Jorge Alberto Hidalgo Toledo
Todo absurdo es válido porque los mensajes aparecen
como si fueran regidos por un principio de realidad.
Armand Mattelard, Para leer el Pato Donald
EL MUNDO CAMINA JUSTO EN OTRA DIRECCIÓN
Cultura popular, estándares de conducta, producción en masa, entretenimiento, enajenación e ideología. En una palabra historia sobre la historia: historia de la historieta.
Oriente, para ser exactos China, el gran imperio editorial de las culturas ancestrales, convirtió al dibujo en uno de los elementos más poderosos de la comunicación al incorporarlo como el gran soporte de la escritura, aproximadamente, desde el siglo IV de nuestra era. Al pasar de China a occidente, se empleó para producir carteles icónicos. Fue hasta la Edad Media que se utilizó para ilustrar la Historia Sagrada. Durante el siglo XIX se producen historietas aumentando al ítem religioso, acciones armadas y temas “infantiles”.
Los italianos preocupados por registrar, por medio de signos convencionales, pensamientos y expresiones orales, así como estados de ánimo, introducen la nubecilla fumetti , mejor conocida como globo de pensamiento.
Las tiras cómicas evolucionan y trascienden las fronteras terrestres e ideológicas. En Estados Unidos de Norteamérica se adopta el término sajón comic y cartoon para denominarlas, mientras que en Japón, el artista Hokusai crea en 1814 el vocablo manga para incorporarlas al gusto popular y así, dar inicio a la primera serie de distinciones.
La tira cómica , a partir de este siglo, es definida como la exposición breve de una situación concreta, manejada en pocos encuadres y sin guardar una secuencia cronológica mientras que la historieta es develada como un relato visualizado de una secuencia cronológica con muchos encuadres donde se pintan diversas situaciones en que se comprometen los protagonistas.
A manera de distinción, aclaran los críticos modernos como Antonio Pérez García, que las tiras cómicas son casi siempre humorísticas, a diferencia de las historietas que manejan temas mitológicos, históricos, de ciencia-ficción, realistas, románticos y sobre todo de política.
El arte occidental, entre una de sus tendencias, se ha concentrado en la función estética, aislándose del discurso público y siendo más autoreferencial, mientras que su paralelo, el arte popular, intenta mantener las funciones originales del arte: comunicar y representar, además de rechazar las tendencias de autodependencia y elitismo en favor de un discurso dirigido a las masas.
La caricatura crea un arte popular con una gama completa de ideas y emociones que van más allá de los límites del arte pop, teniendo una influencia sobre el arte moderno semejante a la del arte primitivo y tribal.
CUANDO SE TIENE FAENA ACUMULADA
Las historietas combinan palabras e imágenes, además de las funciones que originalmente le pertenecieron al arte, para el público popular.
Si partimos del postulado de Mariángela Rodríguez ubicado en su texto Cultura popular-cultura de masas, en el que afirma que “ los movimientos de la sociedad civil exigen un espacio de representación en el que se manifiestan las identidades y diferencias sociales, marcadas por su incorporación en la cultura de masas” podemos afirmar que la historieta, como la fotografía, el cine y el rock habrán de ser recordadas como las formas características y dominantes del siglo XX, ya que en el proceso de crear imágenes para los nuevos medios, el arte folclórico se transformó en la cultura popular y la gente del campo en las masas urbanas.
Artistas como Jasper Johns, Robert Rauschenberg, Roy Lichtenstein y el mismo Andy Warhol, adoptaron, a mediados de la década de los 50, al comic como estandarte de la cultura popular, ya que gran parte de la juventud de la posguerra había crecido inmersa en una cultura iconográfica con afán de entretenimiento.
En México el fenómeno de la historieta es algo curioso. Las primeras publicaciones (finales del siglo XIX) eran de origen norteamericano traducidas. Con la llegada de la revolución y el auge nacionalista fueron sustituidas por creaciones locales. Con el paso de los años, el espíritu ultranacionalista se fue disolviendo y las compañías extranjeras volvieron a dominar la economía del país, y las tiras cómicas hechas en EUA; con su perspectiva y contenido cien por ciento norteamericano.
