía original de resolución de problemas, es la conjunción de: 1) conocimientos, 2) percepciones basadas en toda la información que rodea a una situación, 3) los talentos propios, 4) las inteligencias múltiples, 5) los estilos de pensamiento, 6) las motivaciones y 7) los rasgos de personalidad, 8) la interacción con el entorno, 9) el grupo social, 10) los aspectos contextuales socioculturales y 11) las influencias históricas (Gardner 1982; De Bono, 1992; Corbalán, 2003;), que engranados todos, derivan en modo concreto, en la transformación de una idea o teoría, la creación de un prototipo, la resolución novedosa de un problema y/o el replanteamiento de una forma de ver el mundo.
Si la creatividad sobrepasa la imagen del genio solitario con gran coeficiente intelectual es justo porque tiene la capacidad de hacer de un objeto o una idea, una verdadera transformación social. Y supera esta noción pues como señala el reconocido historiador británico Arnold Toynbee: “El talento creativo es aquel que, cuando funciona efectivamente, puede hacer historia en cualquier área del esfuerzo humano” (Taylor, 1996: 16).  
Bajo esa visión holística y trascendente del talento creativo habría que preguntarse ¿qué es entonces la creatividad?, ¿qué complejo engranaje de variables y factores hacen que supere la concepción de una “idea nueva, apropiada y de alta calidad” (Sternberg y Lubart, 1997: 18)?, ¿Qué factores intervienen para que del talento y la personalidad creativa surjan ideas que transforman la sociedad? A continuación se responden estas interrogantes analizando en modo crítico las diversas acepciones y construcciones teóricas dejando ver el conjunto de variables que intervienen en el proceso creativo para con ello plantear una visión holística de la creatividad.

La creatividad como producto de una compleja articulación de procesos sociales y rasgos de personalidad
Existen cientos de definiciones de creatividad, aquellas que refieren a la facultad de crear (RAE, 2011), la originalidad, la novedad, la alternativa, las asociaciones ingeniosas, curiosas, audaces y arriesgadas para solucionar problemas, descubrir y comprender la realidad (Rodríguez Estrada, 1998; Treviño, 2005; Waisburd, 1996). Carlos Alonso Monreal (2000) refiere incluso a la dificultad por contar con una definición unitaria por considerarse en muchos casos sinónimo de genialidad, originalidad, inventiva, descubrimiento, fantasía e imaginación. Autores como Paul Matussek, hablan incluso del desplazamiento del concepto de creatividad por el de “fuerza o capacidad creadora” (Matussek, 1984).
            Por su parte, Gilda Waisburd (1996) retomando a Taylor clasifica las definiciones en seis grupos:1) Como gestalt o percepción: La recombinación de ideas para producir nuevas. 2) Como producto terminado o innovación: Es decir, el resultado de un trabajo, idea u objeto aceptado, útil y que satisface a un grupo. 3) Como expresivo: Al ser un proceso de cambio, desarrollo y evolución resultado de la necesidad de expresarse, arriesgarse y contrastar con el conformismo. 4) Como lo psicoanalítico o dinámico: Estas implican variables operantes permanentes de personalidad; por tanto interaccionan el yo, el ego y el súper yo. 5) Como pensamiento orientado a soluciones: Son las que contemplan el pensamiento divergente que desarrolla nueva información, encontrando alternativas y soluciones. 6) Como varias: Al ser difícil clasificarlas contempla en este rubro tanto las que hablan de la relación subjetiva entre el hombre y el medio; como las que profundizan en la creatividad genial, la auténtica y la ordinaria.
Considerando que en algunos casos la creatividad refiere al proceso, al potencial, las condiciones o las capacidades innatas de las personas, Chacón Araya hace notar que la construcción conceptual de creatividad está vinculada al paradigma teórico que la respalda, así ubica 17 teorías y tradiciones: 1) la psicoanalítica; 2) la perceptual de la Gestalt (se refiere al pensamiento productivo y la solución de problemas); 3) la humanista (contempla los factores sociales e interpersonales); 4) la factorial (estudia el comportamiento creador por métodos experimentales y teóricos; 5) la neuropsicofisiológica (lateralización y codificación de los hemisferios cerebrales); 6) la teleológica del acto creativo (contempla las exigencias en el nivel teleológico en la actividad mental); 7)  la de vida y creación (enfocada en el ser artístico); 8) la de la psicología analítica y arte poético (muestra el enfoque anti-racional); 9) la de los procesos mentales preconscientes (estudia la regresión al servicio del ego); 10) la del descubrimiento en el proceso creativo (da seguimiento a la labor artística); 11) la de los enfoques psicológicos de ciencia y creatividad (se centra en el proceso creativo); 12) la psicología de la creatividad (relacionada con las diferencias individuales); 13) la del análisis de factor, intelecto y creatividad (analiza contenido, operación y productos); 14) la de educación y la creatividad (estudia los procesos del pensamiento creativo, las cualidades de los productos y las personalidades creativas); 15) la de la creatividad e inteligencia (que verifica la relación con el coeficiente intelectual); 16) la de base asociativa del proceso creativo (enfocada en el pensamiento creativo y elementos de asociación); y 17) la teoría de la creatividad de Carl Roger (que enfatiza la unicidad del individuo)  (Chacón, 2005).
