(Del imaginario a lo concreto en el mito de la caverna en la República de Platón)
Jorge Alberto Hidalgo Toledo
…DE LA METAFÍSICA DEL BIEN
¿Quién pregunta, cuál es su esencia y sobre qué cuestiona? ¿Qué es aquello que preocupa a Platón sino la naturaleza del filósofo y de la realidad? La pregunta sobre lo concreto y qué es lo que le da sentido al mundo en que vivimos, había sido tema de la filosofía previa a nuestro “sujeto” de estudio; no obstante, es quizá con Platón que encontramos -por su preocupación por la educación, el papel del formador y del estado- un sistema filosófico que pretende reflexionar, en gran medida, partiendo de la política para abarcar aspectos como la moral, el derecho, la estética y la educación.
Platón, como buen filósofo amigo y amante de la realidad -nos dice Jean Wahl- quiere la verdad… “busca el Bien; amasa y conserva los conocimientos”, de ahí que nos proponga una forma de estado donde la verdad y la naturaleza del filósofo sea incorruptible; un Estado donde predomine la idea del Bien. Sin embargo, en la formación de un Estado perfecto se percibe la paradoja del sabio perfecto; es decir, un filósofo-rey.
En la geografía de esta reflexión Platón construye una mitología lógica donde cuestiona la percepción nebulosa de la realidad y la sumerge en las tinieblas de una caverna. La didáctica platónica emplea la hipótesis de que la realidad muchas veces sólo puede ser explicada por modelos, paradigmas o alegorías de lo que realmente es: el mundo de las ideas.
“Reflejo de reflejos, imágenes de imágenes” ¿qué es lo real? se pregunta Platón en su caverna. ¿Cómo saber qué es lo que nos ciega, lo que hace inteligible el mundo en que vivimos? El mismo Platón responde a sus preguntas cuando afirma que es la educación “la que podría proporcionar la ciencia al alma que carece de ella, igual que si se tratase de dar luz a unos ojos ciegos”. Es pues la virtud esa ciencia del Bien, que como decía Sócrates: “es sol de lo inteligible que da nacimiento y desarrollo a todo lo que es”. Interesante es la postura de Platón sobre el acto de conocer, pero más interesante es la resolución didáctica y su pretensión de elevar el alma humana al gestar un mundo donde ciencia y virtud, ramas de un mismo árbol se unan para dar cobijo al hombre que sigue a la espera de que alguien baje a las tinieblas y le muestre la luz.