Algunas de las primeras historietas mexicanas fueron ilustraciones de las obras más populares de la gran literatura europea.
Y SEGUIRÁN HASTA EL FINAL DE SU VIDA
A finales de la década de los cuarenta aparece La Familia Burrón , de Gabriel Vargas, reflejando el lenguaje, modas y preocupaciones de los mexicanos del barrio. Actualmente compite con la producción de casas editoriales encargadas de distribuir las versiones en español del Pato Donald, Archie y Superman.
Con más de 250,000 ejemplares, cien páginas y selección a color, las historietas se han encargado de penetrar en los gustos y preferencias de los adultos de clase baja. Con este nicho de mercado se están explorando temáticas que van de las tradicionales tragedias a los desastres naturales, pasando por una compleja gama de problemas sociales, romances, comedias, materiales educativos y moralizadores, hasta la inclusión de contenidos que incitan a las bajas pasiones, alusiones sexuales, aventuras que corrompen la ley o se muestran irrespetuosas con las costumbres tradicionales.
Las temáticas han sido distorsionadas de tal forma que los tópicos se han vuelto tan escabrosos como presentar a los defensores de la ley como ladrones, a los padres de familia como seres crueles y despiadados. Los machos prepotentes son humillados, las mujeres y homosexuales son vistos como criaturas patéticas y pasivas, la violencia, las drogas y otras amenazas a la sociedad reciben un rostro humano, tan humano que deja mucho qué desear.
LO QUE IMPORTA ES EL MEDIO Y NO EL MENSAJE
Indudablemente la diversión individual y colectiva son necesidades humanas que penetran en la psicología profunda del individuo y en la social. El acto de entretener implica el hacer menos molesta y llevadera una situación; el recrear el ánimo y el evadir, actitud que tiende a la huída y que se yuxtapone en el individuo como una tendencia mecanicista.
La sociedad de masas enmascara a una complejidad de individuos solitarios expuestos a ciertas presiones que les impiden realizar sus capacidades de elección para adquirir el modo de vida que “consideran apropiado”.
Podría pensarse que desde el punto de vista existencial se justifica la evasión de una realidad asfixiante como necesidad humana, pero no, de alguna forma hay que trascender este lapso, hay que ir más allá del simple tener contacto con imágenes y lecturas para reafirmar una identidad. Hay que romper con la soledad, con las obligaciones del trabajo cotidiano. Habría... Pero tan sólo se puede someter uno a las normas de producción industrial, al aislamiento, a la incomunicación.
Imposibilitado de comunicarse el hombre-masa, exige que los medios le ratifiquen sus creencias, valores, actuaciones y el qué debe elegir para formar una vida.
En la medida en que aumenta la comunicación tecnificada escasea el calor humano y la muestra de que existe una pertenencia grupal visible y efectiva. En consecuencia, “las personas angustiadas buscan en otra parte un apoyo para sus elecciones conscientes” afirma Hendrik Ruitenbeck.
Y es ahí donde el entretenimiento es utilizado como instrumento para ejecutar políticas de adormecimiento colectivo, de represión contra el individuo para estandarizarlo considerándolo como pieza de la maquinaria de producción industrial en gran escala. Compromiso de los medios, por mantener el status quo .
TAMBIÉN LA LLUVIA SE TOMA SU TIEMPO EN CAER
La tira cómica por sus niveles de penetración no sólo nos proyecta las condiciones de vida, dudas, costumbres, tradiciones y penas que imperan en los estratos populares, si no que puede ser un interesante canal de monitoreo para investigadores, sociólogos, políticos, antropólogos, filósofos y demás personas interesadas en la evolución de la sociedad y sus valores.
Recuperar las condiciones básicas del entretenimiento no es función de unos cuantos, sino de todos los que de alguna u otra forma vivimos pensando en elevar la dignidad humana, porque quien piensa en el otro, en el fondo se encuentra reflexionando sobre sí mismo.