Jorge Alberto Hidalgo Toledo
“Narrar
historias siempre ha sido el arte de seguir contándolas – nos dice Walter
Benjamin- y este arte se pierde si ya no hay capacidad de retenerlas”. Porque
narrar no sólo es hilvanar y tejer pasiones sino tender puentes abismales entre
el que escucha, la memoria y el oído. Narrar es refutar al mundo, creer, vivir
y dar rienda suelta a toda acción que se pueda vislumbrar como un eterno
infinitivo. Narrar, es traer noticias del pasado para dar sentido a todo
presente. El que narra da consejos, nos
previene, nos anuncia; en pocas palabras, busca conmovernos. Pues aquél que
narra nos sumerge en lo más profundo de la naturaleza humana, para después
recuperarnos y poder contar así, la historia de una vasija más que ha sido
rescatada del abismo.
La historia de los que narran, parece estar llegando a su
fin; son pocos los que prestan sus oídos con grandes deseos de escuchar una
historia y también son pocos los que impregnan su memoria de lo oído y nos lo
llevan al papel para zurcir los grandes huecos que deja el olvido.
Ahí, entre
la narración, el narrador y lo narrado, encontramos al Dr. Seymour Menton
especialista en cuento y novela hispanoamericana; sus más de 84 artículos y 12
libros publicados sobre el tema, sus 50 años de docencia y el haber sido
distinguido con la Orden Andrés Bello (1991), la Francisco de Miranda (1996) en
Caracas y la Miguel Ángel Asturias (1997) en Guatemala, entre otros tantos
reconocimientos, lo colocan al frente de los estudios hispánicos.
Con su
trabajo como investigador y autor de los libros: El cuento costarricense (1964); Teatro
Brasileño contemporáneo (1969); El
cuento hispanoamericano (1970); La
novela colombiana: planetas y satélites (1978); Historia crítica de la novela guatemalteca (1985); La narrativa mexicana desde “Los de abajo”
hasta “Noticias del Imperio” (1991); Saga
de México (1992); La nueva novela
histórica de la América Latina, 1979-1992 (1994); Historia verdadera del realismo mágico (1998); Caminata por la narrativa Latinoamericana (2002); entre los más
representativos, se adhiere a los que se han comprometido con el arte de seguir
contando historias.
El carácter
artesanal de su arte de narrar, radica en el ojo puesto en nuestra tierra para
rescatar todos esos cuentos contados, susceptibles y necesitados de repetición.
Su actividad como investigador
literario nunca es inocente, por ello dota a cada texto y autor seleccionado,
de una conciencia ajena a la artificialidad de los excesos de interpretación.
Menton ha
buscado historias maliciosas, dulces, impunes, ingeniosas, crueles, profundas,
infernales, descaradas, alegres, engañosas, desconcertantes, irónicas, llenas
de imaginación… Al fin y al cabo, contemporáneas a cada lector que se aproxima
a la ficción para tratar de vivir según ella.
Isak Dinesen
escribió hace tiempo que “todas las penas pueden soportarse si se meten en una
historia o se cuenta una historia acerca de ellas”. Y al parecer, Seymour
Menton no pudo resistir la tentación de reinventar la vida de todos esos
autores hispanoamericanos buscando con ello empapar sus vidas con la idea
artística que sólo ofrece el relato.
Así pues,
con la visión del moribundo que ve ante él el panorama entero de su vida, hoy
nosotros tenemos la oportunidad de ver la historia, al historiador y al que
narra, reunidos en un mismo relato: aquél que cuenta la vida de un hombre
comprometido con las letras y la historia de Hispanoamérica; aquél que muy
probablemente dejará helado a todo aquél que decida poner su vida al servicio
del cuento, el teatro y la novela; aquél que nos contará la vida del que ha
reunido todas esas historias para envolvernos en la complicidad de aquél que
narra y que también quiere escuchar.