NUEVOS MEDIOS, NUEVAS AUDIENCIAS, NUEVOS CONSUMIDORES - Hipermediatizaciones: Hiperconexiones y remediaciones entre signos y palabras

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Textos especializados en Comunicación Digital, Ciencias Sociales, Literatura, Poesía, Humanidades Digitales y Culturas Juveniles. Sitio personal del Dr. Jorge Alberto Hidalgo Toledo, Expresidente de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación, AMIC y Ex presidente del Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación.

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sábado, 17 de mayo de 2014

NUEVOS MEDIOS, NUEVAS AUDIENCIAS, NUEVOS CONSUMIDORES


Jorge Alberto Hidalgo Toledo
jhidalgo@anahuac.mx


Resumen
El presente trabajo ofrece una extensa panorámica de la evolución histórica de los estudios de jóvenes y consumo de medios e hipermedios. Este estado del arte permitirá a los investigadores adentrarse en los principales acontecimientos, autores, corrientes teóricas, temáticas y líneas de investigación derivadas de la noción de generaciones mediáticas. En la construcción teórica de esta línea de investigación se identifican particularmente catorce grandes etapas: Discriminación; Estudios culturales y arte pop; teoría del cultivo; estudios comerciales de audiencia, screen education y desmitificación; usos y gratificaciones; estudios de seriales televisivos; democratización y actitud defensiva; y los nuevo paradigma de estudios juveniles, estudios generacionales, estudios sobre producción de contenidos para niños y jóvenes, estudios sobre cultura digital, Estudios del International Clearinghouse on Children, Youth and Media, Estudios de la Fundación John D. y Catherine T. MacArthur. Asimismo se detectan como líneas de investigación convergentes: los estudios derivados de la vinculación de los derechos de los niños y jóvenes y el consumo mediático; las investigaciones que profundizan en la recepción de contenidos mediáticos violentos; los trabajos exploratorios de las identidades juveniles; la teorización sobre cultura de los fans, cultura popular y cultura mediática; aquellas reflexiones sobre el empoderamiento mediático, participación social, activismo y construcción de ciudadanía; las construcciones tipológicas de la definición de las nuevas audiencias y las generaciones juveniles; y, particularmente, los trabajos centrados en la educación para los medios y la alfabetización digital y la identificación de las competencias digitales. A través de esta revisión sociohistórica y teórica de dichos estudios permitirá comprender el desarrollo y los factores de diferenciación en los estudios sobre jóvenes y medios de comunicación.

Palabras clave: Jóvenes e internet, Identidad en adolescentes, Jóvenes y comunicación mediada por computadoras, Aspectos sociales de los Medios digitales, Aspectos sociales de Internet

Abstract
This paper provides an extensive overview of the historical development of Youth and Media and Hypermedia Consumption Studies. This state of the art will allow researchers to delve into the key events, authors, theoretical and thematic research lines derived from the notion of media generations. In the theoretical construction of this research line we particularly identify fourteen major stages: Discrimination studies, Cultural studies and pop art, Cultivation theory, Business studies audience, Screen education and demystification, uses and gratifications, Studies of television serials; Democratization and defensiveness, New Paradigm of Youth Studies; Generational studies, Studies on the Production of Content for Children and Young People, Digital culture studies, the International Clearinghouse on Children, Youth and Media Studies from the John D. and Catherine T. MacArthur. Also detected as converging lines of research: studies derived from the linkage of the children and young people rights, media trends and consumption, the investigations that explore the reception of media violence, the exploratory work of youth identities, theorizing on fan culture, popular culture and media culture, these reflections on media empowerment, social participation, activism and citizenship; typological construction of the definition of new audiences and young generations, and particularly work focused in media education and digital literacy and digital skills identification. Through this socio-historical and theoretical review of such studies must enable the development and differentiation factors in the studies on youth and media.

Keywords: Internet and teenagers, Identity in adolescence, Teenagers – Computer network resources, Digital media – Social Aspects, Internet – Social Aspects


Referencias: 
·      Título: Nuevos medios, nuevas audiencias, nuevos consumidores
·      Autor: Jorge Alberto Hidalgo Toledo
·      Nacionalidad: Mexicana
·      Grado profesional: Doctorando en Comunicación Aplicada
·      Área de investigación: Nuevas tecnologías de información y comunicación, redes sociales y uso, consumo y apropiación de medios e hipermedios. Sociedad de la Información e Internet
·      Institución de pertenencia: Centro de Investigación para la Comunicación Aplicada (CICA), Facultad de Comunicación. Universidad Anáhuac México Norte
·      Dirección postal: Av. Lomas Anáhuac S/N. Col. Lomas Anáhuac. Huixquilucan, Estado de México Cp. 52786
·      Correo electrónico: jhidalgo@anahuac.mx
·      Teléfono: 56270210 ext. 8674
·      Fecha: 01 de febrero de 2012



Nuevos medios, nuevas audiencias, nuevos consumidores
Jorge Alberto Hidalgo Toledo*


¿Quiénes son las jóvenes audiencias?, ¿Qué características tienen?, ¿desde cuándo se les estudia?, ¿cómo están configuradas? La historia de la investigación en comunicación está altamente vinculada con los estudios de recepción y consumo mediático en diversas poblaciones y generaciones. El presente texto presenta una revisión de la evolución de dichos trabajos a fin de poder mostrar un estado del arte de los trabajos existentes entre consumo de medios e hipermedios y jóvenes. Particularmente la relación que se busca entre dichos trabajos responde a la búsqueda de correlaciones entre consumo de medios y configuración de la identidad.
¿Por qué esta búsqueda en particular? A los largo de la investigación sobre consumo de medios se ha visto: 1) que hoy las jóvenes audiencias pasan más tiempo consumiendo medios de comunicación que en la escuela o conviviendo con la familia (Silverstone, 1994); 2) que los medios se han constituido en el pasatiempo más significativo del tiempo libre de niños y adolescentes (Watkins, 2009); 3) que los medios son el principal recurso contemporáneo de expresión y comunicación cultural (Buckingham, 2005); 4) que quien desea participar activamente en la vida pública usa los medios e hipermedios para amplificar su impacto de modo rápido y profundo en la cultura (Umaschi Bers, 2008); 5) que los medios están sustituyendo el liderazgo moral que tenía instituciones como la familia, la iglesia y la escuela (Schor, 2006); 6) que los medios están cobrando una posición de omnipresencia y son inevitables en los procesos de comunicación, interacción y socialización entre niños y adolescentes (David, 1999); 7) que los medios impregnan texturas y rutinas de la vida cotidiana y la cultura (Poniewozik, 2005); 8) que proporcionan recursos simbólicos usados para distinguir e interpretar relaciones y definir identidades (Buckingham, 2008); 9) que los medios están en el centro de la experiencia y en el corazón de nuestra capacidad e incapacidad para encontrarle un sentido al mundo en que vivimos (Silverstone, 2004); y 10) que muchos medios promueven actitudes o formas de conducta indeseables de tipo violentas, sexistas y racistas estableciendo discursos empáticos con las jóvenes audiencias (Daniels, 2008); 11) los jóvenes se han hecho visibles a través de los medios, sus representaciones, prácticas y estéticas. El espacio social juvenil[1] (Urteaga Castro-Pozo, Género, clase y etnia. Los modos de ser joven, 2010), se construye en el siglo XXI en gran medida desde el espacio mediático.
Por ello, este trabajo pretende dar cuenta de la transición que han tenido estos estudios dejando entrever líneas paralelas de investigación, relaciones implícitas, autores, adscripciones teóricas y apoyos para potenciar estos trabajos y dar cuenta de la relevancia que cobra el estudio de los medios de comunicación y sus implicaciones sociales en un mundo más globalizado y digitalizado.
Particularmente, en el abordaje teórico internacional de los estudios sobre niños/jóvenes y consumo mediático se pueden encontrar varias líneas de investigación. Por un lado, se tienen los estudios derivados de una preocupación honesta por los derechos de los niños y los jóvenes y la manera como los contenidos mediáticos inciden directamente en ellos; por otro, los estudios detonados por la violencia mediática y la protección a las audiencias vulnerables. En otra arista, están los estudios sobre identidad juvenil y consumo mediático en los que se explora lo que implica crecer en un mundo saturado de medios y en los que dicha interacción aporta visiones del mundo y formas de estar y comportarse en él. Vinculado a esta enfoque se encuentran los estudios que registran el uso de los medios como interfaces liberadoras que permiten un mayor empoderamiento y participación en procesos de cambio social, económico, cultural e ideológico. Otra línea son los que se han adentrado en la vinculación entre consumo culturales y de medios e identidad juvenil y que muestran cómo influyen en los procesos de interacción, comunicación y socialización; ésta última línea ha cobrado gran fuerza tras los fenómenos de globalización, migración y digitalización de la cultura. Finalmente, se encuentran los estudios cuyo interés particular está en comprender el papel que pueden jugar los medios en el proceso educativo y alfabetizador; bajo esta línea hay dos matices, aquella que revisa el uso de los medios dentro del aula y fuera de ella (Educación con los medios) y la que busca educar a las audiencias para ser receptores críticos, activos y propositivos (Educación para los medios). Derivado de este último enfoque y con la aparición de los hipermedios se analizan los usos que los jóvenes hacen de los medios digitales para compartir sus ideas y creatividad, así como el participar, comunicarse, interactuar, socializar en un contexto reticular y global. La alfabetización digital contempla las e-competencias, el instruccionismo tecnológico y cómo los nuevos medios aportan sentido a la vida de los niños y jóvenes.  (Ilustración 1).

Ilustración 1. Líneas de investigación en los estudios sobre consumo de medios en niños y jóvenes
 Fuente: Elaboración propia

            Los abordajes sobre los consumos culturales juveniles se han hecho particularmente desde la antropología, la sociología, la comunicación, la historia, la educación y la psicología social. Propiamente se ubican en el entre cruce de tres grandes vertientes: Consumo cultural, cultura juvenil y consumo de medios (Ilustración 2).

Ilustración 2. Dimensiones de los estudios de consumo de medios y jóvenes
Fuente: Elaboración propia basada en Gómez Vargas, 2008

Los estratos espaciales y comunicativos de los estudios se ubican como lo plantea Héctor Gómez en tres ejes fundamentales: Urbano, mediático y corporal (Gómez Vargas, 2008) y cuatro apartados de agregaciones juveniles como lo señala Maritza Urteaga: las bandas, el rock, los medios de comunicación y escenarios “otros”, entendidos éstos como el escolar, religioso y laboral (Urteaga Castro-Pozo, 2000).

Ilustración 3. Estratos espaciales y comunicativos de los estudios sobre jóvenes y medios
Fuente: Elaboración propia basada en Gómez Vargas, 2008; Urteaga Castro-Pozo, 2000

Particularmente las dos grandes tendencias se ubican en los estudios que identifican lo contracultural como vía de diferenciación y los que analizan la integración de los jóvenes mediante prácticas de consumo cultural, propiamente de consumo de medios y la irrupción de los espacios, particularmente el urbano (Reguillo, 2000).
¿Qué significa la juventud en la concentración teórica? Juventud, más allá de la dimensión biológica, psicológica y social, es una construcción social que ha pasado de la ubicación de una fase particular en un ciclo de vida, en un tiempo y un espacio a una construcción relacional, una variable del análisis social y la unidad básica de las culturas juveniles (Urteaga Castro-Pozo, 2010). La emergencia del joven en el campo social y académico se hace visible desde la segunda mitad del siglo XX por su protagonismo en el espacio público, social, político, económico, cultural, artístico, estético, discursivo, mediático y tecnológico. Desde los movimientos beat, hippies, estudiantiles, la onda, punks, yuppies, trashers, ciberpunks, grunge, skatos, darketos, emos, góticos, technos, tribales, las tribus del pulgar y el arribo de las múltiples generaciones Baby boomer, Gen X, Gen Net, Gen Media, Tweens, los jóvenes ocuparon el espacio popular urbano, con los años se han construido cartografías que dan cuenta de este nuevo estrato en la modernidad capitalista donde las culturas juveniles, sus prácticas, formas de autorreconocimiento y heterorreconocimiento se adscriben fielmente a formas particulares de consumo.
Las expresiones juveniles que accedieron al espacio público en la segunda mitad del siglo pasado han sido revisadas en sus lógicas, afanes, preguntas, actancias, identidades diferenciadas y diferenciables. Los jóvenes, en tanto categoría sociocultural, son un producto de la posguerra (Reguillo, 2010). Las dimensiones de estudio, por la inserción del joven en el campo social, contemplan a los conectados y desconectados, a la que podríamos añadir los mediatizados.
Los actores juveniles se están, permanentemente estructurando y reconfigurando a través de sus prácticas sociales y culturales, sus representaciones sociales, sus realidades, adscripciones y apropiaciones. La condición juvenil se da en el entrecruce de las categorías de clase, etnia y género en los niveles microsocial, relacional y estructural y la interconexión o imbricación de sus zonas fronterizas o transfronterizas (Urteaga Castro-Pozo, 2010). Las juventudes, conectadas, desconcetadas y mediatizadas (Reguillo, 2007) poseen distintos capitales (Reguillo, 2010) a los que pueden acceder, poseer, usar, acumular (Ilustración 4): objetivo, cognitivo-escolar, social, político, cultural y simbólico. La juventud se ha inscrito como una nueva clase, como una cultura y una subcultura, de ahí que posee una triple articulación con las culturas parentales, la dominante y sus grupos de pares. Lo joven es una metáfora del cambio social, de la movilización, de la negociación, de las nuevas prácticas culturales, estéticas y simbólicas. La apropiación simbólica de sus espacios y territorios habla de nuevos itinerarios y rutas significativas, de espacios legitimados y otros paralelos. Lo joven hoy moviliza las dimensiones culturales, sociales, económicas, políticas, mediáticas y tecnológicas. Distinguir los estilos de vida jóvenes permite hablar de las prácticas de consumo, la inserción en la dinámica global, la integración/incorporación a las instituciones o la marginalidad.

Ilustración 4. Categorías de juventud
Fuente: Elaboración propia basada en Gómez Vargas, 2008; Urteaga Castro-Pozo, 2000; Reguillo, 2010

Captar teórica y metodológicamente los cambios y distinciones del fenómeno juvenil es la pretensión de este trabajo dando cuenta del espacio social juvenil, su estructuración y articulación con la apropiación de medios e hipermedios considerando el impacto que éstos tienen en la configuración de la identidad de los jóvenes. Desde la perspectiva de lo juvenil, sus campos, subcampos, agentes, espacios, prácticas, distinciones, gustos, significaciones, actitudes, ideales se contemplan las apropiaciones del mercado, el espacio urbano, la industria del entretenimiento y las nuevas tecnologías pues como señala Maritza Urteaga: “Dentro del espacio social juvenil, los medios y las nuevas tecnologías no son simplemente mercancías simbólicas o marcadores de distinción, sino redes cruciales en la definición y distribución del conocimiento cultural. La diferencia entre estar dentro (in) o fuera (out) de la moda, alto o bajo en capital subcultural, se correlaciona de maneras complejas con grados de información, creación y exposición a los mismos” (2010, p. 34).

Estructuración y articulación de los estudios sobre juventud
Los estudios de consumo cultural han atendido mayoritariamente las transformaciones culturales para construir desde ahí políticas culturales y los cambios producidos por la globalización enfocando su atención en las identidades culturales. Las dos dimensiones que han trabajado son la espacial y mediática y la de lo público y lo privado. Ello debido a que desde lo global se han hecho visibles algunas prácticas y esto permite entender las dimensiones culturales y sociales. En la década de los ochenta particularmente se enfatizaron los espacios urbanos ya que es en ellos donde se da la producción y difusión de prácticas culturales. El puente de conexión entre los estudios de consumo de medios y cultura juvenil se ubica propiamente en los estudios de consumo cultural donde se logra captar la apropiación de espacios, prácticas y expresiones por parte de los niños y jóvenes como principales usuarios y consumidores de medios y tecnologías de información y comunicación. Estos estudios atendieron en gran medida la dimensión comunicativa, creativa, espacial[2] y expresiva. 
Con los años se dará un cambio global entendiendo las culturas juveniles como metáforas del cambio, como extensión de la morfogénesis social derivado de entornos globalizados. Estudiándose los grupos juveniles, sus prácticas, el uso del espacio urbano, el consumo cultural como derivación y puente significativo de las industrias culturales particularmente la mediática y la del entretenimiento.
Los estudios de consumos culturales juveniles tuvieron particularmente dos aristas: aquellos que desde los consumos culturales realizaron un análisis de la cultura, identificaron experiencias sociales de recepción, usos sociales de los medios de comunicación, la producción y su dimensión simbólica, las esferas de consumo en un entorno global y las identidades propias de un fenómeno de internacionalización; así como la veta de las culturas juveniles que se centraron en la apropiación territorial, la configuración de las identidades, las prácticas y expresiones, agrupaciones territoriales, el empleo de los medios para defender sus identidades, las marcas, ritmos, valores, creencias, estructuras, crisis de relatos, formas de agrupación, diversidad, música, esfera pública, representaciones y actitudes. Los abordajes teóricos se realizaron desde la antropología, la sociología, la comunicación y la psicología social.
Estas líneas de investigación se han dado a lo largo de los años en el marco de una serie de estudios (Ilustración 5).
El primero de estos aportes se puede identificar en el trabajo de F. R. Leavis y Denys Thompson en su célebre estudio Culture & Environment: the training of critical awareness (1933) en el que se hace notar un fuerte espíritu por salvaguardar el legado literario en los medios, particularmente con el uso del lenguaje, la transmisión de valores y temas de salud. Ya en el estudio se hace notar la influencia corruptora de los medios y se les ve como vehículos de placer superficial en sustitución de los valores auténticos. El ejercicio crítico que se propone es educar a las jóvenes audiencias para discriminar y resistir este embate negativo que ejercen los medios. Aquí nace la era de los Estudios de discriminación que pretenden armar a los niños y adolescentes contra la manipulación reconociendo en todo momento los méritos de la cultura superior; la toma de conciencia crítica tiene por fin inocular y proteger contra el malestar de la cultura mediática.
            Como una segunda gran etapa están los Estudios culturales y de Arte Pop que se gestaron posterior a la década de los cincuenta. En los que se hace notar que la cultura no es un conjunto fijo de productos privilegiados (Williams, 1958), y se hace la distinción entre cultura superior y cultura popular mostrando estilos de vida como los que se tendrán en un entorno mundial como lo es la cultura viviente y la cultura procesada (Hoggart, 1957). Particularmente destacarán los trabajos sobre arte y cultura popular (Hall & Whannel, 1964), y la manera como se construye la identidad a partir de experiencias culturales cotidianas (Murdock & Guy, 1973).
En paralelo se desarrollaron los Estudios comerciales de audiencia que empezaron a realizar algunas instituciones como la World Association of Newspapers y la European Broadcasting Union para identificar a sus audiencias.


