Tablas y PVC sobre aguas turbulentas y hediondas - Hipermediatizaciones: Hiperconexiones y remediaciones entre signos y palabras

Breaking

Textos especializados en Comunicación Digital, Ciencias Sociales, Literatura, Poesía, Humanidades Digitales y Culturas Juveniles. Sitio personal del Dr. Jorge Alberto Hidalgo Toledo, Expresidente de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación, AMIC y Ex presidente del Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación.

test banner

Post Top Ad

Bienvenido a mi interior

Post Top Ad

Responsive Ads Here

domingo, 6 de abril de 2014

Tablas y PVC sobre aguas turbulentas y hediondas

Jorge Alberto Hidalgo Toledo


"Las artistas de strip-tease legendarias no se retiran nunca;
continúan teniendo la necesidad de enseñarlo todo, aunque no mire nadie.
Desearía que todo el mundo fuese artista de strip-tease".
(John Waters, Ganarse la cena cantando)



Coyoacán. 6:30 P.M. Domingo. Una sombra se aproxima. Largos pasos se extienden con formas inusuales. Un chico, vestido con chaleco de vaca, pecho desnudo, pantalón de rayas verde-rojo radioactivo, snorkel amarillo "sácame los ojos", aletas azul rey, un morral Huichol, del cual arroja tulipanes y frambuesas, se acerca entre las multitudes, como un Mesías Punk. Con ojos desorbitados y clandestinos me selecciona entre las masas como a un iluminado y me cuestiona "¿Quieres de mi nieve?" Con una actitud símil a la de los elegidos lo miro con firmeza y seguridad mientras le pregunto: "¿De qué es?" Dobla la vista y extiende el brazo a manera de los Santos: "De Pink Floyd con helicóptero".
Un poco loco y sorprendente se expande y gira este mundo. Día con día nos presenta situaciones incomprensibles que parecen venir de un universo alterno por complejas y disparatadas. Tanto que me han llevado a pensar, ¿qué pasaría si desnudáramos la naturaleza?

Largas olas de silencio rodean la cuestión y me olvido de los paradigmas fenomenológicos. Prendo la televisión y me sumerjo en cosas más sencillas como el mundo que me rodea. No puedo evitarlo. Cambio constantemente de canales hasta toparme con la respuesta. Si el mundo organizara un strip-tease donde la naturaleza mostrara sus formas desnudas y primitivas, el resultado sería un film de John Waters. La galaxia entera y sus confines estaría forrada de peluche o celofán. Las calles tendrían nombres como polietileno o silicón. Las grandes avenidas estarían plagadas de letreros luminosos que anunciarían cabarets y antros gays con consignas como esta: "Bellezas pechugonas y bailes exóticos por un dólar cincuenta". Las fabricas emplearían su tiempo libre para elaborar ropa interior para mujeres cuya parte superior no esté de acuerdo con el tamaño de su trasero. Los Mass Media, se enorgullecerían de presentar noche tras noche las acciones pervertidas de un tipo que está por morir de SIDA.
Sí, así de grotesco sería el mundo. Exhibicionistas y violadores aprovecharían los canales radiofónicos para defender su punto de vista tras escenificar una violación multitudinaria en un baño público de Brooklyn. Las atmósferas serían tan espesas y pegajosas como cualquier sustancia de aerosol o melanina ponderosa. No habría mayor secreto que la liviandad. El celuloide dejaría de generar actores de culto y las masas podrían dignificar los medios con la democracia. Cualquier pervertido podría montar un show en Broadway o exponer en Soho.
Así serían nuestros días, provocativos y llenos de mal gusto. Infestos de un hedor a basura propio de artistas posmodernos y amantes del Punk.

Majareta, mejor conocida como Crackpot, the obsessions of John Waters es el último texto aparecido hasta el momento en el mercado, de este estúpido genio, cuya inclinación por lo sucio y lo perverso, hacen de la perturbación y las aberraciones una perfecta obra de arte.