En la gran mayoría de los casos, las definiciones desarrolladas por estos enfoques relacionan la creatividad con las expresiones artísticas, filosóficas, científicas, educativas y recientemente, empresariales.
            Sin embargo, cuando en la construcción teórica de la creatividad se amalgaman aspectos intrínsecos al individuo como biología, inteligencia, personalidad, motivación, movimiento; y, extrínsecos como educación, ambiente,  procesos históricos y contextos, el concepto toma un giro mayor al del resultado de las potencias y capacidades innatas a las personas dejando entrever que la creatividad no depende solamente de la masa hereditaria, el medio ambiente o la educación. Esta perspectiva integral que valora lo psicológico, lo grupal, lo social, lo cultural, lo histórico y lo pedagógico permite acercarse a la creatividad como un bien cultural en constante evolución (Ferreiro y et al, 2008).
La creatividad como señala Yamileth Chacón es un proceso, un producto, una personalidad creativa y la suma de todos ellos. En primer lugar, el que se considere la creatividad como una secuencia de pasos y etapas, remite inmediatamente a la consideración de elementos externos al sujeto como lo son las técnicas y las estrategias. En segundo término, la acepción de producto refiere a un esfuerzo personal o grupal, así como a la invención técnica y el fruto de la realización. Tercero, la noción de personalidad creativa habla del comportamiento, el conocimiento, las motivaciones, el pensamiento creativo (fluidez, flexibilidad, originalidad, elaboración), las capacidades del sujeto, el plano cognitivo y las inteligencias (práctica, analítica y sintética; verbal, matemática, espacio temporal, abstracta), lo socio-emocional (la voluntad, la confianza en sí mismo), lo educativo y el dominio de destrezas. Finalmente, la cuarta consideración contempla la interrelación de todas estas variables (Chacón Araya, 2005).
            No obstante, ¿dónde quedan los elementos contextuales, los avances históricos, las tecnologías y competencias científicas de la época? Brian Winston a través de su modelo de producción e innovación tecnológica deja ver que la creatividad a su vez, es la síntesis de otras variables como lo son: 1) el patrón histórico del cambio y del desarrollo de un producto, una idea o un campo disciplinar en el cual ciencia/arte y tecnología/herramientas cruzan sus caminos; 2) las competencias científicas de su tiempo; 3) los valores, tradiciones y preocupaciones de la esfera social; 4) las ideaciones o fuerzas mentales (la intuición, imaginación, voluntad); 5) los prototipos existentes y creados al momento; 6) las fuerzas o coacciones que impulsan o inhiben el desarrollo de las tecnologías; 7) los aceleradores o necesidades sociales supervenientes; 8) las invenciones; 9) los frenos o leyes de supresión de una potencialidad radical; 10) las transformaciones derivadas de la interacción entre los contextos económicos, políticos, sociales y tecnológicos; y 11) los productos derivados y los redundantes  (Winston, 2000).
            Tal es el caso de la invención de Internet, que retomando la idea de Toynbee sobre el talento creativo, ha hecho historia en todas las áreas del esfuerzo humano modificando desde los ámbitos del comercio global, la política, los métodos de enseñanza, el conocimiento colaborativo, la comunicación sin fronteras y los modos de socialización y cortejo. Internet es el resultado del perfecto engranaje de todas estas complejas variables como se puede ver a continuación.
           
La invención de internet como producto, proceso y personalidades creativas
La historia de Internet es la historia cruzada del desarrollo de las computadoras y competencias científicas como los logaritmos, el algebra boleana, la Teoría de la información e inventos como las computadoras personales y los múltiples lenguajes de programación.