Ilustración 5. Etapas evolutivas de los estudios sobre consumo de medios en niños y jóvenes
Fuente: Elaboración propia


La era de los Estudios de democratización y actitud defensiva responden desde la década de los sesenta en su mayoría al momento histórico en el que la confrontación internacional que se vivía contra el control de la política educativa, social e institucional. En este periodo se busca la democratización de la cultura extraescolar rescatando las experiencias cotidianas, se discutía el carácter poético de las canciones populares, del arte y sus implicaciones sociales en la cultura contemporánea, se valida así la cultura de los jóvenes estableciendo conexiones entre la cultura de la escuela, la de los padres y la que se vivía fuera y dentro de los hogares. En este periodo también se ven una serie de estudios que muestran nuevamente una actitud defensiva contra los medios intentando dotar a las audiencias de elementos para inmunizarlas y protegerlas de la influencia negativa de los medios, particularmente a los niños que se encuentras vulnerables a la manipulación. Se analiza la economía de la industria de los medios, sus textos y narrativas para educar a las audiencias para un análisis de los contenidos y así convertirlos en consumidores racionales. Los medios fueron vistos como parte de una estructura que tiende un imperialismo cultural americano, fomentando el sexismo y el racismo. Estos estudios se engloban en un marco de resistencia política y moral ante el consumismo, materialismo y las transformaciones en las políticas de identidad (género y etnicidad). La instrucción mediática que ofrecen estos estudios son una alternativa liberal a la censura y como herramienta para modificar actitudes a los comportamientos.
En la década de los setenta, derivada del auge de la semiótica, el estructuralismo, el psicoanálisis, el postestructuralismo y la posición marxista sobre la ideología aplicados al consumo de medios, se desarrolló la Teoría y los estudios de la pantalla (Screen Education). La aplicación de la lingüística para denotar ideología y representación llevó a la realización de estudios para enseñar desde los medios (Masterman, 1985) cómo las representaciones mediáticas refuerzan las ideologías de los grupos dominantes. Los trabajos semiológicos mezclados con economía de la industria mediática pusieron al descubierto las ideologías ocultas mientras que los estudios críticos pretendían liberar de dicha influencia a las audiencias. Se aplicó esta posición teórica en las aulas y autores como Lee Masterman insistían en la discriminación como vía para la desmitificación de las ideologías transmitidas desde los medios.
En esta misma década Karl Rosengren y Swen Windahl desarrollaron una serie de investigaciones para analizar la relación entre el contenido, la percepción y la implicación  encontrando vinculaciones entre la interacción y la identificación. En esta generación de estudios mejor conocidos como Teoría del Cultivo, se ubica que la gente de la televisión se parece a la gente que las audiencias conocen; que existe una correlación positiva entre ver televisión con aprendizaje al “reflejar” el mundo real; que las audiencias construyen conexiones entre los roles vistos y las relaciones interpersonales que establecen; que se da una mayor incubación cuando la percepción es más real aún, cuando ofrece información útil, cuando cumple papel de consejero y logra excitar la propia vida. Los trabajos basados en análisis de contenido, información dada por personajes, audiencias y fans, además del análisis de las relaciones de consumo, sentaron un precedente en los estudios de recepción.
A mediados de la década de los ochenta se desarrolló un nuevo paradigma en los estudios de medios, más anclado en las corrientes posmodernistas y a la luz de un enfoque menos defensivo y proteccionista centrado en una visión mediática heterogénea, fragmentada, que establece borrosas fronteras entre la cultura popular y superior. Los niños y jóvenes son vistos como audiencia más autónoma y crítica, se plantean nuevas regulaciones para los medios y propuestas más centrada en la autorregulación y la corregulación. Surge un enfoque de asesoramiento del consumidor y una fuerte tendencia hacia la educación para los medios. Esta preparación tiene por objeto desarrollar la comprensión del joven invitándolo a participar de la cultura mediática y a ser un ciudadano activo capaz de disfrutar y gozar de los medios pero a la luz de un estilo más reflexivo. Estos estudios también se enfocaron en dotar de herramientas a los jóvenes para que participen en la producción mediática creativa, desarrollando su creatividad y empoderándolos socialmente. Los estudios identifican el conocimiento previo que tienen los niños y jóvenes acerca de los medios, cómo adquieren comprensiones críticas, cómo aprende a usar los medios para expresarse y comunicarse con los demás, cómo relacionan el discurso académico del sujeto con la propia experiencia y cómo participar desde los medios en la construcción de una cultura más democrática.
Paralelo a este momento tenemos los estudios de Usos y gratificaciones donde se estudiaron los hábitos de entretenimiento, conveniencia y la utilidad social que tenían los medios, si es que estos servían como vía de relajación o evasión de los problemas, como escape del aburrimiento, para explorar la realidad o para buscar algún consejo. Así se encontraron tres dimensiones de gratificaciones: las que ofrece el propio contenido, las derivadas de la exposición al medio y las que ofrece el contexto social de consumo. Así se identificó un uso instrumental, un uso ritual y un uso simbólico. Los medios permiten a los adolescentes, por un lado, planificar sus rutinas, entretenerse, relajarse, evadirse de sus preocupaciones y obligaciones, establecer afinidades con personajes e historias, mantener un sentido de integración social y pertenencia, son un modo de superar su soledad, elevar su espíritu y sentirse acompañados. En esta generación de estudios se analizó el grado de consumo, las percepciones, los motivos, las interrelaciones, disposiciones de consumo, condiciones de vida, la importancia concedida a los contenidos, el grado de identificación con las historias y los personajes, el grado de satisfacción con la propia vida, la actividad social e interacción interpersonal. Se concebía a las audiencias como el conjunto de espectadores unidos y leales; como un colectivo social con gran espíritu de grupo que intercambiaba información, opiniones y sentimientos. Se vio que los jóvenes buscan en los medios orientación, quieren saber cómo piensan los otros, si sus ideas son compartidas por otros, cómo se comprometen, quieren ayuda, que “alguien” les acompañe en la comprensión de sus problemas. Desde los medios aprenden estilos de vida, alejan su mente de sus preocupaciones, logran evadir sus presiones, escapan de la rutina y reducen sus tensiones. Los medios terminan convirtiéndose en un buen pasatiempo que les ayuda a relajarse, conocer gente nueva y obtener temas de conversación. Sin incorporaron para estos estudios herramientas como la observación participante, las entrevistas en profundidad, el uso de informantes. Desde los medios los jóvenes aprenden a: dibujar sus emociones, implicarse en la vida íntima de los otros y a construir su identidad.
A mediados de la década de los ochenta se detonan una serie de estudios sobre consumo de series de televisión para confrontarlos con la percepción de la naturaleza de las relaciones humanas. Para ese entonces la audiencias adolescente habían crecido considerablemente en muchos países. Por ello se indaga en la imagen de las relaciones interpersonales proyectadas en temas como el amor, las relaciones íntimas, la familia así como momentos de fragilidad: divorcio, relaciones prematrimoniales, maridos abandonados, esposas engañadas. Estas relaciones creadas y desarrolladas eran agotadas por la conversación de los adolescentes. Es a través de estas conversaciones que los jóvenes resolvían dudas, miedos, desconfianzas y malentendidos. Así, los adolescentes aprendían que las relaciones eran frágiles y las conversaciones podrían ayudar a mejorar sus situación. Las motivaciones conforman un factor relevante para comprender el aprendizaje derivado de los contenidos. Así se empezaron a medir los efectos incubados en la interacción con la exposición y las motivaciones, entre exposición y percepción. Se descubre la categoría de heavy viewers que eran los más propensos a sobre estimar los contenidos negativos. Desde el análisis de contenido se identifican los valores que transmitía, los roles y estilos de vida que más empatía discursiva hacían con las audiencias. David Buckingham en su estudio sobre EastEnders, reporta los problemas de la vida diaria de los adolescentes y su consumo televisivo a través de grupos de discusión por edad, sexo, clase y raza (Buckingham, 1987). Desde la construcción de hábitos identifica que los adolescentes ven la televisión para ver de lo que todo mundo habla, para evitar quedarse fuera de la conversación, por presión social. En su estudio da cuenta que los jóvenes hacen una recolección colectiva de interpretaciones, dramatizaciones, imitaciones, recordaciones y textualizaciones de aspectos de la vida adulta de los que se les protege y los medios son un modo de conocer cosas de las que está prohibido hablar. Las jóvenes audiencias tienen un fuerte deseo de ser impresionados, de participar de los secretos normalmente escondidos en el curso de la vida diaria y con lo que se rompía la calma mediante consecuencias imprevistas.
El mismo Chris Barker a mediados de los noventa sigue sobre esta línea de consumo televisivo, particularmente de series como fuente de la construcción de la identidad. Las conversaciones registradas entre adolescentes constituyen la representación de ideas aún no constituidas sino en proceso de formación. La identidad es vista como un proceso de producción de significados en constante desarrollo y en movimiento, como una elección no como una herencia biológica (Barker, 2003). Bajo esta línea profundizan en la identidad de género de los personajes favoritos, la identidad sexual y cómo la televisión se vuelve un foro de discusión de temas difíciles. La audiencia activa descodifica los significados que se mueven fácilmente entre las discusiones de la trama y logran reconocer la naturaleza del texto dentro de un contexto de producción televisiva. Dan cuenta así que hay múltiples acepciones de realismo[3]. En esta línea se hace una notoria diferencia de género en el consumo televisivo identificando valiosos hallazgos como el que los hombres hablan menos de televisión que las mujeres, que los hombres están menos dispuestos y capacitados a hablar sobre algo largo tiempo, que los hombres están menos capacitados para hablar de temas implícitos como relaciones interpersonales, sexualidad o moralidad, que las mujeres abordan su concepción de relaciones y moralidad asociando las tramas con su propia vida y que los hombres se entusiasman por tramas de acción. Se descubre que la re-narración de la narrativa es en sí una exploración moral. La conversación es en sí una fase de la construcción de la identidad, entre más realista sea más en serio la toman. Barker planteará una construcción reflexiva sobre las identidades híbridas y las identidades múltiples.
Con los estudios de recepción se plantearon interrogantes sobre qué es lo que hacen los medios a los adolescentes y qué hacen los adolescentes con los medios, así identificaron aspectos que la vida real que les preocupaba (comportamientos, estilos de vida, problemas, tiempos empleados en el consumo, valores y normas) haciendo distinciones por raza, sexo, edad, clases sociales, contextos de recepción, experiencias previas, coeficientes de inteligencia, necesidades informativas, aislamiento social, bajo concepto de sí mismo, insatisfacciones con la propia vida. Los medios son vistos como territorio común que fundamenta la coherencia interna del grupo al que pertenecen; desde ahí pueden definirse las fronteras. La televisión es en sí un agente de socialización. La pregunta que se harán es ¿qué tipo de valores, norma, actitudes, sistemas de roles, controles sociales u opiniones socializa? En los medios acceden a parcelas de la realidad sobre las que no tienen experiencia directa.
A continuación se detalla la evolución histórica y teórica del una serie de nuevos estudios para comprender su desarrollo y factores de diferenciación. Se matiza dicho desenvolvimiento considerando a las principales instituciones, autores y enfoques que se han dado desde la década de los noventa hasta la actualidad.




