ON THE ROAD AGAIN
Jorge Alberto Hidalgo Toledo
Al principio creó Jack Kerouac su cielo y su tierra. Pero esa tierra era amorfa y vacía. La oscuridad arcaica cubría la superficie del abismo y el Espíritu de Dios se había perdido en el puritanismo de una generación que había cimbrado su fe en las guerras pasadas.
Kerouac dijo: Haya la luz, haya la libertad, haya la búsqueda. Y hubo luz, libertad y encuentro a la mitad de un camino de oposiciones. Vio que lo hecho era bueno, y separó a su escuela de las tinieblas del sistema. A su luz la llamó la beat Generation , y a las tinieblas: la locura del basto corral. Y hubo beatniks y hubo squares ; beats primero.
Dijo así mismo Kerouac: "la beatitud es el objetivo final en la búsqueda espiritual del amor infinito", e hizo un nuevo firmamento y separó a los muertos ( squares ), que están y habitan burocráticamente debajo del firmamento, de los vivos ( beats ), que están y viven sobre el firmamento. Y así se hizo una nueva cultura. Una estirpe voluntariamente marginal en medio de una nación que ansiaba el alivio a los problemas de la posguerra y que quería creer en su patriotismo, honradez, deseo de paz y su preocupación por tener un gobierno íntegro y eficaz. No obstante, ese pueblo pagó caro el paternalismo de su gobernante y "director de la más grande empresa": Dwigth David Eisenhower. Y lo pago con los excesos; con la falta de atención a las grandes porciones de la Norteamérica rural, a las minorías, a los ancianos; con el crédito fácil; con la continuación del New Deal y del Fair Deal ; con la nueva cultura de consumidores y la psicología de la abundancia; con la revolución de la comunicación; con la persecución del senador Joseph McCarthy al comunismo; con los perros policías en Birmingham, Alabama, atacando a los militantes negros; con los libros de bolsillo; con la Guerra Fría; con la incursión de la derecha en organizaciones como la sociedad de John Birch y la Cruzada Cristiana Anticomunista; con su gente interesada más en los automóviles, el sexo y la seguridad que en la política; con el abandono de la ética protestante promotora del trabajo duro y la individualidad, a favor de la ética de las organizaciones; con la homogeneización de su sociedad; con la identificación de su juventud con los nuevos ídolos como James Dean en el cine y Dizzy Gillespie en la música; con la protesta social; y sobre todo, con la rebelión juvenil que haría temblar a la década de los cincuenta y los sesenta; los beats .
El nacimiento de una nación
Esta nueva orden de "apócrifos iluminados”, como la llamara el escritor Norman Mailer, estableció su comunidad en la Playa Norte de San Francisco, reuniendo de forma marginal y bohemia a escritores, artistas, filósofos, pseudo filósofos, indigentes, miembros periféricos y sobre todo, poetas. Esta generación que tomara en parte su nombre del termino beat , extraído del jazz y que significa golpeado, frustrado, fue bautizada por Jack Kerouac en su libro En el camino.
Los nuevos bohemios solían reunirse en cafés para discutir, beber, pensar y jugar ajedrez, ejemplo de esto fue el famoso Coffee Gallery o el Cellar , sitios donde por primera vez se leyeron los poemas de Lawrence Ferlinghetti, David Meltzer y Allen Ginsberg.
Esta pequeña comunidad de antiintelectuales y primitivistas psíquicos optó, como forma de dar la espalda a la sociedad, el atuendo que llevaban en los fines de semana los hombres de negocio: camisas de manga corta, pantalones caqui y sandalias. Su violencia verbal y material está expresada en la cita del escritor Bruce Cock, quien afirmó que "una profunda avidez por el reconocimiento individual, un deseo de hablar con honestidad y franqueza de todo lo que tenía importancia y, finalmente, una implicación personal y apasionada en empresas fundamentales" era lo que caracterizaba a esta familia de solitarios vaqueros que optaron por la estreches económica, la inseguridad, la independencia, el arte y la poesía.
Los anárquicos beats o típicos outsiders , abandonaron la cuadrícula social para sumergirse en los bajos fondos, a donde no llegaba la corrupción del bienestar. Vivían en edificios ruinosos, habitaciones repletas de cosas revueltas y polvorientas; en medio de una decoración formada por los desechos del Ejército de Salvación.