Es en 1960, en concreto, cuando J. C. R. Licklider tuvo la idea visionaria de una “librería del futuro” y una “red intergaláctica de computadoras” interconectadas a través de sus textos: “Man-computer simbiosis” y “The computer as a communication device”. Estos textos llevaron al investigador de MIT a dirigir la Oficina de Técnicas del Procesamiento de la Información del departamento de Defensa en Estados Unidos y a colaborar en la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada, ARPA. Con esta visión en mente, desde ARPA se crearon centros de excelencia en universidades permitiendo que múltiples personalidades creativas trabajaran en los laboratorios de MIT, Stanford y SRI Internacional desarrollando innovaciones movidos por un mismo fin.
El prototipo de Paul Baran (envío de paquetes de información en modo descentralizado), la tecnología desarrollada por Donald Davies para el British National Physical Laboratory, la invención de ruteador a cargo de la empresa de Bolt, Beranek y Newman (BBN) y el protocolo de internet (TCP/IP) desarrollados por Robert Kahn y Vint Cerf, permitieron que en 1969 se conectaran las computadoras de los cuatro laboratorios de ARPA vía la línea telefónica y cuatro años después existieran 40 nodos con enlaces satelitales a Hawaii y Noruega. Algunas fuerzas intentaron suprimir esta tecnología; tal es el caso de la International Standards Organization (ISO) que presionó para la estandarización de su protocolo el Open Systems Interconnection Initiative X.25 (OSI), pero fracasó porque la empresa comercial Sun Microsystems se apropió rápidamente del protocolo TCP/IP, detonando con ello la expansión de la red. (Russell, 2010)
            La articulación de la personalidad creativa de emprendedores solitarios, las motivaciones cognitivas en conflicto entre usuarios y productores, el trabajo colaborativo entre creadores/consumidores, la incorporación de las computadoras en el mercado laboral, la negociación internacional de estándares, las fuerzas políticas y económicas de supresión y control encontradas, el financiamiento militar, corporativo e individual, la aparición de burós de servicio de cómputo, y los spin-off como el correo electrónico, los grupos de noticias, los tableros de avisos, las redes académicas como BITNET, hicieron posible la creación de la invención técnica de esta idea/medio de comunicación totalmente novedoso y transformador.
            Como se puede ver en el caso Internet, no es posible limitar la noción de creatividad (la invención o producción de algo nuevo) a la capacidad única de una persona talentosa. Internet -como lo fue en su momento la televisión, la radio, el cine, la fotografía y la imprenta- es resultado de la integración de múltiples dimensiones, condiciones e interrelaciones (Edwards, 2010)
            El impacto de Internet como creación dejó de ser un patrimonio personal y desde su inicio resonó en todas las esferas sociales transformando como señala Gilda Waisburd (1996) los modos de ser y estar en el mundo.
Bajo esta óptica holística y trascendente, la creatividad tiene que ser vista como la integración de variables personales, sociales, culturales y científicas que derivan en la transformación social. Así, crear no sólo significa crearse y recrearse; es portar y renovar de sentido la realidad.
            Pero siendo críticos con esta posición holística no todas las creaciones logran este nivel de impacto, ¿a qué se debe? Por un lado Mauro Rodríguez Estada (1998) señala la existencia de tres niveles de influencia de una creación valiosa: 1) a nivel de interés personal y familiar; 2) de resonancia laboral y profesional; y 3) de creación trascendente y universal. Así la valía va desde el círculo afectivo del creador hasta ser valioso para la humanidad. Monreal (2000) lo atribuyen a los niveles de creatividad y Corbalán (2003) a las personalidades creativas. Chacón (2005), citando a Csikszentmihalyi, separa a las personas creativas en: 1) los que expresan pensamientos no frecuentes; 2) los que experimentan el mundo de manera nueva y original; y 3) los que realizan cambios significativos en la cultural.
            Considerando estas posiciones tenemos el extremo de la creación trascendental de Toynbee y los casos de creatividad inventiva que pueden quedarse en la ingeniosidad realizada con algún material. Tal es el caso de los flops[1]. Algunos ejemplos de estos fracasos son el Mega DVD, el Laser Disc, el monopatín electrónico Segway, la agenda electrónica Apple Newton, el sistema operativo gráfico Microsoft Bob. Gran parte del fracaso de estos dispositivos se debe en parte a su flexibilidad, factibilidad o a que en el ambientes social y cultural no existía la necesidad social superviniente.