La institucionalización de los estudios de medios y jóvenes
Existe una gran vinculación de instituciones pro derechos humanos, productoras de medios, premios internacionales, centros de investigación y universidades con los estudios de recepción y consumo mediático infantil y juvenil. Se tienen como primeros antecedentes de esta relación: los congresos sobre niños y medios organizadas por la Asociación Internacional de Investigadores de Medios y Comunicación (International Association for Media and Communication Research, IAMCR[4]) fundada en 1948 en colaboración con la UNESCO y el Instituto Francés de Prensa de la Universidad de París; las actividades emprendidas por la Asociación Mundial de Editores de Periódicos (World Association of Newspapers, WAN[5]) desde 1948; las reuniones celebradas por la Unión de Radiodifusores de Europa (European Broadcasting Union[6]) desde 1950 en la que incluyeron un capítulo de análisis de audiencias infantiles y juveniles; la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (The International Board on Books for Young People[7]) fundada en 1953 en Zurich, Alemania por Jela Lepman para promover el entendimiento entre los pueblos a través de la literatura y los libros para niños, desde 1979 han promovido la literatura infantil y juvenil a través de la Feria Internacional; los trabajos de la Asociación de Internacional de Periódicos para la Educación (Newspaper in Educacion, NiE[8]) establecida en 1955 para promover el desarrollo de competencias de lecto-escritura en niños y jóvenes; el Premio Internacional a la Juventud (Prix Jeunesse International[9]) que se entrega bianualmente desde 1964 en Munich, Alemania; El Premio Japonés de Programas Internacionales Educativos (Japan Prize International Contest for Educational Media Program[10]) que se realiza en Tokio desde 1965; y El Premio del Danubio (Prix Danube[11]) entregado bianualmente desde 1971, que incluye un Festival Internacional de Programas de Televisión para la Infancia y la Juventud y que se realiza en Bratislavia, en la República Eslovaca. Todas estas actividades influyeron en la búsqueda de la mejora de los contenidos televisivos y cinematográficos, generando información, premios, directrices, lineamientos y cooperación internacional para promover la investigación sobre el consumo de medios en niños y jóvenes, así como en el desarrollo de competencias y alfabetización mediática (Von Feilitzen & Bucht, 2001). Estos primeros trabajos fueron generando una agenda mundial de investigación que se ha extendido a diversos ámbitos de acción más allá del ámbito académico constituyéndose en políticas públicas de acción educativa y vinculadas con el desarrollo económico, político y cultural a nivel mundial.
Tan sólo hay que ver que de 1994 al 2001 se celebraron más de 25 reuniones internacionales en las que se analizaron modos de producción, comercialización, regulación, recepción e impacto de los medios en la vida y cultura infantil y juvenil (Von Feilitzen & Bucht, 2001). A continuación se presentan los principales aspectos tratados en dichas reuniones.
1.     Nuevas Rutas en la Educación para los Medios: se realizó en Toulouse, Francia del 2 al 6 de julio de 1990. Fue un coloquio organizado por el Instituto Británico cinematográfico (BFI), el Centro de Enlace para la Información y Recursos para la Educación de Francia (CLEMI), en sociedad con la UNESCO y el Consejo de Europa. 177 participantes de 45 países discutieron sobre la naturaleza y los recursos para la educación mediática, el rol y la influencia de los medios, los medios usados para la educación, el concepto de “alfabetización” (literacy) y su relación con la teoría y práctica de la educación mediática. La reunión de Toulouse ayudó a definir la necesidad de una revisión radical de la noción de educación mediática de cara a un escenario mediático cambiante. Se exigió nueva investigación en contextos culturales diversos. El coloquio fue documentado en el texto New Directions. Media Education Worldwide (Bazalgette, Bevort, & Savino, 1992).
2.     Niños de la pantalla. Seminario anual que se realiza desde mediados de los 90 reuniendo a académicos, investigadores y profesionales de los medios para discutir sobre la educación mediática audiovisual. Es auspiciado por la Asociación Europea de Cinematografía Infantil (ECFA) con sede en Bruselas, Bélgica y El Departamento de Cultura de Lombardía, Italia. En 1999 realizaron en Como, Italia un seminario orientado a la violencia audiovisual y en el 2000 se enfocó a la creatividad infantil en la era digital. 
3.     La Reunión de Bratislava: celebrada en Eslovaquia en 1994, y auspiciada por el Centro Internacional de Cinematografía para Niños y Jóvenes (International Centre of Films for Children and Young People) de Canadá. En el marco de un encuentro de productores de programación televisiva entre televisoras del Este y Oeste de Europa se firmó la Resolución de Bratislava en la que se definen los mínimos requerimientos para la producción de televisión y cine infantil. Esta reunión es un parte aguas para la construcción de una Declaración Internacional y Regional sobre Medios y Niños.
4.     No violencia, tolerancia y televisión: en el marco de la celebración del 125 Aniversario de Mahatma Gandhi, se celebró el 1º de Abril de 1994 en Nueva Deli, India una mesa redonda sobre No violencia, tolerancia y televisión. Coorganizada por la UNESCO, el gobierno Indio y el Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación (IPDC). Bajo el mismo título que la mesa se elaboró un documento que sirvió de guía en la materia.
5.     Encuentro Mundial en Educación para los Medios: realizada en La Coruña, España en 1995. Resultado de esta reunión fue la creación del Consejo Mundial de Educación para los Medios en 1996, un foro para investigadores, educadores y organizaciones no gubernamentales. Un comité organizó el II Encuentro Mundial y el Congreso Internacional en Comunicación y Educación en cooperación con la Universidad de Sao Paulo en Brasil en 1998. En el 2000 se realizó en Toronto, Canadá el III Encuentro Mundial añadiendo un componente digital, la Red Mundial para la Educación para los Medios (WNME).
6.     Primera Cumbre Mundial de Televisión y Niños: se realizó en marzo de 1995 en Melbourne, Australia auspiciada por la Fundación Australiana para la Televisión Infantil (Australian Children’s Television Foundation, ACTF). Participaron 637 delegados de 71 países. Esta reunión sentó el procedente para otras reuniones globales y regionales relacionadas con el tema de niños y medios.
7.     Violencia en la pantalla y Derechos de la Infancia: en septiembre de 1995, en Lund Suecia, la UNESCO, UNICEF y la Comisión Nacional Sueca de la UNESCO, organizaron este seminario en el que participaron 130 representantes de 20 países. Ahí se apeló la creación de una cámara de compensación que investigara y compilara información al respecto. En colaboración con el gobierno sueco, la UNESCO conformó el International Clearinghouse on Children and Violence on the Screen establecido por el Nordicom de la Universidad de Gothenburg, Suecia en 1997.
8.     La Cumbre de los Países en Desarrollo del Sur de África para la Niñez y la Radiodifusión: En 1995, como resultado de la Cumbre Mundial en Australia, se conformó la Fundación para los Niños y la Radiodifusión para África (The Children and Broadcasting Foundation for Africa, CBFA), esta organización convocó el 31 de mayo de 1996, en Johannesburgo, Sudáfrica, promoviendo políticas de producción emancipadas de una visión producto de los países dominantes.
9.     Agora: Desde mediados de los 90 se ha realizado en Grecia organizado por el Centro Europeo de Televisión Infantil (European Children’s Television Centre, E.C.T.C). Se han especializado en producción audiovisual e investigación sobre las necesidades de las audiencias infantiles enfatizando la promoción de una programación infantil para la zona de los Balcanes, el mediterráneo y algunos países europeos. Después de la 3ª Cumbre Mundial de Medios para la Infancia, en 2001, Agora se volvió en una Cumbre Regional.
10.  La Cumbre Asiática en Derechos de la Infancia y los Medios: se realizó del 2 al 5 de julio de 1996 en Manila, Filipinas. Participaron como organizadores la UNICEF, El Centro de Medios, Información y Comunicación Asiático (Asian Media Information and Communication Centre, AMIC), la Fundación Filipina para la Televisión Infantil (Philippine Children’s Television Foundation, PCTVF), la Unión de Radiodifusores de Asia-Pacífico (Asia-Pacific Broadcasting Union, ABU), y el Consejo para el bienestar de los Niños (Council for the Welfare of Children, CWC). En esta Cumbre sea analizaron los derechos de la infancia y la influencia que ejerce el consumo de medios, el acceso a los mismo, la promoción de la diversidad cultural, los valores y el poder educativo de los medios. A la Cumbre asistieron delegados de 16 países, comunicadores, gobernantes y educadores; ahí se adoptó la Declaración Asiática Pro Derechos de la Infancia y los Medios.
11.  El Comité de la Naciones Unidas de los Derechos de los Niños: el 7 de octubre de 1996, el comité creado para la supervisión e implementación de los derechos de la infancia dedicó un día temático para la reflexión sobre los medios y los niños. Se abordaron tres temáticas centrales: la participación infantil en los medios, la protección de los niños ante influencias dañinas y la integridad de los niños en la cobertura periodística. Se estableció un grupo multisectorial que se reunió el 17 de abril de 1997 para dar seguimiento a los trabajos aquí presentados.
12.  El Primer Foro Internacional de Investigadores en Niñez y Medios: se realizó del 21 al 25 de abril de 1997 en París con el título Jóvenes y Medios del Mañana bajo la dirección del Grupo de Investigación sobre la relación entre niños y medios. La reunión derivó de la necesidad de los investigadores en intercambiar teorías, métodos y hallazgos. Bianualmente habían intercambiado información desde la Primer Cumbre Mundial en Televisión e Infancia celebrada en Australia en 1995. Encabezado por la investigadora Elisabeth Auclaire se buscaron luces para que los investigadores obtuvieran información sobre el rol positivo que los medios podrían jugar en la vida de los niños y qué es lo que niños y jóvenes hacen con los medios que los rodean.
13.  La Primera Cumbre Todos Africa (All African Summit): realizada en Accra, Ghana del 8 al 12 de octubre de 1997. El mayor de los logros fue la adopción de la Carta de África para la Programación infantil. Se dio gran énfasis en la educación y desarrollo que necesita la niñez africana buscando protegerla de la explotación comercial. La Carta fue ratificada en junio de 2000 en Argel.
14.  La Segunda Cumbre Mundial de Televisión para la Infancia: se realizó del 9 al 13 de marzo de 1998 en Londres auspiciada por la BBC, Canal 4, ITV y Nickelodeon del Reino Unido. Coordinada por Anna Home, directora de programación infantil de la BBC logró la tención de 1,300 productores, escritores, políticos, legisladores, educadores e investigadores de 74 países. Entre los temas tocados estuvieron la naturaleza de las audiencias infantiles, géneros de programación, producción y regulación, financiamiento, publicidad, nuevos medios, globalización y nuevas alianzas estratégicas. Las memorias se publicaron con el apoyo del Centro de Políticas Públicas de Annenberg en la Universidad de Pennsylvania.
15.  El Poder de la Cultura-Conferencia Intergubernamental en Políticas Culturales para el Desarrollo: La más grande en su tipo realizada por un gobierno, se celebró del 30 de marzo al 2 de abril de 1998 en Estocolmo. Fue realizada por la UNESCO para transformar las ideas centrales del reporte Our Creative Diversity presentado en 1995 por la Comisión Mundial en Cultura y Desarrollo dirigida por Javier Pérez de Cuéllar. El documento ofrecía un plan de acción para influir políticamente en la agenda internacional, contenía un capítulo dedicado a los niños y  jóvenes y otro a los medios de comunicación. 
16.  Periodismo 2000. Derechos de la infancia y los medios: organizada por la Federación Internacional de Periodistas (IFJ) se realizó el 2 de mayo de 1998 en Recife, Brasil. Previa a esta se realizó una encuesta mundial para identificar los estándares mundiales de la cobertura de temas infantiles. Fruto de la reunión se adoptó el Documento IFJ Derechos de la infancia y los medios: Directrices para periodistas.
17.  El Desafío de Oslo: a finales de 1998 el gobierno noruego y la UNICEF en respuesta a las recomendaciones del grupo de trabajo del Comité de las Naciones Unidas se reunieron para identificar una serie de buenas prácticas de todos los sectores vinculados con los derechos de los niños y los medios. El 18 y 19 de noviembre de 1999 se reunieron un grupo de más 30 expertos, profesionales, investigadores y voluntarios para realizar una lluvia de ideas que contribuyeran a la configuración de una agenda. El 20 de noviembre de 1999, en el marco del 10º Aniversario de la Convención de los Derechos de la Infancia de las Naciones Unidas hicieron un llamado a la acción para los profesionales de los medios, los padres de familia, académicos e investigadores para dar cuenta del poder de los medios en la vida de los niños, siendo este la primera llamada real a la acción.
18.  Educar para los Medios y la Era Digital: Congreso organizado en Viena, Austria, en abril de 1999 por la Comisión Nacional Austriaca de la UNESCO y el Ministerio Federal Austriaco en Asuntos Culturales. 41 invitados de 33 países generaron una serie de recomendaciones que se añadieron a los programas de 2000 y 2001 organizados por la UNESCO.
19.  Cumbre 2000 en Toronto. Considerado como el mayor evento de educación para los medio jamás realizado. Con el tema, Niños, Jóvenes y Medios más allá del milenio, se realizó del 13 al 17 de mayo del 2000. Fue organizado por la Alianza por los Niños y la Televisión de Canadá, El Centro Americano para los Niños y los Medios de EUA, La Asociación de Alfabetización mediática de Ontario, Canadá y el Proyecto de Comunicación Jesuita de Canadá. Se realizó fundamentado en tres pilares: una sección para medios, otra para académicos y finalmente una en educación para los medios. Más de 1,400 participantes de 55 países asistieron. Las memorias se editaron bajo el título de Media Education Newsletter from Canada (Pungente, 2000)
20.  MAGIC, el Seguimiento al Desafío de Oslo: en 2001 como respuesta al Desafío de Oslo, la UNICEF lanzó en colaboración con el gobierno de Noruega el proyecto MAGIC, un compendio de acciones e ideas para los niños; mismas que sirvieron para su implementación en diversos sectores. Derivado de ello se estableció una red de colaboración internacional en la materia.
21.  La Cumbre Regional de África Occidental de los Medios para Niños (West African Regional Summit on Media for Children): celebrado en Abuja Nigeria del 24 al 27 de mayo de 2000, fue coordinado por la Glorious Diamond Productions and Children and Broadcasting Foundation for Africa en colaboración con la UNICEF. La reunión se centró en la organización de la 3ª Cumbre Mundial de Medios para la Infancia que se realizó en Grecia en marzo de 2001.
22.  Segundo Foro Internacional de Investigadores en Niños y Medios: Se celebró del 26 al 29 de noviembre del 2000 en Sydney, Australia, auspiciado por la Comisión Nacional Australiana de la UNESCO y con el título Jóvenes y Medios del Mañana. Problemas y Perspectivas. Dirigido por Gareth Grainger promovió la discusión en temas de investigación, metodologías, aproximaciones y políticas vinculadas con los medios. Asistieron 300 participantes que dialogaron sobre producción y consumo de medios por adolescentes; globalización y socialización; políticas y regulación de los medios para los jóvenes.
23.  El Foro de Televisión para la Infancia y la Juventud de Asia-Pacífico: fue coorganizado por el Sistema de Radiodifusión Educativa de Korea (Korea Educational Broadcasting System, EBS), la Unión de Radiodifusores de Asia-Pacífico, ABU y la UNICEF en Seúl, Corea del Sur del 4 al 7 de febrero de 2001. Se discutió el rol crítico y la responsabilidad que tienen los productores en la defensa de los derechos de las jóvenes audiencias. El foro fue la primer reunión de seguimiento tras la Cumbre Asiática por Derechos de la Infancia celebrada en 1996. Se adoptó un declaración oficial misma que se llevó a la 3ª Cumbre Mundial de Medios para la Infancia y se compartió con los gobiernos asistentes a la Quinta Consulta Ministerial celebrada en mayo de 2001 en Beijing; aquí se asientan las ideas prácticas para los programas e informativos infantiles destacando como servir mejor a los intereses de los niños en un mercado global.
24.  Seminario de Expertos de la Unión Europea Niños y Jóvenes en el Horizonte de los Nuevos Medios: celebrado el 12 y 13 de febrero de 2001 organizado por la presidencia sueca de la Unión Europea en cooperación con la Comisión Europea. El seminario reunió a 200 representantes y autoridades de la Unión Europea. El tema fue la situación de los menores en los medios y su pronta incorporación fruto de la globalización, digitalización y la emergencia de los nuevos medios; así como el buscar proteger a los infantes de los contenidos nocivos en Internet, videojuegos, televisión y sistemas de cómputo.
25.  3ª Cumbre Mundial de Medios para la Infancia: se realizó del 23 al 26 de marzo de 2001 en Salónica, Grecia. Producida por el Centro Europeo de Televisión Infantil con el auspicio del Instituto Audiovisual Helénico (IOM) y organizado por el Desarrollo de los Medios Infantiles (Children’s Media Development, CMD). Asistieron 850 participantes de 80 países. Entre los temas tratados estuvieron medios y globalización, acceso universal, virtualidad, animación digital, nuevas tecnologías, investigación en medios y educación para los medios. Se propuso el borrador de la Declaración de Salónica: Compromisos para el futuro.

