Vertiginosidad y poesía mal oliente - Hipermediatizaciones: Hiperconexiones y remediaciones entre signos y palabras

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Textos especializados en Comunicación Digital, Ciencias Sociales, Literatura, Poesía, Humanidades Digitales y Culturas Juveniles. Sitio personal del Dr. Jorge Alberto Hidalgo Toledo, Expresidente de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación, AMIC y Ex presidente del Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación.

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domingo, 6 de abril de 2014

Vertiginosidad y poesía mal oliente

Jorge Alberto Hidalgo Toledo

Cuando la moral camina con pies de paloma, el tiempo se queda atrás. Perdido, sin forma alguna de recuperarse. Así lo buscara Proust, jamás lo vivió Allen Ginsberg. Sexo, drogas, cambios de moral y de sentir. Formas distintas de manifestar la velocidad de los tiempos. Formas convexas de representar lo nuestro o lo poco que queda de ello.
Esos son los símbolos de los noventa. Una serie de máculas que cuestionan la forma ambigua como hemos estado evolucionando, por una parte, la anarquía y la contracultura, por otro, la apatía completa de los ojos enfilados al horizonte del sistema. Esos somos nosotros. Una juventud cambiante y resistente a las fricciones. Una juventud que de la noche a la mañana se lleno de dudas y axiomas dirigidos a destrozar la superficialidad del mundo y la plasticidad de sus habitantes. Los tiempos rebasaron a las conciencias oprimidas. 

Hace unas décadas, la juventud dio la espalda a la sociedad y se automarginó en las  costas del océano Pacífico, pretendiendo con esto una profunda avidez por el reconocimiento individual, un deseo de hablar con honestidad y franqueza de todo lo que tenía importancia, implicando la vida apasionada y comprometida inspirada En el camino de Kerouac, (40's y 50's), el espíritu anarquista de los beats, habría de transformarse en un espíritu cósmico cargado de flores y psicodelia (60's), un ser que viajaba apoyado en drogas y que buscaba, no romper como los beats con la sociedad, sino fundar una completamente nueva. Esta consigna de "Salta y abandona la sociedad" de los hippies, habría de perderse y comercializarse como muchas otras cosas que el gran pulpo del sistema habría de succionar. Esta perdida de la clandestinidad, fue sumamente criticada en los 70's y rescatada en los círculos underground de la juventud olvidada y oprimida de los suburbios industriales. 

El mundo envuelto entre tanta mierda habría de intoxicarse con sus propios humores. Y así, de la manera más antiintelectual posible, surge un nuevo ser, un ser inconforme con todo, anarquista y radical por naturaleza, agresivo, Thanatos en cuerpo y alma. Y es aquí, en la fuerza punk donde parece que se quedó gran parte de la juventud mundial hasta nuestros días, subdividida en corrientes como el dark, el gótico, e incluso el mismísimo hardcore. Las nuevas variantes tecnológicas le han dado un toque cyber al asunto. Sin embargo, cuando se habla de ello, si es que se habla, se hace como si se hablara de la mierda, de lo más podrido y degenerado y hay viene lo que a nuestro caso interesa. El mundo ha evolucionado así, tanto que podemos afirmar que la historia de nuestras juventudes es la historia de la protesta y la anarquía. La pregunta es, ¿por qué si lo sabemos, aún no lo aceptamos?, es decir, ¿qué dirían tus padres si se enteran que tienes perforado el pene y el ombligo?, ¿que tienes un tatuaje a media nalga y otro en la base de la nuca?, ¿qué dirían tus abuelos si vieran una tocada de Janes Adiction, saturada de gente vestida de negro con el cabello en tonos rojos y marrón?, (y ahí viene lo bueno), ¿qué dirían tus padres o cualquier otro pariente, si se enteran que eres gay y que llevas años de acostarte con el que creen que es el mejor amigo de tu hermana la menor?



Pues si, esos son los símbolos de nuestros tiempos, drogadicción, homosexualidad, bisexualidad, tatuajes, perforaciones, violencia y oscuridad en technicolor. Y ahora, que se le puede hacer, ¿habría que acabar con ellos para acabar con toda esa decadencia de por medio o habría, de una vez por todas, acabar con el sistema y construir una nación al estilo de Mad Max y Blade Runner? Eso no lo se yo, a veces dudo, si tanta falta de ideología de la generación X, no es más que una mera pose, moda intelectual o de verdad estamos tan vacíos como creemos. No lo se, ni creo que alguien lo sepa. De todas formas, vivir a esta velocidad no es un pecado ni un cumplido. Pregúntenselo a Bukowski, quien hasta el último segundo, estuvo convencido que vivió y fue feliz.

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