Notas desde el encierro imaginario 30 - Hipermediatizaciones: Hiperconexiones y remediaciones entre signos y palabras

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Textos especializados en Comunicación Digital, Ciencias Sociales, Literatura, Poesía, Humanidades Digitales y Culturas Juveniles. Sitio personal del Dr. Jorge Alberto Hidalgo Toledo, Expresidente de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación, AMIC y Ex presidente del Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación.

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domingo, 10 de mayo de 2020

Notas desde el encierro imaginario 30


El mar que nos falta

“Vivo en el rostro de una mujer
que habita en una ola
a la que la marea empuja hacia una playa
cuyo puerto se pierde en sus conchas.
Vivo en el rostro de una mujer
que me hace morir, que quiere ser
faro apagado
en mi sangre que navega
a los confines del delirio.”.
(Rostro de Mujer, Adonis –Ali Ahmad Said).

Hoy nuevamente es domingo y desde hace ocho semanas el mundo es otro. Nuestros espacios se pintan de un tono de madre: comidas al sol; estampas de flores sobre la mesa; regalos acumulados entre abrazos y canciones; festejos a la distancia, sonrisas guardadas, pancitas al aire; la foto del primer beso; la mano que aprieta el meñique en la incubadora; los hermanos que chocan las copas; la hija ofreciendo el pastel; la familia corriendo en la playa.
            En medio de esos festejos resuenan los otros ecos: los de las jornaleras cuyos hijos migraron; las madres de los desaparecidos; la señora de la esquina a la que le secuestraron a la hija; las abuelas que lloran por el feminicidio de la nieta; las hermanas que cortaron los festejos desde que unos hombres se llevaron a la niña para incorporarla a una red de trata.
            Hoy desde el confinamiento vemos los otros rostros, los que en su tapabocas llevan marcados los nombres de sus ausentes. En sus hogares hay otros vacíos, otros silencios, otros dolores, otras nostalgias.
            El mundo para esas madres no tiene el color del plasma. Se quedó resguardado en otros días, en otros tonos. Sus casas resguardan fotos, peluches, blusas, recortes, discos colocados en el mismo lugar en que fueron dejados. El mundo en esos hogares se congeló en otros instantes.
            Hoy las historias fluyen frente a nosotros y se escapan entre fotos y menciones. Las tristezas y dolores hoy se miden en otros bits, nos hablan de las otras desigualdades, de las otras brechas no resueltas.
            Hoy celebramos a las presentes, a las ausentes, a las olvidadas, a las ignoradas, a las excluidas, a las recluidas, a las golpeadas, a las violentadas, a las asesinadas. Hoy todas retoman los tonos del arcoíris y nos recuerdan lo que implica ser madre en sus múltiples dimensiones en los distintos niveles de hogares.
            La pantalla nos muestra a las madres de adentro y excluye a las de afuera. Las que siguen tendiendo la cama por si los hijos vuelven algún día. Las que les basta una carta para llenar la vida.
            Hoy a la distancia celebramos la vida en otra melodía. Con el encanto de otros mundos. Casa suena lejos, cuando estamos lejos de ellas.
            Desde hace ocho semanas el mundo es otro, mediatizó nuestras ausencias, nuestros festejos y dolores por completo.
            Hoy la celebración concluirá con un zoom y un brindis para las que pueden. Una llamada para muchas. Una ausencia grande para otras.
            Hoy la mano viajera de las madres tocará un puerto distante a los que estaban acostumbradas. La barca sigue su rumbo, aunque para muchas el viento es rudo y se asemeja a los del mar del norte. Sobre todo, para aquellas que solas, en la ventana, toman con una mano la concha añorando el día que les llevaron a conocer el mar.

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