Los derechos de los niños y jóvenes y el consumo de medios: el caso Nordicom
Como se pudo ver anteriormente, en la década de los noventa surge un particular interés internacional por desarrollar proyectos de investigación enfocados al tema de niños, jóvenes y medios. Una primera aproximación de estos estudios estuvo vinculada con el tema de violencia mediática y derechos de los niños y adolescentes. Un detonador de estos estudios fue una conferencia internacional sobre violencia mediática y derechos de los niños convocada por la Comisión Sueca de la UNESCO en 1995, en la ciudad de Lund.
Producto de este interés por parte del Gobierno de Suecia y la UNESCO se funda, en 1997, en la Universidad de Gothenburg en Suecia, en colaboración con el Nordic Information Centre for Media and Communication Research, el International Clearinghouse on Children, Youth and Media. Entre los objetivos que se plantearon con este trabajo colaborativo estuvo el entender los entornos mediáticos y aumentar, con ello, los conocimientos y la competencia de niños y jóvenes en su discernimiento de los medios de comunicación. Redundando, la mayor parte de los estudios, en educación mediática, empoderamiento y participación de los niños y jóvenes en los medios de comunicación.
Derivado de estos trabajos se ha conformado una red mundial de investigadores e instituciones que están produciendo sumarios, publicaciones, boletines y anuarios de investigación en los que se han tratado temas como educación mediática, participación infantil y juvenil en medios de comunicación, juegos de video y ordenadores y globalización mediática.
Los trabajos anuales de investigación comenzarán n 1998, con el trabajo de coordinación editorial de Ulla Carlsson y Cecilia Von Filitzen quienes editan el texto Children and Media Violence (Carlsson & Von Feilitzen, Children and media violence. Yearbook. 1998, 1998). Particularmente en el libro se publican ciertos capítulos seminales para entender el tema del consumo mediático y los niños y adolescentes, tal son los estudios de Thomas Hammarberg (Hammarberg, Children and Harmful Influences from the Media. The Significance of the UN Convention, 1998), (Hammarberg, 1998) y Carlos Arnoldo, Asa Finnström (Arnoldo & Finnström, 1998), en los que se explora la influencia mediática y la vinculación de los jóvenes con los medios de comunicación. En ese mismo anuario se pueden encontrar los análisis de consumo de medios en China (Yunxiao, 1998), Australia (Nuget, 1998), Sudáfrica (Bulbulia, 1998), Flandes (Roe, 1998), y una panorámica global de corte estadístico (Lamb, 1998).
Un año después las mismas Ulla Carlsson y Cecilia Von Filitzen, se adentran al tema de jóvenes y medios desde la educación audiovisual con fines de empoderamiento y participación y publican el anuario Children and Media: Image Education Participation (Von Feilitzen & Carlsson, 1999). En este anuario centrado mayoritariamente en la alfabetización en medios aparecen estudios vinculados con el acceso y uso de medios (David, 1999), el cambiante ecosistema mediático de los niños (Livingstone, Holden, & Bovill, Children’s Changing Media Environment. Overview of a European Comparative Study, 1999), la imagen de los niños en los medios (Groebel, 1999), el niño como nuevo sujeto de consumo (Rao, 1999) y la participación social de los niños a través internet (Sundin, 1999). Al igual que su anuario anterior proyectan experiencias globales tales como la de Pakistan (Mohsin Gilani, 1999) e India (Kumar, 1999).
En el año 2000, Cecilia von Feilitzen y Ulla Carlsson centran sus trabajos de investigación en la relación de los contenidos sexuales y pornográficos con el consumo de medios e hipermedios  (Von Feilitzen & Carlsson, 2000). Posteriormente en el 2001, Cecilia Von Feilitzen, en colaboración con Catharina Bucht (Von Feilitzen & Bucht, 2001) generan el anuario Outlooks on Children and Media centrando los trabajos de investigación en el ecosistema mediático y su vinculación con la publicidad, los juegos electrónicos, los contenidos mediáticos, la regulación y la autorregulación, y la educación mediática, dando un énfasis a las esperanzas y temores de las jóvenes audiencias.  
En 2002, Von Feilitzen y Ulla Carlsson vuelven a trabajar juntas como editoras del anuario (Von Feilitzen & Carlsson, 2002), los trabajos en esta ocasión ilustran la incidencia de la globalización de los medios en la vida de los jóvenes (Von Feilitzen, 2002). Particularmente enfatizan en la identidad cultural de los niños y jóvenes (Zanker, Tracking the Global in the Local: On Children’s Culture in a Small National Media Market, 2002), las divisiones y fragmentaciones derivadas de la televisión vía satélite, los juegos de internet, la publicidad global, los nuevos medios (Montgomery K. , Digital Kids: The New On-Line Children’s Consumer Culture, 2002) y la música popular. Nuevamente incluyen una perspectiva global e incluyen los casos de África (Nyamnjoh F. , 2002), Israel (Lemish, 2002) y Argentina (Morduchowicz, The Meanings of Television for Underprivileged Children in Argentina, 2002).
En 2003, las editoras dedican su trabajo a reflexionar sobre las medidas de regulación, autorregulación y corregulación de los medios de comunicación apostando de manera teórica a la alfabetización mediática como medida para promover en los niños y jóvenes una lectura crítica, responsable y propositiva de los mensajes comunicativos. De igual forma se contempla la responsabilidad que tienen los padres de familia, educadores y sociedad civil en la promoción y protección de contenidos. El anuario llevó por título Promote or Protect? Perspectives on Media Literacy and Media Regulations. (Von Feilitzen & Carlsson, 2003).  De ese volumen destacan los estudios centrados en la relación de niños y jóvenes con el consumo de internet (Larsson, 2003), así como el estudio que explora el ecosistema mediático en España, Brasil, Noruega, Sudáfrica y la India (Casas, González, & Figuer, 2003).
En el 2004, Cecilia von Feilitzen, da un giro a los estudios dejando la perspectiva macro para centrarse en los principales formatos de consumo televisivo (Von Feilitzen, 2004). En el texto Young People, Soap Operas and Reality TV le preocupa tanto la transformación extrema de la telenovela por la telerrealidad como el impacto que está generando en las audiencias juveniles y en la opinión pública. La mayor parte de los trabajos se centran en la recepción y el análisis de contenido ofreciendo valiosos aportes para los estudios audiovisuales y su vinculación con las jóvenes audiencias.
En el 2005, dejan de lado la producción del anuario y la retoman un año después centrando la reflexión en la relación del consumo mediático de niños y jóvenes en la era digital. Bajo el título: In the Service of Young People? Studies and Reflections on Media in the Digital Age (Carlsson & Von Feilitzen, 2006). Los autores profundizan en las diferencias entre consumo mediático y el hipermediático, y la noción de mundos mediáticos y mundos virtuales (Zanker & Lealand, 2006). El texto da un gran énfasis a las medidas proteccionistas de la infancia, la brecha y pobreza digital (Warah, 2006), el papel que juega el rating y la mercadotecnia integrada en la producción y consumo de contenidos. Particularmente sobresalen los textos de Bonnie Bracey Sutton en el que se da cuenta la existencia de un nuevo tipo de audiencia (Bracey Sutton, 2006) y el de Vitor Reia Baptista quien identifica los nuevos ambientes de exposición de medios producto de las nuevas narrativas derivadas de la aparición de internet (Reia Baptista, 2006).
El 2007, hay un reajuste en el equipo editorial y toman la coordinación del anuario Karin M. Ekström y Birgitte Tufte. El libro Children, Media and Consumption. On the Front Edge (Ekström & Tufte, 2007) registra el cambiante entorno mediático derivado de las tecnologías de información y comunicación. El poder de penetración de los medios y la publicidad dirigida a jóvenes invita a los investigadores de este volumen a plantearse las estrategias y canales que se están expandiendo: internet, televisión satelital y telefonía móvil (Martensen, 2007). Desde ese contexto hablan de una nueva cultura mediática, de nuevas fórmulas como el edu-entretenimiento transversal empleado para la mercadotecnia y la educación (Buckingham, That’s Edutainment. New Media, Marketing and Education in the Home, 2007), el consumo de videojuegos para computadoras (Aarsand, 2007), la privacidad fuera y en línea, los tween como consumidores (Tufte B. , 2007) e incluso la apuesta metodológica etnográfica planteada por Vebjorg Tingstand para estudiar a los nuevos medios (Tingstand, 2007). Este volumen ofrece importantes aportaciones teóricas para entender la relación entre publicidad, mercadotecnia, consumo de productos, recepción y consumo de medios en población juvenil.
La preocupación global de Clearinghouse por la defensa de los niños/jóvenes y sus derechos, como audiencias vulnerables, les llevan a dedicar el décimo de sus anuarios a los medios de comunicación africanos y los niños de África (Pecora, Osei-Hwere, & Carlsson, 2008). Aún cuando habían incluido panorámicas globales, es el primero de sus esfuerzos por darle un matiz geográfico y continental saliéndose del marco de referencia occidental e intercultural. Detrás de este volumen hay un gran esfuerzo por teorizar sobre los medios de comunicación, el entretenimiento y el trabajo que hay que hacer para lograr una alfabetización digital efectiva que erradique la gran brecha que existe a nivel continental (Walton & Prinsloo, 2008). Igualmente es valiosa la perspectiva de análisis desde la globalización y la hiperconcentración mediática y su agenda en el continente africano (Nyamnjoh F. , 2008).
En el 2009, nuevamente hay un ajuste editorial y toman el anuario Thomas Tufte y Florencia Enghel. Los trabajos los centrarán en la sobre-exposición mediática de los jóvenes como actores y ciudadanos (Tufte & Enghel, 2009). Bajo el título Youth Engaging With the World. Media, Communication and Social Change, agrupan los trabajos de investigadores que exploran el mundo del entretenimiento, las redes sociales, la movilización social, la inteligencia colectiva y las prácticas sociales innovadoras. También enfatizan en los jóvenes como prosumidores, destacando esta nueva capacidad para producir, comprender, interactuar, socializar y multiplicar contenidos y formatos mezclando viejos y nuevos medios. En este volumen llama la atención el tipo de compromiso mediático que establecen los jóvenes en su condición dicotómica de diferentes, desiguales y desconectados e iguales, conectados y homogéneos (Enghel & Tufte, 2009). Desde la óptica de la comunicación y el cambio social que producen las jóvenes audiencias llama la atención el trabajo de la mexicana Rossana Reguillo (Reguillo, 2009); así mismo, exploran desde la memoria (Rosemberg, Flachsland, & Enghel, 2009), la negociación la integración y la identidad la comunicación juvenil por sus derechos, la justicia, el cambio político y social desde las narrativas e historias mediatizadas (Kromann-Larsen, Grøndahl Hansen, & Grauenkær Jensen, 2009). El anuario dedica un apartado a los jóvenes como sujetos de contenidos, programas, proyectos y regulaciones mediáticas; así como a los jóvenes como participantes de la producción y la conexión que pueden establecer desde los procesos comunicativos con el mundo (De Araújo, 2009).
En 2010, Ulla Carlsson, regresa a la edición del anuario con una preocupación fundamental, la cultura digital mediática y su impacto en niños y jóvenes. Sin embargo describe el fenómeno desde el enfoque geográfico y lo explora desde el horizonte Nórdico dejando de lado la dimensión global que caracterizaba los anuarios (Carlsson, 2010). Con este libro dividido en tres apartados, le dedican un gran peso a la alfabetización mediática (Varis, 2010), su importancia y desafíos (Kotilainen, 2010). Entre las competencias digitales identificadas hablan de la democratización (Drotner, 2010), la participación y el compromiso cívico (Erstad, 2010). Llama la atención el trabajo de Thorbjörn Broddason, Kjartan Ólafsson y Sólveig Margrét Karlsdóttir en el que exploran la ampliación de la noción de juventud (Broddason, Ólafsson, & Mar, 2010) y lo que implica crecer en un mundo de hiperconsumo (Hagen , 2010).
Finalmente en 2011, regresan a trabajar juntas Cecilia von Feilitzen, Ulla Carlsson y Catharina Bucht (Von Feilitzen, Carlsson, & Bucht, 2011) y editan el anuario en el marco de la Cumbre Mundial de Medios para Niños y Jóvenes celebrado en 2010 en Karlstad, Suecia. Con es contexto como marco de referencia se plantean nuevas preguntas, nuevas ideas y nuevos enfoques considerando las perspectivas de África, Asia, Europa, América Latina y América del Norte en temas como consumo y salud, ética de los medios y responsabilidad social, derechos humanos, competencias digitales y e-strategias (Frau-Meigs, 2011), cambio social y educación para los medios.
Paralelo a la publicación del Anuario, Nordicom ha editado 19 libros, desde 1999 a la fecha. Existen tres volúmenes dedicados a compilar bibliografías de investigaciones relacionadas con: Niños y violencia mediática (selección desde 1989), Pornografía y sexo en los medios (selección desde 1970 al 2000); e Investigaciones sobre Video y juegos de computadora (desde 1970 al 2000). Las ediciones de 2001 y 2002 dedican los esfuerzos de investigación a la influencia que ejerce la violencia mediática y su impacto en la sociedad, establecen ahí una especie de estado del arte desde las investigaciones generadas en la década de los 20 hasta los recientes estudios sobre internet, juegos de video, cine y televisión. En el 2004, ante el gran nivel de penetración de los videojuegos surge la interrogante sobre cuán dañinos son para el desarrollo de los niños y jóvenes haciendo ver que sus implicaciones son más complejas que un simple “Sí” o un “No”. El informe fue publicado en inglés bajo el título Playing with Fire. How do Computer Games Influence the Player?  (Egenfeldt-Nielsen & Heide Smith, 2004). Un aporte fundamental del trabajo son las consideraciones en cuatro temas fundamentales: los usuarios activos, la posible adicción al videojuego, la identificación de grupos y audiencias vulnerables y si los juegos violentos producen comportamientos violentos. Un año después publican una edición en sueco explorando nuevamente el tema de la pornografía mediática y sus efectos.
En el 2005, los trabajos del Centro dan un giro centrando su atención en la dimensión de género de los mensajes mediáticos (Jacobson, 2005). Además de los trabajos de investigación articulas las directrices dadas por la Federación Internacional de Periodistas, Child Rights and the Media, Putting Children in the Right y la UNESCO.
En 2006, por petición de la UNESCO y con la intención de proponer formas creativas e innovadoras para reducir la violencia mediática en los medios electrónicos y digitales, desarrolló un volumen  denominado Regulation, Awareness, Empowerment. Young People and Harmful Media Content in the Digital Age (Carlsson, 2006) en el se encuentra un valioso enfoque ya que se propone el no hablar en términos de violencia mediática sino de “contenidos dañinos y ofensivos” dependiendo de las situaciones concretas (Livingstone & Millwood Hargrave, 2006); asimismo se plantean mediadas de co-regulación (Schulz & Held, 2006), regulación y autorregulación mediática (Frau-Meigs, 2006) acompañadas de propuestas de alfabetización mediática para niños, jóvenes, padres de familia y educadores.
En 2008, bajo un enfoque intercultural y no occidental, editan el texto Empowerment Through Media Education: An Intercultural Dialogue ( Jacquinot-Delaunay , Pérez Tornero, Tayie, & Carlsson, 2008). En el texto es tangible: la preocupación por el paso de las audiencias pasivas a una modalidad activa; el surgimiento de una sociedad móvil y digital en el que se hacen más notorias las brechas informativas y mediáticas; los flujos comunicativos a través de nuevos canales. El texto tiene como punto de partida las conferencias sobre educación y medios celebradas en Riad y París en el 2007. Singular es el informe de Patrick Verniers y Evelyne Bevort sobre la apropiación de nuevos medios por parte de jóvenes europeos (Verniers & Bevort, 2008).
En 2009 bajo la coordinación de Sonia Livingstone y Leslie Haddon se publica en un pequeño informe estadístico del consumo mediático digital de Europa (Livingstone & Haddon, 2009). El informe además de contar con un artículo introductorio de las editoras, reflexionan en torno a la conferencia realizada por la Presidencia Sueca de la Unión Europea en julio de 2009 denominada Promoviendo a la Generación Creativa. En el corazón del informe está la gran transformación en los usos y apropiaciones que están haciendo las jóvenes audiencias de los medios digitales. Ese mismo año Cecilia von Feilitzen rescata el tema central de los estudios del Centro, la violencia mediática (Von Feilitzen, 2009) clasificando los estudios realizados en la materia bajo la perspectiva mediática, del usuario, la cultura, la economía política indagando su influencia en el cine, la televisión, los videojuegos, internet y la telefonía móvil. En 2010 editan dos textos más en sueco dedicados a explorar la cultura digital y su impacto en los jóvenes (Carlsson, 2010), así como la violencia mediada (Von Feilitzen, 2010) y dos en inglés; el primero de ellos en el que se identifica a una nueva categoría de pequeños y nuevos consumidores de medios, es decir, los niños de pre-escolar (Dolores Souza & Cabello, 2010) y el segundo explora desde la perspectiva nórdica el tema de la educación para los medios vinculada al tema de los derechos humanos y particularmente a los derechos de la infancia (Kotilainen & Arnolds-Granlund, 2010), múltiples son los enfoques planteados; sin embargo, para los fines de esta investigación es valioso el capítulo de Ingunn Hagen en el que se explora el cambiante ecosistema mediático de los niños y jóvenes, sus implicaciones y desafíos (Hagen, 2010).
En 2011, editan  los resultados del capítulo Suecia de la Encuesta sobre niños en línea intentando responder a la interrogante qué tan peligroso es el internet (Von Feilitzen, Findahl, & Dunkels, 2011). Aún cuando el texto se carga a identificar los riesgos, ofensas y molestias reales en los niños producto de la violencia, las imágenes sexuales, los mensajes de acoso y el uso indebido de datos personales, profundiza en las interacciones y mediaciones que resultan de la comunicación mediada por computadoras. En 2012, explora nuevamente el tema y saca una edición digital con motivo del Día de la Seguridad en internet (Von Feilitzen, 2012).
El International Clearinghouse on Children, Youth & Media se ha convertido en uno de los principales puntos de referencia para los estudios internacionales sobre niños, jóvenes y medios. Desde este Centro Internacional de Conocimiento han logrado reunir las más importantes investigaciones, bases de datos y proyectos vinculados a la educación para los medios, la alfabetización mediática e hipermediatica y la participación de las jóvenes audiencias en los medios.

El aprendizaje con medios digitales
En 2005, La Fundación John D. y Catherine T. MacArthur desarrolló un fondo de investigación orientado a las áreas de medios digitales y educación para indagar las prácticas juveniles y la elaboración de programas de alfabetización digital con el fin de impulsar reformas educativas, la innovación tecnológica y la investigación de punta en la materia. A la luz de conversaciones multidisciplinarias y colocando al frente del proyecto editorial a los más destacados investigadores en la materia, generaron una colección de textos básicos especializados en cultura digital y jóvenes.  
Mizuko Ito, Cathy Davidson, Henry Jenkins, Carol Lee, Michael Eisenber y Joanne Weiss, como asesores de la colección trabajaron bajo la hipótesis de que aquellos que se encuentran inmersos en las nuevas herramientas y redes digitales están altamente comprometidos con una exploración sin precedente del lenguaje, los juegos, la interacción social, la solución de problemas y la actividad auto-dirigida, lo cual conlleva a formas diversas de aprendizaje.
Estas nuevas formas de aprendizaje son un reflejo de expresiones de identidad, independencia, creatividad y de una nueva habilidad para aprender, juzgar y pensar sistemáticamente.
            La serie desarrollada con el apoyo de la Fundación MacArthur, analiza la fuerte relación que existe ente jóvenes, aprendizaje y medios digitales, examina en todo momento los efectos de esta relación y cómo se modifican con ello patrones de aprendizaje, juego, producción, comunicación, creencias, auto-percepciones y formas de expresión.
            La nueva ecología mediática produce, por ende, nuevas formas de alfabetización mediática y modifica radicalmente los modos de participación mediática. Esta nueva realidad envuelve el desarrollo de nuevas habilidades, nuevas formas de entender, interpretar, investigar, crear y criticar a los mismos medios de comunicación. Los nuevos medios con los cuales están mediando la realidad los jóvenes, son altamente interactivos, implican formas de comunicación entre pares, de muchos-a-muchos, más democráticas, baratas, participativas e hiperjerárquicas.
Las audiencias pasivas pasaron a ser usuarias y consumidoras de medios. La posición activa de estos prosumidores y el poder de visibilidad y expresión que permiten los nuevos medios, coloca a los jóvenes en el corazón de la cultura digital, pasando, con ello, a convertirse en legítimos actores sociales y políticos cuyo potencial puede ser amplificado por este cambio mediático.
            Fruto de este esfuerzo, Tara McPherson editó en 2008 el volumen Digital Youth, Innovation, And The Unexpected (McPherson, 2008) destacando las nuevas reglas para el futuro. El libro explora las formas de aprendizaje que permitían los viejos medios y las alfabetizaciones derivadas de los nuevos medios particularmente a través de internet (Livingstone, 2008) y los videojuegos. Centradas en los riesgos e implicaciones de las nuevas tecnologías ante el incremento de las niñas en internet, se ubica el trabajo de Justine Cassell y Meg Cramer (Cassell & Cramer, 2008). En la línea de las generaciones digitales y las medidas de control en el contexto digital está el trabajo de Robert A. Heverly (Heverly, 2008) y el de Robert Samuels quien establece una reflexión sobre al autonomía y la automatización de la cultura, la tecnología y la educación en los tiempos de lo que él denomina la Auto-modernidad (Samuels, 2008).
            El mismo año, bajo la edición de W. Lance Bennett se publicó, Civic Life Online: Learning How Digital Media Can Engage Youth (Bennett, 2008), en el que se enfatiza en los grandes cambios en la noción de ciudadanía producto del advenimiento de la era digital. Las investigaciones exploran la democracia digital (Montgomery K. C., Youth and diital democracy: intersections of practice, policy and the marketplace, 2008), la brecha generacional en la política digital (Xenos & Foot, 2008), el uso de los medios y la voz pública para fomentar el compromiso cívico (Rheingold, 2008), así como el diseño y la experiencia de las identidades cívicas y las tecnologías en línea (Umaschi Bers, 2008).
            Siguiendo la línea de los estudios culturales y la preocupación por los temas de movilidad, globalización, etnicidad, género, raza e hibridaciones culturales e identitarias, Anna Everett, edita el volumen Learning Race and Ethnicity: Youth and Digital Media (Everett, 2008). En el texto se profundiza en el pasado y la visiones del futuro, los nuevos discursos, la esfera pública mediada por computadora y el futuro de la condición racial (Byrne, 2008); se revisan las prácticas artísticas en los territorios digitales, tale es el caso del hip-hop, la el artivismo chicano, los derechos civiles (Daniels, 2008), los arquetipos digitales, las voces de odio racial, las culturas emergentes en los juegos de video, la disparidad en la salud y la brecha racial.
            Responsabilidad, axiología, validación consensual y honestidad, están en el corazón de Digital Media, Youth and Credibility, el volumen editado por Miriam J. Metzger y Andrew J. Flanagin (2008). El texto incluye investigaciones que exploran modelos teóricos innovadores sobre el desarrollo cognitivo y la percepción de credibilidad en los jóvenes (Eastin, 2008); la aproximación heurística de los efectos de la tecnología sobre la credibilidad (Sundar, 2008); la confianza en materia de salud, política y las políticas públicas. La pregunta que rodea este volumen es ¿por qué confiar en internet? Y cómo es que los jóvenes establecen juicios de valor y confiabilidad ante lo que consumen de manera digital.
            En la línea de la nueva ecología mediática surge el volumen editado por Katie Salen, The Ecology of Games: Connecting Youth, Games, and Learning (2008). Salen, plantea una nueva ecología de aprendizaje en la que interactúan los juegos, la habitación y el mundo. Explorando las agendas ocultas detrás de los juegos de video se encuentran los trabajos de Mizuko Ito, que confronta la educación con el entretenimiento en los paquetes para niños (Ito M. , 2008); o el de Ian Bogost  que explora la retórica de los juegos de video (Bogost, 2008). De igual forma se adentran en la alfabetización lúdica y el desarrollo de competencias digitales e inteligencia colectiva a través de los videojuegos (Squire, 2008).
            Fundamental es el volumen editado por David Buckingham, Youth, Identity, and Digital Media (2008). Además de ofrecer una valiosa introducción sobre la manera en que los medios digitales impactan en la identidad de los jóvenes, establece importantes cuestionamientos sobre el sujeto moderno, los límites del determinismo tecnológico y obliga a replantear la noción de generaciones digitales. ciionamientos sobre el sujeto moderno, los ls jones digitales. En el volumen se pueden encontrar valiosos aportes sobre las identidades posteadas (Weber & Mitchell, 2008), las nociones de agencia, genero y participación en línea (Sillete, 2008), replanteamientos de la brecha generacional y la construcción adulta de la identidad juvenil digital (Herring, 2008), el papel de las redes sociales (Boyd, 2008), y las identidades móviles construidas desde la interacción celular (Stald, 2008).
Más allá de un determinismo tecnológico y mediático y un romanticismo amplificado por los jóvenes, la colección de textos busca entender de modo cuidadoso y fundamentado todas las transformaciones que derivan de la incursión de las tecnologías de información en la vida, economía, cultura, sociedad y política de las nuevas generaciones que han crecido a la par que este nuevo flujo mediático.

