Jorge Hidalgo
¿Qué papel
desempeña el hombre en la concepción filosófica marxista? ¿Cuáles son sus
nociones de naturaleza, libertad y ética? El marxismo contempló al sujeto como
actor fundamental de los procesos de la historia; en su acción concreta en el
desenvolvimiento de la historia, es fundamental la dialéctica que se genera
entre la lucha de clases. Condiciones político-económicas fueron contempladas
por Marx; pero ¿qué hay con el sujeto, el individuo concreto, el actor real de
la historia, cómo queda en su teoría?
Marx invirtió la fórmula idealista y mezcló la filosofía
clásica con la economía inglesa. Marx avanzó un paso sobre Feuerbach; éste
retenía todavía una abstracción, el hombre. Para Marx no hay individuos
concretos. Según Marx la filosofía no ha de limitarse a describir la realidad,
sino que debe intentar cambiarla. La filosofía ha de cambiar la situación del
hombre para la recuperación de la esencia humana alienada por los objetos de
ahí su participación en la transformación social.
El
hombre marxista es parte de un modo de producción. La productividad de bienes
materiales y las relaciones de producción constituyen la estructura económica
de la sociedad.
La
historia que para él es lucha de clases, se basa en la noción también de
materia, la cual contempla aspectos como infinitud, temporalidad, espacialidad,
profundidad y movimiento.
Considerando
estas variables Marx coloca al hombre como un trabajador, como parte de un
sistema de relaciones de producción; como un medio más. La situación entre
explotador-explotado en la que los propietarios de los medios viven del trabajo
de los agentes directos o no propietarios, son típicas de la sociedad clasista,
que tanto condenaba él y su momento social.
Marx
apuntó muy bien las variables económicas en su teoría, pero desgraciadamente
descuido mucho el factor humanista.
El
trabajo es un bien, efectivamente, pero no debe estar para humillar o denigrar
la condición humana. Marx descuidó el concepto de libertad, sin reconocer que
es uno de los supremos valores del hombre.
El
trabajo debe estar en función de la dignificación del hombre, está para
apoyarlo en su realización, para impulsarlo a alcanzar su plenitud como hombre.
La
justicia social que tanto preocupaba a Marx proviene del ejercicio del trabajo
bajo una concepción moral. De ahí que hoy tengan tanta fuerza conceptos como
responsabilidad social u otros como solidaridad, justicia social, dignidad humana, calidad laboral,
etc.
No
podemos decir que se haya satisfecho la justicia social efectivamente si no
aseguramos algunos aspectos económicos; de ahí que como dice la encíclica
Quadragessimo anno: “La economía social estará sólidamente constituida y alcanzará
sus fines, sólo cuando a todos y a cada
uno se provea de todos los bienes que
las riquezas y subsidios naturales, y la
técnica y la constitución social de la
economía pueden producir".
La lucha de clases propuesta por Marx,
hoy nos resulta inaceptable ya que lo que busca no es la justicia ni el bien
general de la sociedad sino el interés de una parte y la destrucción de la
opuesta. Así que curiosamente la condición contra la que luchaba Marx y su
solución termina siendo el germen mismo de la violencia, el rencor y la
injusticia, ¿qué paradoja no?