Los beats , rechazaban el conformismo y creían que su forma de trabajo era incompatible con él. Lo único que buscaban era vivir tranquilos haciendo caso omiso de las imposiciones sociales. A su juicio, la realidad impedía que se le rindiera culto a la razón y que se erradicara el mal por decreto. Tanto la historia como la humanidad eran ingobernables. El progreso, víctima de todas las guerras, no era más que una ilusión. Lo único real en toda esta farsa, era la muerte. Por ser el progreso, un concepto engañoso, el pasado y el futuro estaban vacíos de importancia, he aquí el origen de uno de sus más fuertes postulados: el presente lo es todo.
Esta insistencia por vivir en armonía con la nueva realidad, los llevó a mantener su receptividad siempre abierta, a afinar sus sentidos para perfeccionar su diálogo con la existencia. De esta forma podrían renunciar a la autoridad y a la sociedad organizada, ya que se mostraban como antinaturales y opresoras. La muestra estaba en sus más grandes enemigos, los squares , es decir, los hombres modernos aferrados a sus ilusiones. Fue así como los beatspasaron a ser los drogadictos, golfos y poetas: los héroes de la contracultura.
Al este del paraíso
Esta doctrina de las sensaciones, tomada del poeta galés Dylan Thomas, estuvo encabezada, como ya hemos mencionado, por Jack Kerouac y Allen Ginsberg. Kerouac, quien diera al mundo el rostro perfecto del beat , se retiró del mundo creado, para vivir y contemplar la televisión, al lado de su madre en Lowell, Massachusetts, en 1957.
A fines de la década de los 50, el público, quien nunca entendió a Kerouac, empezó a sentir curiosidad por los beatsy sus costumbres. Así surgió una nueva subcultura dentro del movimiento, los beatniks; término acuñado por el periodista de San Francisco, Herb Caen, para designar a los vagabundos que lo abandonaban todo para ir en busca, no de un estado superior de armonía espiritual, sino de una vida de inmoralidad desvergonzada.
Los beatniks , se dedicaron a la disipación, a la promiscuidad interracial, al desprecio de las leyes, al amor libre, a beber con exceso, a las drogas y sobre todo, a destruir los postulados beats , al grado que los críticos afirmaron que su arte y literatura era pura bambolla que no hacia otra cosa que abandonar la forma. Norman Podhoretz, crítico de amplio prestigio en los círculos intelectuales de Nueva York, afirmaba que los beats eran difíciles de comprender ya que carecían de habilidad para articular sus ideas, eran confusos, descuidados e incoherentes. Sin embargo, el día que se retiraron del mundo, los intelectuales se disgustaron porque a su juicio ya no habría quien estuviera a favor de las sensaciones y repudiando la razón.
El celebre y admirable escritor William Burroughs, quien estuvo muy ligado con el movimiento, afirmó en una ocasión que "la situación de los beats nunca estuvo clara. Como individuos, por ejemplo, Kerouac, ejercieron una influencia enorme. El tipo de emigración que éste describe en su novela On the Road , se ha convertido prácticamente en un movimiento mundial. La gente se traslada ahora desde París a Katmandú o a Marruecos, y todo eso lo inició Kerouac. Pero no como movimiento literario, quizá más bien como movimiento social".
Esta revuelta que consideraba la locura como el estado de armonía perfecto; la condición más de acuerdo con un mundo caótico; como lo más indicado para detener el tiempo y dispersar la vida en una corriente de profundas sensaciones que no plantean problemas ni aportan a la conciencia sentimientos de culpa, se vieron prostituidos y amenazados por los medios informativos y el público consumidor que no dejaban de mostrar un interés enfermizo por sus extravíos morales y su forma de vida. Ante dicha curiosidad, los beats, recurrieron a la oscuridad como su escudo. No obstante, la bomba estalló la primavera del 57 para los 80 bohemios que existían en San Francisco, cuando se celebró la publicación del poema Howl!, de Allen Ginsberg, la cual fue tachada de obscena y saturada de publicidad. Los caseros, quienes todo este tiempo habían creído que sus inquilinos eran sólo vagabundos y tipos raros, cayeron en la cuenta de que tenían sus habitaciones alquiladas a una horda de beatniks inmorales.
Así comenzó la guerra. Pronto se levantaron por las playas letreros que decían: " Beatniks , abstenerse". La Avenida Grant, por ser considerada lugar turístico, subió sus alquileres y usó a los beatniks para que sus turistas tuvieran algo que fotografiar y señalar con el dedo. En septiembre de 1958 la policía, había declarado la Playa Norte como zona difícil y no se concedieron más licencias para el expendio de bebidas alcohólicas. Para 1959 la cruzada por la libertad humana se estaba dispersando. El ideal neorromántico de lageneración beat parecía haber muerto en su infancia cuando Kerouac desertó a su visión. Ginsberg, Gregory Corso y Leonore Kandel siguieron al margen. De esta forma su fidelidad se vio recompensada con el renacimiento y la erupción de la filosofía de la beatitud en la década de los 60 con la nueva subcultura denominada la Generación del amor.