De los nativos a las generaciones digitales
Con el cambio de milenio y la aparición de nuevos medios que implicaban a generaciones de jóvenes usuarios, más alienados, comprometidos y activos, surgieron textos que daban cuenta de las consecuencias casi sísmicas de la combinación entre consumo mediático, hipermediático y jóvenes. Tal es el caso de los trabajos de Neil Howe y William Strauss, quienes tras un profundo proceso de investigación dan nombre a esta generación denominándola como los Millennials (Howe & Strauss, 2000). Howe y Strauss habían publicado desde la década de los noventa los libros Generations: the history of America's future, 1584 to 2069 (Strauss & Howe, 1991) y 13th gen: abort, retry, ignore, fail? (Howe & Strauss, 1993); en estos, planteaban ya la existencia de tipologías generacionales que se repetían consecuentemente y producían patrones y tendencias que permiten su identificación en ciclos de despertares espirituales y crisis seculares; asimismo tipifican a la generación post Baby boomers, identificando sus formas de expresión a través de imágenes, mensajes de internet, chats. Ya en sus trabajos de investigación habían dado forma a lo que posteriormente se conoció como la Generación X, el grupo de jóvenes nacidos entre 1961 y 1981; una generación ubicada en el corazón de la superabundancia, la cultura pop y los clichés. 13th gen: abort, retry, ignore, fail?,particularmente es un estudio profundo sobre el nacimiento de una generación sin nombre, desubicada, confrontadora de las instituciones adultas, crítica del materialismo, el individualismo, el idealismo altamente idiologizado de las generaciones anteriores.
            En 1995, Sherry Turkle retoma los planteamientos de su texto clásico The Second Self: computers and the human spirit (Turkle, 1984) y se plantea la construcción de la identidad en la era de la pantalla global. En la Vida en la Pantalla (Turkle, La vida en la pantalla: la construcción de la identidad en la era de internet, 1995) indaga en las seducción que establece la interfaz, así como en la condición interpretativa del sujeto que vive en la frontera entre la vida artificial y la experiencia física cotidiana. La crisis de identidad del yo ante lo real y lo virtual es el corazón del trabajo de Turkle quien habla de los cambios psico-siociológicos y cognitivos derivados de la interacción hombre-máquina. Su investigación habla de las nuevas realidades virtuales, la amplificación del yo en las redes y los modos en que las personas interactúan, hablan, intercambian emociones y sentimientos de forma mediada por una computadora. Turkle ofrece una nueva forma de pensar y ver los impactos de la tecnología en el ecosistema mediático, así como los cambios que derivarán en los ámbitos político, económico y cultural. Para Turkle el tema de la identidad no sólo tendrá una afectación por los cambios profundos que trae la globalización, sino más bien por la globalización de la era de la información.
 En su texto, Millennials Rising: the next great generation (Howe & Strauss, 2000), identifican lo que ellos llaman la Revolución de los Millennial y la doble afectación que tiene su interacción con los demás demográficos, económicos, políticos, familiares, escolares, conductuales, culturales, comunitarios, comerciales y mundiales. Los Milenios, nacidos después de 1982, son considerados por Strauss y Howe como más opulentos, mejor educados y más abiertos a la diversidad, éticamente hablando. El texto, identifica el papel que juegan los medios de comunicación, particularmente el consumo televisivo e internet.
            El niño como sujeto de consumo y el desarrollo de la mercadotecnia y la publicidad orientada al público preadolescente no sólo fue abordado desde los estudios de alfabetización mediática, también fue motivo de investigaciones por parte de las agencias de investigación de mercado, tal fue el caso de Millward Brown y Kidspeak quienes apoyaron el estudio realizado por Martin Lindstrom denominado Brandchild (Lindstrom & Seybold, 2003). Realizado con la intención de conocer al consumidor global y saber a qué se estaban enfrentando las compañías publicitarias, realizaron un estudio internacional en ocho países representativos de diversos tipos de economías en culturas occidentales y no occidentales. La investigación se realizó entre niños de 8 a 14 años de edad para indagar qué papel juegan los consumidores jóvenes en la decisión de compra familiar. Más allá del interés mercadológico y utilitarista del estudio, el trabajo de Lindstrom permite ver a una nueva generación de preadolescentes que han crecido más rápido, que están más conectados e informados, poseen más poder personal, más dinero, influencia y atención que las generaciones anteriores. Esta generación, nació, creció y se está desarrollando en un mundo de hiperconsumo y altamente tecnologizado. Su entorno se ha integrado a los medios electrónicos, su comunicación está mediada por dispositivos tecnológicos, viven en línea, piensan en una dimensión interactiva, quieren todo al instante, buscan gratificaciones instantáneas, su flujo informativo es global, están sobrecargados de mensajes, las marcas forman parte de sus vidas y están muy conscientes de las intenciones de los anunciantes, les preocupa aquello que es permanente y en lo que pueden creer en medio de un mundo de temor y desconfianza; tienen una concepción distinta de lo público y lo privado. Lindstrom, sin afán antropológico ni sociológico, ofrece una aproximación fundamental para comprender la triple oralidad mediática[12] en la que están inmersos estos chicos. El estudio Brandchild contempla las motivaciones, valores, vinculaciones, experiencias y formas de socialización de los jóvenes y su relación con los medios digitales, las marcas, la mercadotecnia y la publicidad.
            Desde la Universidad de Londres y su Departamento de Estudios de Innovación, Linda Leung, desarrolló una investigación para dar cuenta de la participación de las comunidades étnicas en la red (Leung, 2005). El texto Virtual Ethnicity: Race, Resistance and the World Wide Web, en la tradición de los estudios culturales e identitarios explora la noción de diferencia; teoriza sobre la raza y la etnicidad en el entorno digital particularizando la web como el medio de articulación de las minorías y por ende, el espacio de la resistencia. Desde el contexto web Leung ofrece metodologías interdisciplinarias para la investigación en internet. Lung pone a examen la producción, representación, autorrepresentación y consumo de las comunidades étnicas aclarando los modos que usan para articular sus identidades en el ciberespacio. Leung retoma los estudios de comunicación y los aparatos metodológicos empleados para los medios tradicionales, particularmente la prensa, la radio, la televisión y el cine y los lleva al contexto digital; en su investigación analiza las diferencias estratégicas entre las representaciones autoconstruidas y las objetivadas convencida de que internet se ha convertido en un lugar de batalla entre racismo y antirracismo ya que facilita el entrelazado “esquizofrénico” de las personalidades múltiples, interconectadas en un entorno global desordenado. Partiendo del papel que la tecnología ha desempeñado en las políticas de la identidad y la diversidad, expresa las pugnas entre lo híbrido, el pluralismo y el esencialismo. La red como enclave de lugar y no de fuga es el lugar donde lo real y lo virtual convergen; es donde se negocian entre sí la resistencia y el poder. Por ende, tiene una capacidad para ofrecer imágenes de la etnicidad alternativa diferentes a las que ofrecen los medios tradicionales de difusión y su influencia en el mundo físico modifica las representaciones que se tienen dentro de la cultura popular. El trabajo de Leung amplía las nociones de divisorias digitales profundizando en género, raza, las culturas de nicho y la tecnología.
            En la más pura tradición de los estudios culturales Ray Browne editó en 2005 un compendio dedicado a explorar a profundidad la cultura popular, sus audiencias y prácticas. Profiles of popular culture (Browne, Profiles of Popular Culture: a reader, 2005) va de lo singular a la colectividad en la exploración de la cultura, profundiza en las actividades pequeños grupos, localidades y aspectos soci-culturales. 51 autores participan en esta antología en la que se distinguen os mitos, héroes, heroínas, iconos, estereotipos, fórmulas, ritos, rituales, ambientes, medios, nostalgias, modas, identidades, formas de entretenimiento y preocupaciones entorno a la cultura popular. Destacan los trabajos centrados en apariencia personal e identidad construida desde el discurso publicitario (Caslav Vovino, 2005); la vanidad en la aldea Global (Browne, 2005); y consumo de medios y entretenimiento (Poniewozik, 2005).
            Siguiendo la línea de los trabajos de Neil Howe y William Strauss, Jean M. Twenge realiza una trabajo de orden psico-socio-antropológico para describir a la denominada Generación Y (Gen Y o The Entitlement Generation), esa generación que nació ente 1970 y 1990. Su libro Generation Me (Twenge, 2006) retrata una generación de jóvenes informados, narcisista, ilusamente optimista, tolerante, libre pensadora, cínica, estresada, solitaria, ansiosa y depresiva. Twenge reunió información de más de 1 millón 300 mil encuestados de más de seis generaciones para describir diferencias en visiones del mundo, de género, sistemas normativos, identidad, sexualidad, economía, pensamiento y valores en un mundo globalizado. Un profundo análisis de la juventud norteamericana de inicio de siglo, complemento ideal con los otros trabajos de tono generacional para comprender pautas de comportamiento vinculadas con prácticas sociales y comunicativas.
            Ante el entrecruce de los viejos y nuevos medios y los cambios de paradigma derivado de ello surgen replanteamientos sobre el papel que están jugando los medios de comunicación en la vida de los usuarios, particularmente en el ámbito de la cultura. En ese terreno de convergencias múltiples surge el trabajo de Henry Jenkins quien en su libro Convergence Culture (Jenkins, 2006) acerca al fenómeno de estudio la vinculación que tienen las tecnologías de información con la cultura popular. A través de fenómenos de masa como el reality show Survivor, presenta la anatomía de la inteligencia colectiva en las comunidades virtuales de televidentes; analizando American Idol da cuenta de las estrategias publicitarias y mercadológicas integradas a las herramientas que emplean los sujetos para el personal branding[13] (Marca personal) y la configuración de la identidad de los sujetos en la era televisiva; la cinta Matrix le permite dar cuenta de la narrativa transmedial como una estrategia para sacar al medio de su estructura tradicional-lineal; desde el fenómeno Harry Potter presenta las nuevas alfabetizaciones mediáticas que requieren las jóvenes audiencias para establecer vinculaciones entre los contenidos y las industrias mediáticas; el trabajo de Jenkins profundiza en un nuevo tipo de audiencia que ha crecido en un hábitat altamente mediatizado. Entre sus características principales está su condición de audiencia activa, propositiva y altamente comprometida con los medios digitales. Esta particularidad conlleva un cambio radical en los modelos de negocio y en las estrategias que las mismas compañías desarrollan para establecer relaciones con sus consumidores.
Ese mismo año, 2006, Jenkins publicó otro texto, convertido ya en un básico para entender a las jóvenes audiencias mediáticas. Fans, Bloggers y Gamers (Jenkins, 2006) explora una nueva condición del consumidor en su paso a audiencia activa, ésta es la relación de amor y pasión que establecen con el producto comunicativo mismo. Así dejan de ser espectadores y se convierten en apóstoles de mensajes, marcas y servicios. Las audiencias al pasar a ser fans de las franquicias mediáticas garantizan lazos de compromiso, fidelidad y éxito de aquello que logran convertir en un fenómeno de la cultura popular. Los fans se convierten en un nuevo sujeto de estudio por su condición activa, creativa, comprometida y conectada. Esta nueva relación entre los usuarios y los medios de comunicación permite a Jenkins construir la concepción teórica de cultura participativa fuera y dentro de la red. Su investigación no sólo retrata el caso de Star Trek, Terra Nostra Undergorund, Stange Bedfellows, Twinpeaks o Buffy, la caza vampiros, también ofrece una aproximación teórica y metodológica para entender la cultura de los fans, sus implicaciones en los terrenos mediáticos, legales y políticos. En este gran estado del arte se pueden delinear nociones como inteligencia colectiva, cosmopolitismo pop, convergencia mediática y vigilancia cooperativa así como análisis sobre los efectos y significados de la violencia mediática, brechas generacionales, de interpretación y valoración moral sobre los contenidos de la cultura juvenil y los contenidos que circulan por internet.
            ¿Existen las generaciones digitales?, ese es el cuestionamiento detrás de la investigación de David Buckingham y Rebekah Willett (2006) quienes logran reunir a un gran número de expertos para hablar de efectos y significados en los videojuegos (Jenkins, 2006), las mezclas mediáticas y la cultura de intercambio (Ito M. , 2006), las regulaciones en internet y el contraste de perspectivas entre padres e hijos (Livingstone & Bober, 2006), el uso activo y calculado entre los jóvenes (Olson, 2006), ciudadanía digital y compromiso cívico (Montgomery & Gottlieb-Robles, 2006), comunidades virtuales vs comodidades (Polak, 2006), diarios digitales adolescentes (Scheidt, 2006) e identidades, instituciones y tecnologías juveniles (Thompson, Putthoff, & Figueroa, 2006). Buckingham identifica una serie de generaciones bajo la sombrilla de lo digital, desde la Generación Nintendo, la Generación Playstation, la Generación Net, los Ciberniños, los Niños biónicos, los Bebés cyborgs y la Generación del Pulgar. El mismo Buckingham ofrece una historia social de las generaciones y la vinculación existente entre medios y tecnología. Una gran aproximación desde los estudios culturales, la antropología, la sociología, la psicología, la educación y la comunicación a la lógica de los nuevos dispositivos tecnológicos.
            Continuando con las exploraciones de Jenkins sobre la cultura de los Fans, en el 2007, aparecerá un valioso compendio que explora la relación entre fans, identidades y comunidades de significación. Bajo la coordinación de Jonathan Gray, Cornel Sandvoss y C. Lee Harrington, se publica Fandom: identities and Communities in a mediated world (Gray, Sandvoss, & Harrington, 2007). Con la colaboración de 36 investigadores, el texto explora los aspectos estéticos, legales, noticiosos y culturales, así como las prácticas comunicativas, socializadoras e identitarias en un contexto glocal. Destacan los trabajos dedicados a explorar: los juicios estéticos en los estudios mediáticos y culturales (Hills, 2007); las prácticas de los fans y los problemas legales y de derechos de autor que derivan de su interacción y socialización (Tushnet, 2007); los fans de la teoría cultural (Mckee, 2007); los lugares de interacción, pertenencia selectiva y audiencias difusas y fragmentadas (Longhurst, Bagnall, & Savage, 2007); el peregrinaje simbólico de los fans (Brooker, 2007); los estudios globales sobre la cultura de los fans (Harrington & Bielby, 2007); el fan-tagonismo, las instituciones y hegemonías constitutivas en la cultura de los fans (Johnson, 2007); los anti-fans, los no-fans y la ruptura de la historia (Alters, 2007).
            En 2006 fallece el investigador de los medios de comunicación Roger Silverstone, a quien le dedican en 2007, Nick Couldry, Sonia Livingstone y Tim Markham el texto Media Consumption and Public Engagemente (Couldry, Livingstone, & Markham, 2007). La investigación actualizada en 2010, ofrece los fundamentos teóricos de la presunción de atención y conexión pública en un contexto de crisis de democracia. Desde el acceso y conexión pública analizan el consumo de medios, la pluralidad, la fragmentación y diversidad mediática así como su legitimidad. El consumo mediático les permite indagar las nociones de lo púbico y lo privado, lo público y lo colectivo, la centralidad de las noticias y el fuerte compromiso que establecen las audiencias con los medios en la modernidad tardía. La investigación no sólo establece una exploración teórica sino que ofrece una metodología de análisis e investigación para indagar valores, expresiones y acciones en la participación, conexión, contextualización y mediación. El libro da cuenta de la importancia que tiene el consumo mediático con la construcción de ciudadanía, civilización y democracia; la legitimación de los medios a través del compromiso establecido entre las audiencias.
            Para el 2008, John Palfrey y Urs Gasser publican Born digital: understanding the first generation of digital natives (2008) en el que plasman cómo las nuevas tecnologías están cambiando la vida de los jóvenes y cómo éstos están reconfigurando al mundo. Esta generación, que nació, creció y se desarrolló en un mundo digital está modificando los modelos económicos, culturales y políticos. Aunque utilizan las categorías de Marc Prensky de nativos y migrantes digitales, el libro ofrece una valiosa aproximación a la manera como esta generación construye identidades múltiples en sus perfiles y avatares. Retoman el tema de la privacidad y la vida pública en los contextos digitales, la seguridad en línea, la violencia en los videojuegos, la adicción a los chats, el impacto en la creatividad y el aprendizaje por el uso excesivo de internet. Con una base qualitativa indagan en los grandes cambios, sociales, psicológicos y culturales que devienen de un mundo digital.
            Como contraparte a las apologías tecnológicas y el romanticismo pro adolescente, Mark Bauerlein publica un texto crítico, escéptico y desafiante para generar con ello un debate sobre el impacto de los medios de comunicación en sus modos de comprensión, socialización, comunicación y aprendizaje (Bauerlein, 2008). En The Dumbest Generation, enfatiza el déficit de atención y aprendizaje que producen las tecnologías de información; la bibliofobia generada por el culto a la cultura visual; los altos tiempos de consumo mediático invertido en las diferentes pantallas; la falacia sobre el aprendizaje en línea y la ausencia de conocimiento y el exceso de divertimento. La condición de nativos digitales los coloca, según Bauerlein en una insolación de ignorancia, banalización cultural y frivolización mediática. El texto profundiza, a la par del desarrollo tecnológico, la innovación educativa, las nuevas alfabetizaciones, las competencias sociales e intelectuales, en la actitud de esta nueva generación y sus consecuencias. La vida centrada en lo inmediato y el eterno presente, intentada vivir a toda velocidad y con respuesta instantánea, mezclada con altas dosis de inmadurez, distracciones, falta de juicio crítico y consumismo, terminan convirtiéndolos en agentes vulnerables. Bauerlein intenta desmitificar algunos de los grandes paradigmas de la era digital particularmente en aquellos que atañen grandes transformaciones del paso de los viejos a los nuevos medios, de las competencias a las e-competencias, de los desarrollos intelectuales y cognitivos. Sin duda, un estudio que permite un contrapeso al resto de las investigaciones pro-tecnológicas.
            Ante la inserción de las tecnologías de información y comunicación en la vida diaria de niños y jóvenes, la preocupación por su implicaciones y consecuencias aumenta cada día en la comunidad científica, educativa y familiar. Intentando comprender la manera como los niños y jóvenes usan y se apropian de internet, los dispositivos móviles, los juegos en línea y las tecnologías interactivas, Sonia Livingston y Leslie Haddon reunieron a 70 investigadores para monitorear de manera pan-europea desde los riesgos y experiencias negativas hasta los factores que motivan el alto nivel de apropiación de las generaciones digitales (Livingstone & Haddon, 2009). El texto contempla una revisión profunda de la investigación europea sobre el consumo digital de los niños y adolescentes; indaga sobre los retos, riesgos y oportunidades que derivan de la cultura digital así como los ámbitos regulatorios. Valiosos son los aportes sobre identidad, amistad y privacidad (Peter, Valkenburg, & Fluckiger, 2009), género e influencias intergeneracionales (McQuillan & D'Haenens, 2009), brechas digitales (Tsatsou, Pruulmann-Vengerfeldt, & Murru, 2009). Sin descartar los trabajos de investigación que ofrecen reflexiones sobre la educación para los medios y las propuestas de regulación ante contenidos violentos, inapropiados, delictivos y riesgosos.
            En el 2009, Sonia Livingstone publica un texto en modo individual un análisis profundo sobre las implicaciones del crecer en una era digital (Livingstone, 2009). Apoyada en una mezcla metodológica indaga temas como la inclusión y exclusión, el aprendizaje de competencias digital, la participación cívica, la identidad, el desarrollo, la educación en línea, la autorregulación, la libertad de expresión, conexión y juego. Aunque su referente muestral se ubica en Inglaterra da cuenta del horizonte mediático altamente comercializado y global al que están expuestos los niños y jóvenes en un entorno convergente en el que cada vez se hace más difícil discernir entre medios e información. La interjección e hibridez de las tecnologías, los hábitos sociales, las prácticas sociales, las estructuras de autoridad, regulación y gobernanza, son parte de las grandes transformaciones que identifica. Gran parte de la investigación cuantitativa que reporta es producto del proyecto UK Children Go Online que la misma Livingstone dirige y que está apoyado por la Comisión Europea para el Internet Seguro. La parte cualitativa digital contó con el apoyo de la Universidad de Oslo.
El mismo año, Don Tapscott publica la secuela Grown up digital (Tapscott D. , 2009), a su ya clásico Growing up digital: the rise of the net generation (Tapscott, 1998). Una vez más Tapscott reporta el crecimiento de esa generación de jóvenes ubicados entre los 11 y los 30 años empeñados en descargar música, mandar mensajes, publicar videos, ver películas en consolas de videojuego portátiles, actualizar su muro en Facebook y twittear sus emociones. Tapscott indaga en este volumen los hábitos de los “screenagers”, los modos en que estos jóvenes procesan información, comprometen sus talentos con las nuevas fuerzas productivas. Tapscott indaga los modos en que las jóvenes generaciones usan la tecnología y sustituyen los medios tradicionales, como la televisión, la radio y la prensa, por los dispositivos móviles, el internet y los videojuegos. En el texto explora las características, normas, hábitos, costumbres, modos de aprendizaje y trabajo de la Net Gen y la manera como se han transformado las instituciones particularmente las educativas. Ubica las grandes transformaciones en los ámbitos del talento, la dirección, su influencia como prosumidores y su entorno familiar. Explorando estas grandes transformaciones sociales profundiza en el poder de las redes sociales, el compromiso cívico y la ciberdemocracia. El estudio de Tapscott permite comprender las grandes contribuciones de la interacción jóvenes, tecnología y sociedad.
Siguiendo sobre la exploración sobre la gran transformación cultural derivada de la tormenta digital, Kathryn Montgomery habla de los niños digitales, de la decepción ante la red, de los que nacieron conectados y la política entre pares. En su investigación da luces sobre las vías de regulación y normatividad impuestas y autoimpuestas (Montgomery K. C., 2009). Su trabajo como experta en cultura mediática y activismo le permiten dar cuenta de los modos en que los nuevos medios trazan un nuevo horizonte de desarrollo para niños y adolescentes que se han visto moldeados por prácticas y políticas producto de una nueva constelación mediática. Le preocupan temas como la indecencia, la pornografía, la sobrecarga sexual y el comercialismo salvaje que se ha filtrado en la red. Sin caer en un estudio tremendista o de pánico, logra sacar estas preocupaciones de las agendas ideológicas y los análisis desinformados. Montgomery ofrece una guía completa para entender la revolución mediática y el papel que juegan los chicos en esa nueva esfera pública.
2009 fue un detonador de textos especializados en la vinculación entre jóvenes, nuevos medios y cultura digital. Craig Watkins, quien había participado en los proyectos de la Fundación MacArthur en 2006, para comprender la empatía discursiva que existía entre los medios sociales y móviles con los jóvenes, publicó tres años después The Young & the digital (Watkins, 2009); texto en el que presenta el fruto de más de 350 entrevistas a profundidad y 500 encuestas aplicadas a padres de familia, jóvenes y profesores. Su trabajo de inmersión profundiza en los modos como aprenden, juegan, se comunican e interrelacionan. Su exploración da cuenta de la migración radical de los viejos medios a los nuevos, particularmente de la pérdida de la televisión de los horarios estelares y el clímax de la vida en línea. Watkins reporta las prácticas sociales y comunicativas entre las audiencias activas que comparten su vida en las redes sociales buscando la omnipresencia que permiten los teléfonos celulares y la portabilidad de los dispositivos móviles. El entretenimiento rápido e instantáneo, la necesidad del “lo quiero en todo momento y todo lugar”, va aunado a la reflexión sobre división de clases, brechas tecnológicas y cognitivas, ciberpredadores, adicción tecnológica y aislamiento social propias de una generación de conectados.
En 2010, tomando como eje el modo en que las nuevas generaciones adaptan el conocimiento y le encuentran un significado desde el ámbito tecnológico, el proyecto 21st Century Fluency publica su segundo texto encaminado a presentarle a los docentes a la nueva generación de estudiantes que han crecido en un mundo digital. Ian Jukes, Ted McCain y Lee Crockett ofrecen desde un enfoque multidisciplinario respuesta a cinco cuestionamientos básicos que deben hacerse los educadores del siglo XXI: 1) ¿Qué debo cambiar?; 2) ¿por dónde empiezo?; 3) ¿cómo puedo enseñar de un modo diferente?; 4) ¿cómo se vería esta forma de enseñanza en mi salón de clase? y, 5) ¿cómo podemos diseñar escuelas efectivas para el siglo XXI? Con estos cuestionamientos en mente, Undestanding the Digital Generation (Jukes, McCain, & Crockett, 2010) habla de las multibrechas que existen entre docentes y educandos, describen las preferencias educativas de la generación digital; de igual forma ofrecen una tipología y caracterología de dicha generación. Aunque el texto tiene un gran énfasis en lo que ellos denominan Flujos y no alfabetizaciones ni competencias, profundizan en gran medida en la experiencia de lo digital como primera lengua. Jukes, McCain y Crockett enfatizaran en las habilidades cognitivas de la nueva generación de usuarios y el tipo de actividades educativas, personales y recreativas a las que deben aproximarse los docentes para empatizar con los jóvenes. Además de insistir en el desarrollo del pensamiento crítico proponen el desarrollo de los siguientes flujos: solución de problemas, acceso y discernimiento de información, colaboración, creatividad, educación mediática y ciudadanía digital. Estas competencias que deben fluir en ellos como si fuera su primera lengua guardan una relación directa con las formas como se comunican, socializan, aprenden y por ende, crean su identidad las jóvenes audiencias.
La rápida apropiación de medios como los teléfonos celulares, los iPods y redes sociales como Facebook y My Space por parte de los adolescentes norteamericano llevaron a Larry D. Rosen a explorar a la denominada Generación internet (iGeneration) en su libro Rewired (Rosen, Carrier, & Cheever, 2010). En su trabajo indaga las razones que han llevado a los adolescentes a despreciar la enseñanza tradicional escolarizada y a desarrollar habilidades y competencias múltiples y simultáneas (multitasking). Desde el análisis de la explosión de los dispositivos móviles inalámbricos reflexiona sobre la vida en la pantalla, la inmersión social en redes y espacios virtuales, ofrece una serie de competencias digitales para entender los retos y desafíos que tiene la enseñanza en línea. Aún cuando la preocupación de Rosen se centra mayoritariamente en el futuro de la educación su trabajo presenta una aproximación a la aceleración de la revolución digital y lo que él denomina la psicología de la tecnología.
Contrario a estos textos pro internet aparece en 2010 el libro The Shallows. What the Internet is Doing to Our Brains (Carr, 2010). En él, Nicholas Carr, ejerciendo una visión crítica de la tecnología y casi en la frontera con los estudios de pánico, habla desde la cultura letrada y pregunta sobre los daños que internet está generando en nuestra capacidad para leer y pensar con profundidad. Su trabajo ofrece evidencias sobre cómo el cambio en nuestra forma de encontrar, almacenar y compartir información ha alterado los procesos neuronales. Carr habla de una ética intelectual, de la pérdida de atención, de la falta de pensamiento profundo y creativo que internet fomenta. La aproximación informativa rápida, distraída y a manera de pequeños picoteos distrae la reflexión profunda. El efecto web es fruto, según Carr de una ética industrial que demanda el consumo veloz, ligero y eficiente. La Red está reconfigurando a los consumidores; ahora los usuarios poseen grandes habilidades tecnológicas, consumen superficialmente información, son menos capaces de concentrarse, contemplar y reflexionar. Carr critica la seducción tecnológica y prevén que el número de gratificaciones, recompensas y comodidades puedan convertir a los sujetos en siervos tecnológicos.
A finales de 2011 apareció en el mercado el texto Personas en loop: ensayos sobre cultura pop (Diederichsen, 2011). En él Diedrich Diederichsen compila una selección de artículos realizados para la edición en español. Algunos otros fueron traducidos directamente del alemán como aquellos que implican directamente esta investigación: “Personas en loop día y noche” y “Los movimientos y sus puntos de referencia: generación, multitud y vida”; en ambos ensayos Diederichsen establece una revisión de la condición de progreso, progreso como esperanza, como avance en la propia vida y ascenso social. Desde esta reflexión sobre la libre circulación de los ciudadanos libres explora la condición de los jóvenes y su intención de llegar lo más lejos posible al menor costo escapando de condiciones problemáticas y desarrollando representaciones alternativas a la idea de progreso laboral. Los jóvenes fotografiados por Diederichsen, son una generación de moral extrema que desaprueba el tiempo libre como mero tiempo de ocio dedicado al descanso, a la reproducción y a la holgazanería; son miembros de una generación emancipada que busca transformar “las experiencias mundanas pasivas en posesiones, en partículas activas y gestos del propio habitus” (Diederichsen, 2011, p. 15) cuidando en todo momento no ser arrastrados por el mundo. Esta generación que construye su vida en un círculo que no llega a ninguna parte, que aspiran al perfeccionamiento y al alpinismo interior, pero con un gran sentimiento de linealidad, desarrollo e irreversibilidad, es partidaria de la destrucción del orden capitalista, no buscando la idea de “otro mundo posible”, sino del poder vivir dentro de éste. Compra y consumo son las acciones circulares por excelencia. Adquirir y desechar es idéntico a repetición y compulsión. El loop es la improvisación infinita. Diederichsen distingue en su texto a las generaciones de las multitudes y agrega la categoría “vida” o estilo de vida como parte del problema existencialista contemporáneo. La experiencia generacional enfatiza la de comunidad que rompe con otra; que se desvincula del compromiso y la politización de la anterior y cobra autoconciencia, comprensión de sí y adquiere sentimiento de vida. La generación permite la representación, el desplazamiento, las estrategias, las solidaridades simbólicas, las diferencias explícitas, los antagonismos de intereses, la determinación. Las generaciones, según Diederichsen sobrepasan la maquinaria mercadológica y ofertan comunidades de sentimiento de vida y corresponden a una realidad cultural que obliga a remitirse a las condiciones sociales y dimensiones simbólicas que imperan en una comunidad. Personas en loop es una apuesta epistemológica interesante para quienes buscan repensar a los agentes de cambio social fuera de la teoría social tradicional; sus categorías ahistóricas se agudizan en las contradicciones y las conquistas del tecno-turbocapitalismo y sus nuevas constelaciones de signos culturales; que bien parecieran signos de disidencia y del pensamiento inconformista.