Conclusiones
La creatividad es el resultado de una compleja red de interacciones internas y externas. Aspectos como la personalidad, la perseverancia, la confianza en uno mismo, la ambición, la imaginación, la motivación, los conocimientos se interrelacionan con, la oportunidad, el reconocimiento, la red de relaciones, el ambiente social, cultural e histórico. El nivel de apertura del individuo (como sistema) a todas estas fuerzas o variables determina si se ubica como creativo experto u ocasional aficionado.
            La creación dejará de ser un patrimonio personal para convertirse en patrimonio de la humanidad en la medida que se dé la convergencia entre la creatividad como forma de vida y la interacción con el entorno.
            En los tres niveles de impacto (afectivo, social y universal) podemos encontrar casos de éxito. La perfecta integración e interrelación de variables se torna en motor cultural y de progreso. La simple yuxtaposición  puede derivar en una mera ocurrencia o en un flop.
            Es pues la creatividad un rasgo de personalidad, un estilo de vida, una práctica, un proceso, un sistema y un producto. Es decir, un complejo sistema de transformación social y personal.

Referencias
Casillas, M. A. (1999). “Aspectos importantes de la creatividad para trabajar en el aula”. Revista digital de educación “Nueva época” Núm. 10, julio-septiembre.
Chacón, Araya, Y. (2005). “Una revisión crítica del concepto de creatividad” en Revista electrónica “Actualidades Investigativas en Educación”, enero-junio, año/vol. 5. Núm. 001. Universidad de Costa Rica, Recuperado el 4 de julio de 2011 en http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=44750106
Corbalán Berná, F. (2003). “Claves para el desarrollo de la Creatividad personal”. Jornadas Europeas para la creación joven. VII Premio Internacional TEA Ediciones 2003, Programa CREA. Recuperado el 4 de julio de 2011 en http://www.iacat.com/10-Sociopolitica/datos/CREATIVIDAD_TEXTO_BADAJOZ.pdf
De Bono, E. (1992). El pensamiento creativo: el poder del pensamiento lateral para la creación de nuevas ideas. Buenos Aireas, Argentina: Paidós
Edwards, P. (2010). “Some say the internet should never have happened” en Russell Neuman, W. (Ed.), Media, Technology and society: theories of media evolution. Draft Manuscript, Michigan: University of Michigan Press
Ferreiro, R., Mitjáns, A. Montesino, L., Rodríguez, A., Romo, M. y Waisburd, G. (2008). La creatividad: un bien cultural de la humanidad. México: Trillas.
Gardner, H. (1982). Arte, mente y cerebro: una aproximación cognitiva a la creatividad. Barcelona, España: Paidós
Guerrero, A. (1992). Curso de creatividad: Personal, científica, gerencial. Buenos Aires, Argentina: El Ateneo Editorial.
Matussek, P. (1984). La creatividad: desde una perspectiva psicodinámica. Barcelona, España: Herder
Monreal, C. (2000). Qué es la creatividad. Madrid, España: Biblioteca Nueva
Real Academia Española (2001). “Creatividad”. En Diccionario de la Lengua Española (En línea), Vigésima segunda Edición. Recuperado el 4 de julio de 2011, de http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=creatividad 
Rodríguez Estrada, M. (1998). Manual de creatividad: los procesos psíquicos y el desarrollo. México: Trillas
------------ (1997). El Pensamiento creativo integral. México: McGraw Hill
Russell Neuman, W. (2010). “Theories of media evolution” en Russell Neuman, W. (Ed.), Media, Technology and society: theories of media evolution. Draft Manuscript, Michigan: University of Michigan Press
Sternberg, R. J. y Lubart, T. I. (1997). La creatividad en una cultura conformista.  Barcelona: Ediciones Paidós
Toynbee, A., (1996). citado en Taylor, C. W., “Los potenciales de talento más grandes del mundo”. Revista Universidad de Guadalajara, Dossier La atención a los niños sobresalientes, núm. 5, junio-julio, Guadalajara, México: Universidad de Guadalajara.
Taylor, C. W (1969). “The highest Talent Potentials of Man”. Gifted Child Quarterly March 1969 vol. 13 no. 1 9-30. Recuperado el 4 de julio de http://gcq.sagepub.com/content/13/1/9.full.pdf+html
Veraldi, G. y Veraldi, B. (1974). Psicología de la creación. Bilbao, España: Ed. Mensajero
Waisburd, G. (1996). Creatividad y transformación: teoría y técnicas. México: Trillas
Winston, B. (2000). Media Technology and Society. A history: from the Telegraph to the Internet. Nueva York, EUA: Routledge




[1] Se refiere a inventos o creaciones que tuvieron un fracaso comercial o tecnológico.

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