Ante esto, Allen Ginsberg habría de citar parte de su poema Howl! diciendo: "He visto las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, muriéndose de hambre, histéricas, desnudas, arrastrándose por las calles negras de la madrugada en busca furiosa de una droga".
He ahí la liga del descubrimiento espiritual . He ahí la muerte terrena del movimiento izquierdista por excelencia, he ahí la puerta a una nueva generación, la de los hijos de las flores , he ahí la locura sensorial de fin de milenio: en su sangre podrida, en su afán de libertad, en la eternización de su presente, en la rebeldía de su atuendo, en su moda, en la forma como los dejaron partir y caer, en la forma como los medios acabaron con ellos, en la manera como los desmitificaron, como los prostituyeron, como tuvieron que cambiarse de nombre y esencia, por el de una cultura que ya no les pertenecía, por unas costumbres multicolores y ácidas, por un perfil anímico y “cósmicamente armonioso”, por la subcultura descarriada y disparada, por la revolución del "yo", por alimentar una nueva subcultura que llegaría hasta los noventa: la hippie .
Nova Express
He aquí el tótem de las vanguardias, el pedestal que levantó el mito de las nuevas generaciones; una casta que esperanzada en el cambio construyó su propia nación, transformando a modo rítmico y apasionado la existente. Esa, es la tierra maldita del Hijo de Satanás de Charles Bukowski. Ese mundo de migraciones forzadas y voluntarias. Ese magnífico mosaico cultural que conocemos como Estados Unidos de Norteamérica; la nación de símbolos patrios plásticos y rocanroleros. La que dio origen a una generación desengañada, falta de fe, esperanzas y objetivos, sin ilusiones. Esa es el país al que Cat Stevens calificó y condenó como un Mundo Salvaje , sin sentimientos.
La batalla social está presente y se ha reflejado en la compleja personalidad de las jóvenes generaciones: en el movimiento beat ; en esa “generación maldita” y libre, a la que Helmut Schelsky llamara en su libro La generación escéptica , y definiera como: "es, tanto en su conciencia social como en su conciencia de sí misma, más crítica, escéptica, desconfiada y carente de creencias -o, al menos, de ilusiones- que todas las generaciones juveniles anteriores. No tiene énfasis, programa ni consignas".
La nación perdida y de perdedores está presente en sus creadores, en la oleada de nuevos intelectuales, de jóvenes que fueron arrestados y dispuestos en manicomios por expresar sus ideales políticos, por condenar las hipocresías, por expresar su rechazo en relación a las guerras y el militarismo; por negarse a festejar el triunfo del capitalismo, de la decadencia y el vacío.
La historia de sus literaturas es la historia de sus juventudes, de sus angustias, desarrollos, nostalgias, amenazas; de su consumismo y decadencia; de sus valores. He ahí su historia. He aquí sus voces.
La historia literaria de esta tribu perdida, se inicia con la aparición de la primera novela beat intitulada Go , en 1952, a cargo de John Clellon Holmes. Ésta narra las aventuras de Hart Kenedy, el enloquecido conductor del autobús psicodélico que transportara a los Merry Pranksters a lo largo de toda la nación americana.
Este anfetamínico individuo, llamado en la realidad Neal Cassady, se habrá de inmortalizar al aparecer como Dean Moriarty en la obra de Jack Kerouac (1922-1969) En el camino (1957). La novela de este alcohólico y destrozado intelectual (Kerouac apodado The boy-man ), expone una nación psicodélica, descafeinando el orientalismo a lo largo de los viajes de Moriarty. De esta forma, el budismo Zen y sus manifestaciones son puestas al alcance de toda una generación que al igual que Neal Cassady (1924-1968) aparecería muerta en México junto a una vía de tren.
Cassady publicó, postumamente, en 1971 una serie de cartas enviadas al poeta Allen Ginsberg y a Kerouac entre 1940 y 1950, bajo el titulo de El primer tercio . Sin embargo, no sólo Holmes y Kerouac, lo habrían de inmortalizar; Tom Wolfe, creador del nuevo periodismo, hace una escatológica y minuciosa crónica de la vida de Ken Kesey y Neal Cassady en su recorrido por Norteamérica bajo el influjo del LSD, en su texto Gaseosa de ácido eléctrico (1968).