Las ciberculturas juveniles iberoamericanas
Bajo la presidencia de Lázaro Cárdenas, en 1942, se instaló en México, adscrita a la Secretaría de Educación Pública, la Oficina de Acción Juvenil. La visión que se tenía era una lógica tutelar para garantizar tres áreas: la orientación vocacional, la gestión del cuerpo (deporte) y el control de la sexualidad. Desde entonces se han desarrollado políticas públicas y trabajos de investigación para conocer la condición juvenil (Reguillo, 2010).
Los estudios particularmente en México han atravesado tres grandes etapas (Gómez Vargas, 2008):
1.       Aquella en la que los jóvenes estaban vinculados con el riesgo del orden social, moral y político. Los estudios abordan la rebeldía, el rechazo al orden establecido, los riesgos de salud: adicciones, riesgos sociales, agresión, violencia y desorden.
2.       Los que exploran la irrupción de los espacios urbanos de los chavos banda, la mayor parte de ellos, como señala Rossana Reguillo son autocomplacientes y fijan una posición
3.       En estos se nota un cambio en la visión de los jóvenes. Se plantea una relación de las bandas con el territorio y se profundiza en las identidades grupales. Se realizan estudios de la ciudad y las prácticas culturales, sobre el rock y sus identidades juveniles (Garay, 1998). Hay un carácter comprensivo, constructivista, relacional, hermenéutico de los jóvenes como sujetos activos, negociadores de discursos; su sistema de relaciones los establecen para construir la realidad. Hay un marcado reconocimiento a la diversidad contextual, histórica y social. La visión interdisciplinaria permite el deslinde de la concepción psicologista y biologicista del joven dando el paso a la antropológica y sociológica. Es una perspectiva sociosimbólica de la cultura con tendencia a crear recursos conceptuales y categorías analíticas, así como mapas de sentido. Por ello se crearon múltiples estados de conocimiento, libros colectivos y estudios comparativos.
En los estudios vinculados con los espacios urbanos se identifican aquellos que abordan la apropiación y uso espacial de las prácticas culturales urbanas; la conformación como públicos culturales de una prácticas, los hábitos, representaciones, opiniones, gustos, actitudes y comportamientos. Desde los gustos se analizaron las demandas y comportamientos culturales, los escenarios, los procesos de producción, sensibilidad colectivas, los procesos subjetivos, identitarios, las prácticas ritualísticas, la lógica de producción, los códigos y significados de los nuevos mercados culturales, los bazares de la identidad, los elementos contestatarios, las afectividades, la integración colectiva, los estilos y formas de vida, los consumos musicales, la creación de espacios, la producción cultural, los centros comerciales, la reorganización de lo real y lo imaginario, los territorios virtuales, la vida nocturna, la privatización afectiva, la fiesta, los territorios fragmentados, las metáforas de la cultura, la vida cotidiana, las expresiones culturales, las tensiones de la negociación, todo ello desde una perspectiva socio-simbólica, sociocultural, las interacciones y sus prácticas.
Los trabajos especializados en los espacios mediáticos ocupan dos grandes líneas: los de los estudios de recepción de medios y los estudios de consumo de medios. Los estudios de recepción a su vez tienen dos ejes: la recepción crítica y educación de los medios; y la televidencia y multimediaciones de recepción.
La recepción crítica se trabajó como forma de intervención social, desde la crisis de las identidades culturales, el consumismo, las representaciones, la democracia mediática. La educación para la recepción y para los medios profundizó en las vías para impulsar la lectura mediática. Los trabajos sobre televidencia y multimediaciones de recepción son estudios comparados de las audiencias televisivas, hablan de lo cotidiano familiar, las negociaciones establecidas con los contenidos, el disfrute, la aceptación, las experiencias, las memorias, los mecanismos de lectura y apropiación, desde la observación etnográfica y los procesos de lectura televisiva. En todos estos trabajos, en la década de los ochenta se pasó del imperialismo cultural o teoría de los efectos a los estudios de audiencia activa. Sin embargo, en la mayor parte de estos estudios los jóvenes no aparecen, los análisis recaen en los niños que son vistos como adolescentes o parte de la familia. Es en 1994 que aparecen debido al impacto del contexto global. En estos trabajos hay una preocupación por el consumo de medios, la teoría de usos y gratificaciones, la audiencia activa, la convergencia económica, política y cultural. Estos trabajos se centraron en los efectos cognitivos y la dimensión activa dejando de lado el contexto. Tienen un enfoque sociocultural en la recepción, la articulación, las prácticas de significados, las mediaciones y los sentidos negociados. Hablan a su vez de los fronterizos, el aprovechamiento escolar, la exposición, los imaginarios, el crecimiento de la industria audiovisual, las tecnologías de información y comunicación, la ampliación del espacio de la escuela y la familia, la subjetividad de los jóvenes y la brecha digital.
Los estudios de espacios corporales han sido territorio de los antropólogos y los psicólogos sociales; también a tenido abordajes teóricos desde la filosofía, la psicología clínica, la medicina, la sociología y la antropología sobre el cuerpo pero con grandes carencias desde la cultura. El cuerpo ha sido visto como una vía de control del sujeto. En los estudios se da cuenta del cuerpo como un nuevo espacio de negociación, impugnación, liberación y rebelión. Desde la corporeidad el joven se hace visible: sus manifestaciones corporales, estéticas, de agrupación, ritual, conducta. El cuerpo es un discurso que habla de sus espacios de frecuentación, consumo, acceso a bienes simbólicos y productos culturales. Es un espacio íntimo para conecta con dimensiones y espacios, territorios, patrones estéticos e identidades. El cuerpo es identificación, diferenciación, presencia simbólica, distinción del orden social, el mundo adulto, referente de pertenencia a agrupaciones, discurso estético, práctico. Desde lo estético se han analizado los tatuajes, las perforaciones, las alteraciones y decoraciones corporales. Como material significante también está el graffiti. El cuerpo como espacio propio, autónomo y diferenciador es analizado dese una perspectiva sociocultural. Se agregan a estos estudios, aquellos que hablan sobre la violencia, la sexualidad, las drogas, el consumo culturales estético, la moda, los estilos de vida, la inscripción en la vida adulta, los rituales colectivos, los recursos de visibilidad, las expresiones semánticas de territorio, el cuerpo como construcción sociocultural cargada de sentido. En sí mismo es un significante y todo en él son marcas simbólicas.
Es justo en la década de los noventa cuando se da una serie de estudios que abordan la relación de las subjetividades y lo político, entre las modificaciones estructurales producidas por la dinámica globalizadora y el boom de la economía neoliberal en términos de educación, migración y trabajo. Serán trabajos contextualizados en tiempos de ruptura, diversificación, expansión, lo que Rossana Reguillo denomina tiempos híbridos. Los estudios reportarán la fragmentación de las identidades, las afectividadades, la desintegración, el caos, lo digital, los estilos de vida confusos, las fuentes simbólicas y las prácticas de adscripción. Reflejan en su mayoría la biopolítica del consumo, juegan con la mediación, las estructuras, las lógicas del capital, las industrias culturales y su oposición a la interpretación cultural del valor. El mercado es el nuevo espacio discursivo, disciplinador de los cuerpos de los jóvenes y las prácticas de consumo. Las nuevas tecnologías de las subjetividades del cuerpo y de las afectividades. Dejan ver una nueva reorganización política y económica del mundo.
En 1995, Néstor García Canclini, dejó entrever la presencia de un nuevo sujeto producto del fraccionamiento articulado del mundo y el reordenamiento de las diferencias y desigualdades multiculturales derivadas de la globalización. Este nuevo ciudadano que cohabita en los espacios urbanos e industrializados y es fruto de los cambios económicos, tecnológicos, culturales y mediáticos tiene una forma particular de apropiarse de los bienes y usarlos: el consumo. Consumidores y ciudadanos (García Canclini, 1995) deja entrever que preguntas como: a dónde pertenezco, qué derechos me da, cómo puedo informarme, quién representa mis intereses se responden desde el consumo privado de bienes y de los medios masivos. Esta nueva forma de participación colectiva en los espacios públicos es teorizada por Canclini, en él describe la dicotomía entre lo propio y lo ajeno; la nueva escena sociocultural; las ciudades en la globalización; y las nuevas comunidades transnacionales de consumidores. En el corazón del trabajo de Canclini está la disolución de las monoidentidades y el papel que juegan los medios en la coproducción de las identidades. Su teorización habla de las estrategias económicas y culturales ejercidas para la americanización de los espectadores. Canclini evidencia la intimidad dentro de la multitud, la confrontación entre lo público y lo privado, lo nacional y la transnacional, lo regional y lo global, la medialidad y la multimedialidad, la integración y el desenchufe. La ciudadanía del siglo XXI descrita por Canclini es la de las comunidades interpretativas de consumidores; comunidades de afinidad, comunidades imaginarias, escenas que no son otra cosa que representaciones de la identidad. El diagnóstico de Canclini parece pronosticar un objeto de estudio que se hará presente en las próximas décadas en los estudios de comunicación.
La ciudad no es un pretexto, es el territorio, el mapa de los nuevos develamientos. La ciudad deja ver los cambios y continuidades, el tejido social. La Construcción simbólica de la ciudad de Rossana Reguillo (1996), habla de la ciudad como un sistema de interacción, como un escenario, como una metáfora conversacional. Registra el desastre para comprender la estructura, la negociación, la desactivación, las batallas, los contornos. La identidad, la identidad colectiva, los simbolismos presentativos y discursivos permiten ver la esfera de lo privado y la re-configuración del espacio público. Rossana Reguillo teoriza y ofrece una metodología para conocer las voces, los silencios y complicidades en la ciudad. Un texto en el que se puede profundizar en los significados de la acción y las identidades de los grupos; los sistemas de interacción, las representaciones, las normas, las reglas y los juicios. La identidad colectiva se comunica a lo largo del texto y plantea la ciudad como su escenario de acción. En la ciudad las luchas y las negociaciones se complejizan y diversifican. Es ahí donde se pueden leer nuevos sentidos de lo social.
En 1999, Rossana Reguillo Cruz ofrece una cartografía para comprender la ciudad dese la apropiación juvenil. Ciudadano N. Crónica de la diversidad (Reguillo Cruz, 1999) es una ruta de viaje por el espacio de la intimidad, sus oficiantes y sus fantasmas. En él se plasman las identidades, los otros, los sí mismos. Profundiza en la inconformidad, la política, los malestares y las memorias que aún sobreviven. Es en sí mismo una metáfora de la modernización que borra todo lo antiguo y anticipa lo nuevo. La calle, los rituales, las prácticas… son los nuevos itinerarios, los nuevos territorios, las nuevas fronteras donde se construye la ciudadanía y se multiplican las identidades. Este ejercicio periodístico más que teórico en sí un mapa colectivo, un mapa cambiante, una contribución valiosa a los enfoques posmodernos, un viaje al encuentro con el otro, una forma diferente de adentrarse a la condición de ser joven en un escenario diverso y lleno de contradicciones.
En la más profunda tradición de los estudios de recepción, Mabel Piccini, Ana Rosa Mantecón y Graciela Schmilchuk exploran las distintas perspectivas teóricas que permiten profundizar en las experiencias, saberes, adhesiones y actores sociales en la práctica cultural. Recepción artística y consumo cultural (Piccini, Rosas Mantecón, & Schmilchuk, 2000) ofrece múltiples interpretaciones de la cultura desde las poéticas sociales; el texto profundiza en la cultura desde el punto de vista semiótico, las teorías de la recepción, la etnología de la cultura, el problema de la subjetividad, los juegos, campos y sentidos en la desigualdad y diferencia cultural. Su trabajo establece un diálogo entre la comunicación, el consumo cultural y las identidades. Las autoras hablan de públicos, de consumidores, productores y destinatarios de los objetos culturales. Su investigación ofrece múltiples dimensiones particularmente en el orden simbólico, por tanto, préstamos, transferencias y negociaciones se harán patentes en las lecturas y los consumos. Importante aproximación a las prácticas de apropiación y sentidos compartidos.
            Ante el reconocimiento de la influencia que los medios de comunicación juegan en la vida de los jóvenes, en 2001 se emprendió una investigación entre la Universidad de Murcia y la Consejería de Educación y Universidades con el fin de conocer la relación que establece el alumnado con los medios de comunicación para identificar el perfil del consumidor. La investigación dirigida por Javier Ballesta y publicada como El consumo de medios en los jóvenes de secundaria (Ballesta, Gómez, Guardiola, Lozano, & Serrano, 2003) aborda los efectos e interrelaciones de los medios masivos de comunicación y los hábitos de los jóvenes consumidores. Desde el ámbito pedagógico hacen énfasis en la teoría de los efectos, la influencia en los valores, los modos de acceder, actualizar conocimientos, preferencias e intereses. Centrado en la línea de estudios de recepción profundizan en la formación de valores, el desarrollo de hábitos, motivaciones e intereses y el impulso de las nuevas tecnologías. En el estudio comparten la metodología y realizan una descripción detallada del acceso, uso y consumo de medios.
            Un nuevo paisaje se entreteje producto de los múltiples choques interculturales; y es en ese nuevo horizonte donde Néstor García Canclini sitúa las nuevas interacciones. Así, publica en 2006, Diferentes, desiguales y desconectados (García Cancilini, 2006) un texto en el que ofrece, además de las teorías de la interculturalidad y los fracasos políticos, los nuevos laberintos de sentido. Profundiza en las identidades, los medios, el shopping, el consumo, los patrimonios culturales, las consecuencias de la globalización y las instituciones en la posmodernidad. Canclini apuesta a la construcción de un techo común en el que los sujetos: simulados, interculturales y periféricos confluyan. Indaga en las culturas juveniles, en las prácticas de los informatizados, los entretenidos, los diferentes, los desconectados, los desencuadernados y los nuevos espacios de pertenencia. Por ello apuesta a nuevos horizontes teóricos e instrumentos para construir mapas desde los cuales se reconozcan las diferencias y las desigualdades y así conectar a las mayorías.
            Una nueva escena sociocultural es presentada por Néstor García Canclini y Ernesto Piedras cuando hablan de Las industrias culturales y el desarrollo de México (García Canclini & Piedras Feria, 2006). La globalización y los ajustes neoliberales, los lleva a replantear lo público y lo privado, la convergencia digital y los nuevos hábitos culturales en la confluencia entre el estado y el mercado. Profundizan, más allá de las industrias culturales en la economía de la creatividad, la cultura como motor de desarrollo, la convergencia tecnológica y cultural y los medios como voceros del mercado y mediadores de las políticas públicas. El consumo cultural es planteado como el consumo de los bienes simbólicos. Los medios pasan en ese terreno, a ser contenedores del capital circulante, la identidad resonará como un derivado del consumo, las prácticas y la apropiación de estos bienes. Una vía para comprender el giro que toman las industrias creativas y culturales y los consumidores en la era digital.
            Atendiendo su preocupación por los jóvenes, Héctor Gómez media entre la juvenología y los estudios de medios y recepción. Paisajes y pasajes (Gómez Vargas, 2007) entrecruza tres variables: ciudad, medios de comunicación y jóvenes, y profundiza en las transformaciones de la experiencia social, cultural y comunicativa. En un mundo abierto, acelerado, desbordado, fracturado glocalizado, en movimiento Héctor Gómez invita a repensar la cultura desde esas transformaciones; desde las representaciones sociales, desde las nuevas identidades, desde la dimensión simbólica de la realidad. Su investigación analiza las transformaciones gestadas en el ámbito social y cultural producto de fenómenos convergentes: la industrialización, la presencia de nuevos agrupamientos sociales en las ciudades, las nuevas tecnologías, los medios de transporte y comunicación. La nueva experiencia social desde la dimensión simbólica y expresada en la cultura juvenil, así como la centralidad que tienen los medios de comunicación guían el trabajo que busca comprender los nuevos significados. La dimensión comunicativa es la que permite entender las formas cognitivas y su relación entre hombre y sociedad. Héctor Gómez interroga lo social y lo cultural desde la mediología y se pregunta por el joven que trasmite, sus interacciones. Desde ahí nos plantea los nuevos escenarios individuales y colectivos.
            La ciudad, como los espacios juveniles se contraen en la era del consumo, se pasó de las plazas públicas a los mercados, de los mercados a los bazares, del bazar al centro comercial. Inés Cornejo explora esta transición El lugar de los encuentros: comunicación y cultura en un centro comercial (2007). Su trabajo de investigación presenta al centro comercial como ese espacio de apropiación y pertenencia juvenil. La ciudad tendió una nueva estrategia comercial, corporativa e identitaria. Los jóvenes fluyen y confluyen, establecen prácticas comunicativas y culturales; ahí producen, intercambian y consumen significados. La relación experiencial en el centro comercial reduce, fragmenta, jerarquiza, marca, territorializa la urbe; genera nuevos vínculos emocionales, temporales y espontáneos
            En una edición conmemorativa de 30 Aniversario de Editorial Gedisa, publican en 2007, Lectores, espectadores e internautas (García Canclini, 2007). En este texto Néstor García Canclini ofrece a modo de glosario hipertextual una breve aproximación a la ciudadanía cultural relacionada con el patrimonio, las industrias culturales y las marcas. Desde ahí plantea las transformaciones y las multiconvergencias. Se puede ver la evolución en las categorías de los consumidores desde la cultura letrada y sus lectores hasta los cibernautas pasando por las audiencias pasivas y espectadoras. Canclini revisa la transición de los campos culturales en mercados y distingue entre los sujetos a las audiencias, lectores, personajes, los cinéfilos, los videófilos, los ciudadanos, los espectadores, los consumidores, los internautas y los piratas afirmando “ni individuos soberanos, ni masas uniformadas” (García Canclini, 2007, p. 23) abandonando la generalización sobre la homogeneización del mundo y la subjetividad incondicionada e idealizada. Con la industrialización de la cultura y la producción de bienes diferentes subdivide y flexibiliza la oferta y la tipología. La legitimación que adquieren los mercados en la nueva estructura de la sociedad global es un tema central en el trabajo de Canclini, así como las fuerzas que consagran o manifiestan resistencia. Hoy el internauta se manifiesta como el actor multimodal que lee, ve, escucha y combina materiales diversos. La convergencia digital como la fusión multimedia y la concentración empresarial es clave para entender la reorganización que se está padeciendo en el acceso a los bienes culturales y las formas de comunicación que se están articulando en una integración multimedia que permite ver y escuchar todo desde cualquier lugar.
            2008 fue un año fundamental en la publicación de estudios vinculados con el consumo mediático e hipermediático en Iberoamérica. En ese espacio se ubica la compilación hecha por Marcelo Urresti en la que conjunta el trabajo de 13 investigadores para describir la vida cotidiana, subjetividad y pertenencia entre los jóvenes ante el impacto de las nuevas tecnologías de información y comunicación. En Ciberculturas juveniles: los jóvenes, sus prácticas y sus representaciones en la era de Internet (Urresti, 2008), se revisaron: los usos sociales de los hipermedios en Buenos Aires atendiendo los diversos niveles socioeconómicos y puntos de acceso; las prácticas sociales de los bloggers, los webmasters y los hackers explorando la interacción personal, las autorrepresentaciones en los fotoblogs; la sociabilidad en los chats y las construcciones de comunidades entre los usuarios de software libre, los videojugadores; las nuevas narrativas y géneros hipertextuales en los que convergen comunicación, información y entretenimiento. En la línea de construcción de identidad destacan los textos de Flavia Angelino y Valeria García Delgado en los que se exploran los nuevos circuitos tribales y los espacios de significación (Angelino, 2008) y la sociabilidad, la identidad y difusión del género (García Delgado, 2008).
Fruto de una investigación realizada entre enero de 2005 y mayor de 2007, en el marco del Proyecto Internet Cataluña (PIC), dirigido por Manuel Castells e Imma Tubella y realizado en el Internet Interdisciplinary Institute de la Universitat Oberta de Catalunya surge el texto Internet y televisión: la guerra de las pantallas (Tubella, Tabernero, & Dwyer, 2008). La investigación presenta el nuevo escenario en el que se da el acceso y el uso de internet; un escenario doméstico en el que de forma gradual están desapareciendo las desigualdades de acceso. Entre los hallazgos se encuentran el acceso universal en función de la edad, el contexto doméstico y el entorno tecnológico de los jóvenes. Espacio y tiempo se transforman como también la disminución del dominio de la televisión y la fragmentación de las audiencias. Nuevas prácticas como el consumo, el compartir, participar y crear se suman al contexto de transición. Las practicas mediadas por la tecnología y los patrones de cambio sociocultural se están asociando. El enfoque del estudio supera la problemática del acceso y se abre a la personalización en el uso. El contexto doméstico y la incursión del joven consumidor está reduciendo la brecha digital, derivado de ello, los autores reconocen la existencia de la generación Internet, la fragmentación de la audiencia que modifica por ende la estructura económica en la que se soporta el sistema actual de medios de comunicación. El gran cambio social identificado por el estudio es la participación de los jóvenes como uno de los principales motores. Un estudio clave para quien investiga la temática.
En una línea afín Roxana Morduchowicz identifica el papel que juegan los jóvenes en la transformación social y añade un componente: la cultura popular, entendida ésta como la cultura audiovisual y mediática, la cual está dando sentido a la identidad de los adolescentes. En la compilación: Los jóvenes y las pantallas (Morduchowicz, 2008) integra el trabajo de Jesús Martín-Barbero, Dominique Pasquier, Alejandra Walzer, Javier Callejo, Agustín García Matilla y Manuel Pinto para hablar de esta nueva relación que establecieron los jóvenes con las pantallas y desde las nuevas socialidades, tecnicidades y subjetividades (Martín-Barbero, 2008) establecidas cómo cuestionan y construyen sentido (Pinto, 2008). Morduchowicz da cuenta cómo los adolescentes modelan sus identidades individuales y colectivas y aprenden a hablar de sí mismos en relación con los otros desde los medios de comunicación. La manera como los jóvenes se relacionan con los bienes culturales permite entender y nombrar su constitución. Desde los medios establecen significados sociales, formas de identificación-diferenciación social y consolidación de la cultura-mundo. Morduchowicz habla de las nuevas formas de sociabilidad, las implicaciones intergeneracionales y las prácticas mediáticas sin caer en un enfoque mediocéntrico. La investigación perfila algunas generaciones como la de la televisión (1960), la del vídeo (1970), la Nintendo (1980), la Internet (1990). Estas nuevas formas de sociabilidad, percepción y sensibilidad están reorganizando la realidad cultura y social; están reconfigurando el mundo y las industrias culturales. Las pantallas parecen ser el nuevo hábitat en que se desplazan las jóvenes. El espacio doméstico y la estructura familiar se entrelazan con el consumo de medios.
            El mismo año Roxana Morduchowicz retoma la investigación y publica La Generación Multimedia (Morduchowicz, 2008). En esta ocasión bautiza a la generación de jóvenes mediáticos del siglo XXI como la Generación multimedia más que por las tecnologías a las que tienen acceso por lo que hacen con ellas. Las tecnologías han incidido de tal forma en la manera como leen, conocen, aprenden, orientan su vida y encuentran respuestas a la existencia. Los jóvenes descritos por Morduchowicz tienen nuevos escenarios de pertenencia, se expresan a través de los medios de comunicación. Leen y escriben con los medios, son una generación activa que vive en la simultaneidad, la velocidad de respuesta de la red lo ha hecho impacientes, el entretenimiento está en el corazón de sus valoraciones, están permanentemente comunicados y conectados. Para entender quiénes son, cómo se los define socialmente, cómo es y funciona la sociedad en la que viven es preciso analizar sus consumos culturales y mediáticos. El acceso diversificado, la exploración multimedia, el capital simbólico y el universo cultural de esta nueva generación es planteado por Morduchowicz a lo largo de esta profunda visualización de las jóvenes audiencias.
            En 2009 Rosalía Winocur retoma las nuevas relaciones que establecen los usuarios con la computadora, internet y particularmente el teléfono celular. Robinson Crusoe ya tiene celular (Winocur, 2009) reflexiona sobre las condiciones de conexión, sobre los dispositivos simbólicos para: controlar la incertidumbre, para dar visibilidad y trascendencia social, para dar consuelo y manipulación de la biografía; para establecer estrategias de cohesión familiar y afirmación de lo local; para mediar conflictos intergeneracionales. Winocur habla de los nuevos nichos culturales y significados sociales que han producido estos dispositivos. El texto no sólo da cuenta del nuevo paisaje mediático, sino también de la nueva estética, los nuevos lazos y las nuevas formas de reconocimiento que permiten estas vías de conexión. Más allá del carácter instrumental la investigación aborda el carácter existencial de la tecnología como un escenario simbólico constitutivo de nuevas formas de sociabilidad y entretenimiento; asimismo asume que la apropiación del dispositivo digital se produce en espacios cotidianos, en relación con los otros, siempre en alteridad. Winocur habla de la apropiación como el conjunto de procesos socioculturales que intervienen en el uso, la socialización y la significación de las nuevas tecnologías en diversos grupos culturales. Desde esa conceptualización deja ver cómo las personas se están apropiando de la tecnología y sus mensajes y los terminan adaptando a sus vidas y contextos.
            En el corazón del fenómeno de la cultura digital, Rubén Jara y Alejandro Garnica, retoman la medición de audiencias para hablar de una de las industrias mediáticas que ha tenido que reinventarse: la televisión. Medición de audiencias de televisión en México (Jara Elías & Garnica Andrade, 2009) ofrece una mirada a los estudios de recepción y consumo televisivo desde las formas de medición. Los investigadores ofrecen un análisis longitudinal que permite conocer qué pasa con cada género de programación, qué ven y cómo ven la televisión los distintos segmentos poblacionales. Ya desde su texto, ¿Cómo la ves? La televisión mexicana y su público (Jara Elias & GArnica Andrade, 2007), ofrecían una profunda exploración de los registros del comportamiento de los tele-espectadores, las características de las familias, los equipamientos televisivos, el papel que juega la televisión en la vida cotidiana, la exposición y disponibilidad de tiempo, los tipos de audiencia, la oferta programática, los géneros televisivos, los patrones y tendencias y los segmentos de la teleaudiencia. Es en sí, el primer estudio científico de la televisión mexicana y en el que se profundiza su impacto sociocultural en un contexto global y de batalla ante el boom de la televisión por cable, la satelital, la convergente e internet.
            En la tradición de los abordajes territoriales y las culturas juveniles, Gabriel Medina ofrece un trabajo colectivo con 12 investigadores para hablar de Juventud, territorios de identidad y tecnologías (Medina, 2009). Así exploran las genealogías, la internacionalización de las sensibilidades, la emergencia de las subculturas, la ciudad como centro de disputas, la temporalidad corporal, el rostro como máscara, las identificaciones, el género como voz diferenciada, la opinión política, los invisibles, el yo colectivo, la territorialidad y la identidad, lo público. Destacan los trabajos sobre las culturas juveniles en España (Feixa & Porzio, 2009) y la réplica hecha por Emilia Torres (Torres, 2009). El trabajo colectivo permite comprender a las juventudes en sus registros emergentes y de apropiación sociocultural; contempla las significaciones, apropiaciones y usos de las relaciones que construyen, sus estructuras y resistencias. Un buen compendio para resignificar las fronteras y plantear nuevas cartografías.
            Aún cuando los estudios en la materia han sido trabajados por antropólogos, sociólogos y comunicólogos, particularmente los relativos a espacios urbanos y mediáticos, Rossana Reguillo plantea una agenda pendiente en los estudios sobre jóvenes y consumo cultural. Esta agenda contempla como grandes pendientes los temas de género, las especificidades regionales, las experiencias y representaciones colectivas, el hablar de los jóvenes integrados, las industrias culturales y mediáticas que posibilitan la integración.  (Reguillo, 2010). Los comunicólogos han trabajado a profundidad los procesos de recepción, las influencia y el impacto mediático, las representaciones, las opiniones, competencias, procesos cognitivos y los sentidos discursivos; sin embargo, habrá que profundizar en los contextos de apropiación, la conformación de subjetividades y relaciones con estilos y modos de vida, entretenimiento y ocio en la era digital.
           
