Jorge A.
Hidalgo Toledo
"Al
calor de las ciudades inflamadas brotan cultos extraños. Los defensores de las
esencias surgen desde sus Biblias como una plaga de langosta ahorcando a todo
ser vivo que se cruza en su camino....
estas son las ultimas convulsiones del occidente que muere"
(William S. Burroughs, El Exterminador)
Hablar del ciberpunk
es transportar los vínculos del ser al formato "intel inside" y
hacer de la cultura el resultado de la simbiosis hombre-máquina, ya que entre
el genuino espíritu experimental de la cibernética, la ciencia y los fenómenos
paranormales se construye y se consume la historia virtual de una generación
altamente contestataria y tecnocrata.
Durante los años 50's
los Beatniks
se reunían en los cafés para planear la manera de cómo revelarse ante la
conformidad de la vida americana creada por la era de Eisenhower. En los 60's
el movimiento hippie arriba al mundo promulgando el activismo pacifista con
la energía del sexo, las drogas y el rock 'n' roll. Los 70's despiertan la
conciencia subterránea y la anárquica pantalla mental de cristal liquido con la
insignia que llora "hay que renovar
al mundo para que pueda girar en torno a la tecnología".
A finales de los 70's
surge de los catálogos digitales el término ciberpunk atribuido a William Gibson, por afirmar que ésta es
la forma más adecuada en el arte para denominar a un tiempo marcado por las
mutaciones tecnológicas.
En sí, el término se deriva de la ciencia de la comunicación y la teoría del control denominada cibernética, bautizada a su vez así por Norbert Wiener, investigador del Instituto de Tecnología de Massachusetts, cuando se encontraba diseñando sistemas de armamento antiaéreo para la Segunda Guerra Mundial y detectar con esto, que era necesario crear lazos de retroalimentación que dieran la información precisa del resultado de las acciones, sembrando de esta manera la semilla para en un futuro crear esos electrónicos cerebros que llamamos hoy computadoras.
La parte restante del
para aquel entonces neologismo ciberpunk es la palabra "punk",
la cual se refiere al movimiento juvenil de los 70's que promulgaba la
revolución contestataria, anárquica y antisocial.
Una vez unificado el
barbarismo, la palabra ciberpunk fue utilizada para
denominar a una escuela de rígidos escritores de ciencia ficción, y a los
tajantes usuarios de las computadoras, aunque William Gibson declaró que "el término Ciberpunk al igual que el
de hippie, eran originalmente
términos periodísticos que intentaban describir ciertos fenómenos literarios y
extra literarios vinculados a la década de los años ochenta" y aunque en
un principio como buen "slogan",
no tenía un significado específico, hoy en día, se le identifica con los
movimiento políticos italianos y por el Wall Street Journal para describir las
banales actividades de los escritorzuelos.
Lejos de todos estos extraños atuendos y dualidades, si algo es cierto y vale la pena mencionar, es que el termino ciberpunk en la actualidad abarca una amplia gama de desafios en el mundo de la música, el arte, la psicodelia, las drogas inteligentes y sobre todo la tecnología de fin de milenio.
Aún cuando el ciberpunk
es descrito por gentes como el editor de la revista "Whole Earth Catalog",
(un clásico de la era hippie), Stewart Brand como la "tecnología
con actitud; o como lo pinta el escritor de ficción Bruce Sterling "una
insolente alianza del mundo tecnificado con lo subterráneo de la cultura pop y
la vulgaridad de la anarquía callejera", la contracultura de la
obscura era de las computadoras promueve un movimiento que va más allá de la
fusión de los humanos y las máquinas.
"...La
velocidad está invadiendo al mundo.
Los niños
crecen con computadoras y juegos de video que son 10 veces más rápidos que las
maquinitas de pinball con las que nosotros jugábamos.... tienen como que una
nueva forma de pensar, de vivir.
y debemos
continuar."
(John Zorn)
En los principios de
la era de la información la juventud se vio altamente influenciada por el veloz
optimismo tecnológico, por la constante y concomitante paranoia y el terror por
saber que los dos polos de lo imaginaria de las masas eran: por un lado, una
alucinante futurópolis con aspecto gris, y por otro, el espectro del desastre
nuclear, aún cuando los autoritarios personajes mencionaban que los estudios
sobre el átomo no evolucionaban del todo.