Ken Kesey (1935), rey de los "exámenes de ácido" de los años 60, difusor del LSD, héroe underground y autor del texto Alguien voló sobre el nido de cuco (1962), habla de un país regido por fuerzas corruptas y que usa a las instituciones para consolidar su poder y manipular a sus habitantes castigándolos con la humillación, con electroshocks y, en casos de suerte, con la lobotomía. Su fuerza política está en mostrar a Norteamérica como un manicomio regido por una gran enfermera.
La política también forma parte de la obra del escritor fronterizo ( beat -no beat ) William Burroughs (1914-) quien en su Nova Express muestra su desconfianza en el lenguaje afirmando que hablar es mentir. Burroughs, quien expone para remediar, hace del mundo una masa fría cargada de violencia, drogadicción, homosexualidad, medicina y ciencia ficción. Este mundo desgarrado y duro no hace otra cosa que encaminarse hacia su propia destrucción, hacia el Apocalipsis.
Bajo esta temática política se desarrollaron novelistas como John Rechy autor de City of Night ; Hubert Selby y suLast exit to Brooklyn ; Michael McClure (1932), patrón y cronista de los Ángeles del infierno cuya obra contiene una amplia y profunda protesta contra el sistema; y Lawrence Ferlinghetti (1919-) quien fuera acusado por Kerouac, en sus últimos días, de comunista.
De igual forma destacaron autores como Hunter S. Thompson, otro participe del nuevo periodismo, cronista al igual que McClure de las odiseas de los Ángeles del Infierno en su libro Miedo y asco en las Vegas (1971); Rudolph Wurlitzer (1939) autor de Nog subtitulada a headventure(aventura mental o head , consumidor de ácido), obra que impone al LSD como motor creador de una Norteamérica saturada de fieras nocturnas, indios y ratas del desierto a la luz deformante del alucinógeno, y su novela Flats , obra de voces entremezcladas, entidades que suplantan a otras, acontecimientos que giran al grado de no suceder nada, éstos verbos, lugares y personas, intercambian nombres e identidades tratando de coexistir en el mismo espacio mental; en su libro, el lenguaje y la conciencia son puramente espacial. Por último, nos queda Ronald Sukenick (1932-) quien redefine el sueño y la realidad buscando la disolución de las rígidas estructuras de la identidad humana, la fábula y la prosa, en su libro Long Talking Bad Condition Blues (1979).
La poesía o culto a la tradición oral, dio como resultado la aparición y permanencia de escritores como Kenneth Rexroth quien criticara el establishment con su lírica de alto contenido político radical; Kenneth Patchen, quien juró decir tantas verdades para no volver a oírse; Richard Brautingan, igualmente conocido como The boy-man (el niño hombre) por ser el modelo de héroe americano; Gary Snyder, quien pusiera de manifiesto la cultura Zen y la rebelión química contra la tiranía de una realidad que sólo existe para la clase dominante; y finalmente el hombre que protestara contra la política dando origen a la revolución beat con sus celebres poemas Howl! y América .
This is the end
Su lucha constante contra el sistema, "contra la enfermedad de nuestros tiempos" como la llamara Norman Mailer en una entrevista con Richard Stern, sigue invitando a la guerra intelectual, a desconfiar de los movimientos de masas, a combatir de forma aislada, sin tropas, contra el autoritarismo vigente, contra las normas obligatorias y el convertir la vida en un artículo de consumo. Esta referencia reformista permaneció como una huida de la sociedad y se proyectó en la música de artistas como Bob Dylan (1941) quien hablaba poéticamente del mundo, de los viajes y vagabundeos, de las autopistas, de los encuentros ocasionales, de los trabajos esporádicos, de la soledad, la solidaridad, los trenes, los coches, las hogueras a lado de la carretera, en pocas palabras de la vida beat ; Jim Morrison (1943-1971) cuya obra musical no hizo otra cosa que rechazar absolutamente la normalidad; Tom Waits (1950) músico, poeta y actor, hizo del mundo un canto melancólico, resultado de las múltiples contradicciones sociales; y quien cierra el ciclo es Sam Shepard (1942) rockero, poeta y actor, que representó entre otras cosas el espíritu beat de Cassady en los 80.
Este espontáneo misticismo, producto de la lucha contra el tiempo perdido, rebelde, violento, portavoz de una generación anticonformista y solitaria sigue hablando del futuro del sueño americano, del verdadero sueño: construir una nación antibélica, unida, lógica, saludable, donde ya no sea necesario eludir el servicio militar, donde los hospitales se vacíen de muertos y desaparecidos, donde la democracia sea optar por la salvación del espíritu común, donde se forjen hombres y no autómatas, jóvenes y no guerreros, niños y no cadáveres, no gran cosa, sólo hombres de verdad.