Los fenómenos que transforman la experiencia de los jóvenes
En la década de los 80 emergió un público adolescente dentro y fuera de los medios de comunicación. Esta generación de jóvenes estaba altamente enganchada con las soap operas. Muchas familias modificaron sus actividades y se adaptaron al horario de sus programas favoritos; los adolescentes se involucraban con los personajes y las tramas; se llegó a afirmar que las series guiaban sus comportamientos (Montero Rivero, 2006). Esta situación llevó a la necesidad de entender no sólo cómo ven, sino también el cuánto ven y desde dónde ven. Siendo la adolescencia una etapa crucial en el desarrollo de la identidad personal y la experimentación de varios roles sociales se hizo notorio el conocer el papel que estaban jugando los medios de comunicación en sus vidas ya que en muchos caso se habían vuelto agentes socializadores más importantes que la escuela o la familia.
Las nuevas representaciones e identidades juveniles, por lo que se ha visto a lo largo de estas investigaciones, son fruto de un variado número de fenómenos entre ellos: la proliferación de una cultura teen mediática; la globalización de mercados mediáticos; la fragmentación de las audiencias; la interactividad; los niños que se han vuelto apetecibles para la industria de los medios como consumidores que pueden acceder a contenidos adultos en la televisión de paga, los videos e internet; porque poseen su propia esfera mediática difícil de comprender por los adultos y en la que tienen una participación activa; la sociedad consumista postindustrial en la que los jóvenes se enfrentan a temas como el desempleo, la movilidad, la residencia, la vida social activa; el que se ponen en tela de juicio las instituciones establecidas quebrantando las reglas de conducta de la sociedad civil y las concepciones tradicionales; la globalización económica y cultural que han derivado en múltiples crisis de legitimidad del Estado Nación; la reestructuración entre lo local y lo global; la fragmentación e individualización; la erosión del sistema de creencias, los estilos de vida, las jerarquías familiares; la movilidad social y geográfica que amenaza los vínculos sociales tradicionales en la familia y la comunidad; las sociedades heterogéneas y multiculturales en las que coexisten concepciones diferentes de moralidad; la nueva acepción de identidad como producto de una elección individual y no de derecho de nacimiento o de destino; las sociedades más desiguales y polarizadas.
            La identidad está íntimamente relacionada con la dimensión de género, etnia, clase, prácticas, rituales, estilos, aspectos, disposiciones, representaciones y consumos. Las identidades juveniles son construcciones y relaciones; alternativas de conexión, desconexión o mediatización. Se vuelve imposible desligar la conformación de una nación y su desarrollo del fenómeno juvenil. Las biografías y capitales particulares hablan de una nueva dinámica social, de una nueva narrativa, de un nuevo texto que puede ser leído desde la biosemiosis social.
            Hoy se nota claramente en los nuevos estudios sobre audiencias y recepciones infantiles y juveniles, una notoria inclinación por la edad de la pasión por la red; investigaciones en las que se manifiestan por entender las motivaciones y características de los “enganchados” e hiperconectados, por conocer las orientaciones educativas y cognitivas fuera del aula y en los entornos virtuales. Múltiples trabajos convergen en las distinciones de género, pero también en el descubrimiento de la sexualidad desde las prácticas comunicativas y sociales. Así se ha visto que la red se ha convertido en un refugio tranquilizador en un mundo hostil repleto de objetos ansiógenos. En los contenidos mediáticos que circulan por las redes sociales hay un sentimiento de identificación con nuevos héroes y referentes sociales; líderes morales que atraen la atención por referir a un mundo ficticio que desearían los niños y jóvenes como posible. Internet es una fuente de prestigio y de respeto posible, así es posible hablar del efecto Facebook[14]. Estos trabajos han transpolado el espacio urbano, mediático y corpóreo al espacio digital, la manera como el cuerpo se digitaliza y las prácticas comunicativas en internet permite conocer el intercambio de estrategias, tácticas, ideologías, clanes, alianzas y vasallajes sociales. Los medios e hipermedios son el eje de estos trabajos ya que se han vuelto el nuevo espacio personal y de seguridad en el que interactúan los afectos; en ellos descomprimen las audiencias su existencia, tienen un fondo lúdico universal, les permiten comprender las reglas de socialización, generan adicción a la gratificación. Navegar es una forma sutil de vértigo que “atonta” lo suficiente para olvidar, su efecto hipnótico hace perder la noción del tiempo por ello interactúan más de lo que desean, genera una dependencia anestésica del olvido del vacío y la dependencia fisiológica, permite vivir una situación de éxtasis, de saludable vacío. Los hipermedios se ha visto que son un lugar de encuentro e intercambio, un medio para comunicarse, no como factor de aislamiento sino para extender sus pertenencias, vínculos e integraciones; ahí se miran sobre sí mismos en el otro imaginado, descubren un universo de complicidades.
En esta nueva generación de estudios aunque se percibe un interés por los significados de las prácticas, los episodios de encuentro, roles, relaciones, grupos, y subculturas queda pendiente estudiar los estilos de vida, necesidades, intereses, deseos, temores, rechazos, esperanzas, indiferencias, reticencias, atracciones, dispersiones, contextos de recepción, organizaciones, comunidades, actividades individuales, colectivas, artefactos, hechos relevantes, autointegración, la remezcla como capital digital, involucramiento, el prestigio y la legitimidad digital, cómo aprenden, cómo espejean sus experiencias, espacios de significación, cómo se da el conocimiento del otro significante, vinculaciones entre el ambiente físico y social con el mediado por dispositivos tecnológicos. Habrá que dar seguimiento a cómo se vinculan con los estudios de culturas juveniles digitales las teorías del acompañamiento social, la transformación social mediada por computadoras, la teoría del abordaje, la de la validación consensual, la de los efectos directos e indirectos. Son múltiples los desafíos que se presentan, como múltiples las rutas de navegación que se darán desde estas tecnologías portadoras de sentido.