Waters, mitómano y suicida, en carnes y amores, retoma estas secuelas y hace de los restos de la cultura, objetos de culto pop. Sin embargo su producción artística es incomprensible hasta la fecha. Todas las mañanas abandona su recámara cubierta con colchas de olanes y explora en el interior de su buzón, donde encuentra cientos de cartas que hacen este tipo de preguntas: "Estoy en la universidad y hago películas como las suyas. ¿Cómo es que a mí me mandan al psiquiatra y a usted lo mandan a Europa?", "¿Por qué mi tío culto me dice que los muebles de mi recámara son de pésimo gusto y usted los utiliza como escenografía?", "Tengo una hermana que supera en fealdad a todos sus actores, ¿cómo es que nunca le han dado una oportunidad en el cine". "Mi madre es tan gorda y puerca como Divine, ¿Exigimos un papel en su próxima película".

Fealdad, rasgos bruscos, asfixiantes, exageraciones que incrementan el espectáculo de los defectos, son los tópicos que rescata de las comunidades delirantes. Su estética de la malformación ha permitido el ingreso a la pantalla de gentes como Rosy de Palma, María Barranco, Divine o Edith Masey. 
Todos sin saberlo le debemos algo. Parece que exagero, sin embargo, entren a cualquier condominio de un suburbio y encontrarán a una ama de casa embadurnada de aguacate y miel persiguiendo a su bastardo engendro con un cuchillo o una chancla por no dejar las cosas en su lugar.

La cordura no existe, los personajes de Waters, al igual que los del mundo que nos rodea, son extremadamente normales: aficionados perdedores, yuppies malolientes, ancianos promiscuos, policías corruptos, agentes porno, productores travestís, personajes cuyos símbolos rayan en la tragedia y la enfermedad social. Estas estrellas de la sociedad basura, son los hijos adorables de sus films.

Entre sus cintas encontramos "Eat your make-up", "Multiple Maniacs", "Mondo Trasho", "Female Trouble" y "Hairspray", donde expone el éxtasis de los medios en las sociedades hipercomunicadas y saturadas de sentido, al satirizar a dos alumnas que pelean por ser las preferidas de su comunidad dentro del programa de moda.
¡Bendita sea la globalización! gracias a ella, el espectáculo está en todas partes, ya no hay que ir a los escenarios para representar realidades ficticias, ahora sólo hay que llevar las cámaras al sitio adecuado y tendremos un film.

 Polyester, su obra maestra, rompe con la célula social, al hacer de la familia un mecánico pedazo de catástrofe en el que rige la estupidez. En esta cinta, realizada en Odorama (tableta numerada que, al rascarse, desprende aromas similares a los que perciben los personajes) comprueba el modelo establecido por William Castle: no importa que una película sea mala, es posible que el público llene la sala, es posible que la gente hable todo el tiempo de la película, es posible que sea un ¡Ã‰xito!
Y eso es lo que es... un éxito rotundo, un homenaje perfecto a la demencia y al mal gusto, una obra de arte, un espacio colapsado y permitido a la estética retorcida de la sociedad que negamos y nos tocó vivir. 

Ya lo dije y lo repito, de estar desnudo el mundo las cosas serían así, delirantes y degeneradas. No hay salvación. Seríamos parte de uno de estos films y nos apodarían la persona más inmunda de la tierra. La estética punk, llenaría la vida de detalles grotescos y conjuras oportunistas. Y al parecer, no estamos lejos de eso, ya que desde el setenta, los jóvenes, a manera de repudio contra lo establecido destrozaron los cimientos del púber universo y crearon de la experiencia hollywoodense de sus padres, una sociedad instalada en la basura y la putrefacción, prueba viviente de ello, fue mi encuentro con Siberioespacio, el chico de la nieve que después de hablar de sus encantos, me invitó a sentarme y meditar.


Hablamos por instantes, de forma aguda y fragmentaria, de la posibilidad de vestirnos de aves, colgarnos sobre unos cables y tocar el acordeón; de lanzarnos sobre la fuente arrojando plumas y construir una pirámide con "senos de tetrapak"; hacer el amor y escandalizar a los presentes cuando de nuestras ropas vieran crecer pollitos y gritáramos extasiados, que aún cuando es domingo, el plan de contingencia no ha arruinado este lunático ritual.

Post Top Ad

Responsive Ads Here