Llamada 1:
El objetivo de la generación "diabólica" era deslizarse con la vida sin pretender imponerle un falso orden. Para los que tomaban el camino, el único mandamiento era “ lo probarás todo ”. Las experiencias no debían ser objeto de distinciones ni de clasificaciones, porque preocuparse por un momento o por una cosa más que por otros momentos y otras cosas, equivalía a crear una jerarquía artificial que bloqueaba el acceso a otras experiencias. El hombre debería ser un pozo de sensaciones y su cuerpo un conjunto de antenas nerviosas que registraran el placer, el dolor o el alivio. El aforismo “pienso, luego existo” cedió su puesto a “siento, luego existo".
Llamada 2:
La Norteamérica beat fue la nación donde todo los sueños eran fáciles de realizar, donde el radicalismo no tenía ninguna forma de expresión política, donde los partidos socialistas y comunistas estaban muriendo, donde la sociedad se homogeneizaba rápidamente. Ésta nación fue la indicada para dar albergue a una generación integrada por jóvenes frustrados en busca de nuevos héroes, una generación que despreciaba el sistema comercial que tanto los había favorecido, una comunidad de pequeños adultos situados al margen que protestaban contra los ideales de la época, contra el American way of life , una generación a la que Jack Kerouac habría de denominar por el sentido "beatífico", sagrado y sobrenatural de sus locuras, visiones, excitaciones y viajes, como la generación beat .
Llamada 3:
Aún cuando el movimiento y sus bases parecieran completamente ambiguas, se puede afirmar que En el camino vale por toda una corriente literaria al describir, bajo los efectos de un estilo automático y una prosa espontánea, el viaje, el traslado de un lugar a otro, hasta alcanzar caracteres épicos, como una película del oeste. Este sentido mágico, es develado cuando Kerouac cita en su obra que la única gente que le interesa "es la gente que está loca, loca por vivir, loca por hablar, loca por saludarse, con ganas de todo al mismo tiempo, gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz azul y todo el mundo suelta un ¡Aaaah!"
Recuadro 1:
La generación beat cuya importancia, según William Burroughs, "es más social que literaria", estuvo fuertemente relacionada con los existencialistas franceses de la década de los 40, a diferencia que adoptaron la jerga, indumentaria y costumbres de los músicos del bebop , quienes eran más o menos drogadictos y en su mayoría negros. Sin embargo, su aparición pública coincide con la del Rock 'n' Roll, pasando a ser el primer movimiento para-literario que caló directamente a la juventud.
Recuadro 2:
Jack Kerouac, quien fuera el padre y “creador" del terminobeat , jamás aceptó que éste se leyera como "golpeado", "frustrado" y "quemado", como vulgar y malamente se emplea, incluso, 10 años después de la publicación de su libro En el camino (1957), declaró en entrevista exclusiva para la Paris Review que "la generación beat solamente fue una frase que utilicé en el manuscrito de 1951 de En el camino para describir a tipos como Moriarty, que circulaban en coche por todo el país en busca de trabajos raros, de novias y diversión".
Recuadro 3:
El intento por alcanzar un estilo de vida de gracia interna, que se adquiría por medio del culto al budismo Zen, trascendió en la obra de artistas como Jim Morrison, Bob Dylan, Paul Simon, Tom Waits, en la música, y en la creación de mitos vestidos de jeans, playera blanca y chamarra de nylon que expresaban la rabia y el sufrimiento de vivir, como lo fueron James Dean, Marlon Brando y Montgomery Clift. Estos mitos, son el reflejo del héroe americano en un mundo hostil, donde la supervivencia depende de un animalismo puro, de una habilidad tan salvaje y primitiva como las contradicciones que los sustentan.
Recuadro 4:
Lawrence Ferlinghetti, quien se resiste a ser el mito del último fronterizo enumeró como características del movimiento beat de la actualidad: "Los aspectos políticos, nuestra posición frente al gobierno. La segunda cuestión, que es la más obvia, concierne a esta tradición oral de la poesía. Ahora se hacen otras experimentaciones con representaciones poéticas, como la dub-poetry que consiste en utilizar grabaciones radiofónicas, o de la televisión, o simplemente mediante radiocasettes, para crear un fondo a las palabras. Y esto no ocurre sólo en la costa Oeste, es un movimiento internacional”.