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* Jorge Alberto Hidalgo Toledo. Lic. En Comunicación, Maestro en Humanidades y Doctorando en Comunicación Aplicada por la Universidad Anáhuac. Presidente del Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación de las Ciencias de la Comunicación, CONEICC. Titular de la Cátedra Televisa en Innovación en Contenidos y Titular de la Cátedra FISAC-Anáhuac en comunicación para la responsabilidad ante el consumo. Investigador Titular del Centro de Investigación para la Comunicación Aplicada (CICA), de la Escuela de Comunicación de la Universidad Anáhuac. Director de Medios de Global Content. Actualmente es Coordinador de la Licenciatura en Comunicación de la Facultad de Comunicación de la Universidad Anáhuac. Es  Coautor del libro: Signo vital: Comunicación estratégica para la promoción de la salud (2011) y Comunicación Masiva en Hispanoamérica: Cultura y literatura mediática (2005). jhidalgo@anahuac.mx
[1] Como recorte del campo del mundo social planteado por Bourdieu como espacio social. Es conceptualizado por Maritza Urteaga, como “la base de principios de diferenciación o distribución constituido por el conjunto de propiedades que actúan en el universo social en cuestión, es decir propiedades capaces de conferir a quien las posea con fuerza, poder, en ese universo” (Urteaga Castro-Pozo, 2010: 32).
[2] Espacios habitados, a los que tienen acceso, actancia y comunicación.
[3] Barker y Andre hablan de un tipo de realismo como sinónimo de calidad y otros como el, realismo mimético (el que es copia del mundo real y en el que reconocen las propias vivencias cotidianas); el realismo literal o naturalista (se comprende como real porque puede llegar a pasar); el realismo narrativo (que aporta verosimilitud interna a la narración); el realismo emocional (el que ayuda a reconocer problemas personales e interpersonales e identificar emociones); el realismo mítico (en el que la realidad se considera equivalente a formas de la verdad más profunda y por ende, proyecta problemas sociales).
[4] http://iamcr.org
[5] http://www.wan-ifra.org/
[6] http://www.ebu.ch/
[7] http://www.ibby.org/
[8] http://www.press-enterprise.com/nie/more_about.html
[9] http://www.prixjeunesse.de/
[10] http://www.nhk.or.jp/jp-prize/english/index.html
[11] http://prixdanube.stv.sk/?lg=EN
[12] Concepto basado en la noción de doble oralidad desarrollado por el Sacerdote Jesuita Walter Ong quien tuviera como amigo y director de tesis a Marshall McLuhan. El Padre Ong, sin duda estuvo marcado fuertemente por su formación religiosa sustentada en el libro y la palabra de ahí que fuera un gran defensor de la oralidad, sosteniendo al habla como raíz de la escritura. Así generó las categorías de Oralidad Primaria y Secundaria. La primera de ellas se refiere a la que poseen las culturas que no conocen la escritura ni la impresión; y la segunda para referirse a las formas de comunicación de aquellos que conocen la escritura, la impresión y otras formas mediáticas que dependen de la escritura para su funcionamiento y existencia. La Triple oralidad comprende la metagrafía, la trans-oralidad multimediática y la hipertextualidad de la ecología mediática de las nuevas audiencias, es decir las formas de comunicación que dependen de una meta-escritura soportada en los medios tradicionales y reactualizada en los nuevos medios.
[13] Concepto tomado de las relaciones públicas y el desarrollo personal que invita al sujeto a considerarse como una marca; por tanto las personas usan las herramientas de comunicación para diferenciarse y conseguir mayor éxito en sus relaciones sociales.
[14] Algo está ocurriendo y yo me lo estoy perdiendo. Un cuestionamiento permanente: “Demuéstrame que el mundo real es tan interesante que el que abandoné y en el que he vivido aventuras extraordinarias”.

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