En cambio los jóvenes
actuales sienten el mismo amor por su computadora Macintosh que el amor que sentían sus padres por los discos de la Apple Records, y no conformes, la
obsesión por la tecnología hace que los ciberpunks orienten el futuro hacia
lo fallido, coloreando de manera gráfica y digital con arduos toques de ficción
surrealista la realidad, tanto que ahora la han podido llevar a las galerías de
arte, a los videos musicales y las películas de Hollywood.
Los cyber magazines, son publicaciones
baratas hechas con computadoras personales y distribuidas por correo
electrónico a sus más de 70,000 suscriptores, habiendo entre ellos usuarios,
futuristas, flecudos cientistas, artistas y músicos que constantemente se
preguntan qué nuevo uso le dará el policía, el político o el criminal a la profética tecnología.
En el campo de la música, el movimiento se ha popularizado tanto gracias a grupos como "Clock DVA", "KMFDM", "Front Line Assembly", "The antigrup" (TAGC), "Leather Strip", "Insekt", "Poupe Fabrik", "Noise Unit", "Cassandra Complex", entre tantos otros que disqueras como la italiana "Contempo" o la transnacional "Polydor" han podido revitalizar sus ventas, en lo que a grupos subterráneos se refiere.
La orientación
literaria recae sobre todo en manos de William
Gibson con su genialidad en el manejo de antihéroes solitarios a manera de
reconstrucción arquitectónica del western
posmoderno en "Count Zero", o en la variante
futurística de los dialectos y el collage de las cosas dispuestas por la
casualidad de "Neuromante", su obra de culto. Por otra parte, la
colaboración de Bruce Sterling en
"The difference engine" permitió reformatear la cultura con
base en la turbulencia del periodo neovictoriano, donde la teoría del caos se
revierte sobre el individuo tan pronto como esta confusa plaga que es el hombre
se coloca entre la diagonal que divide la ciencia del lenguaje. Otro clásico
del movimiento es "London's Forbidden Planet",
obra de tal magnitud que ha inspirado a cineastas como Cronenberg y James Cameron.
El cine durante los
80's se vio totalmente invadido por films que van desde el lúdico e infantil
"Tron" hasta la obra maestra de "Blade Runner", y los
ya clásicos "Videodrome", "Robocop", "Total
Recall", "Terminator" y "The
Lawnmower Man".
En si el parte aguas del movimiento fue el fabuloso metraje japonés "Akira", el cual proyecta la moralidad cyber en arma de las pandillas motorizadas que recorren el devastado Tokio de finales de la tercera guerra mundial.
La globalización
electrónica no es más que uno de los tantos canales de explotación de los
amantes del exceso de información. INTERNET en sus cientos de presentaciones y
formatos ha permitido conectar el concepto Mcluheano de la aldea global en el
corazón de los buscadores del sacro santo y electrónico grial. He ahí la gran
Babel donde se puede encontrar decenas enteras de hojas y diarios digitales.
Entre los más importantes se encuentran: "The World Wide Punk",
"BWorld's Punk Rock Zone", "Spontaneous Combustion Links",
"Atomic Books Music Mags & Zines", "House
of the Rising Punk", "It's the Page 'o' Punk", "Absolut
Comic", "The decade home Page" y
finalmente "Don't Call me Cyber, Punk", donde se tratan temas tan
trascendentales como las bebidas que debe o no consumir un ciberpunk en un reventón donde no ha sido invitado o quién es el
que tiene la premisa de destrozar la casa del enemigo, el dueño o sus amigos
por pertenecer a una raza superior.
Indudablemente hay demasiada metafísica en no pensar en nada, en el vida, sus misterios y "conceptos tan banales" como qué pasará con nuestra alma cuando los circuitos se consuman y nos hagan ver que la tecnología no es más que un cuadro simplista en el que no pueden florecer árboles, montes, ni sonidos ajenos al bip-bip de un procesador.
El movimiento habla
por si solo, hacer mención de la revista "Mondo 2000" y
la dicotómica "Distopia", no es más
que mencionar que el tiempo tiene fecha de expiración, por lo mismo lo único
que falta esperar es que llegue el futuro cualquier noche de estas, a jalarnos
de las patas.